Al tomar posesión de su cargo, el nuevo Jefe de Estado dijo que "nuestra actitud y línea de conducta fundamental, dentro de la política internacional, es fortalecer amigable y moralmente las relaciones con las naciones libres, bajo las precondiciones del anticomunismo, conscientes de nuestras obligaciones y responsabilidades".
Recordó, igualmente, que "el objetivo de nuestra empresa común es recuperar y reconstruir nuestro país, incrementando el esfuerzo nacional, mejorando la vida de nuestro pueblo, expandiendo las funciones del poder constitucional y asegurando un gobierno honesto y competente, a fin de implementar los Tres Principios del Pueblo y recuperar el Continente".
En una aparente alusión a la denominada "normalización" de relaciones entre los Estados Unidos y el régimen de Pekín, el Primer Mandatario explicó que "cualquier cosa que beneficie a la República de China también beneficiará a los Estados Unidos, al tiempo que lo que sea en perjuicio de la República de China perjudicará a los Estados Unidos".
Chiang dio a entender que si los dos países avanzan juntos, tanto el uno como el otro se beneficiarán, lo que no ocurrirá en caso de una eventual separación.
"Es una ilusión -agregó pensar que la "negociación" puede acortar el expansionismo comunista chino o que forma parte de una "estrategia para el balance del poder".
Control a la agresión
"Nosotros confiamos en que las naciones libres considerarán ampliamente sus intereses y harán extensivos planes para controlar la agresión con esfuerzo y coraje moral, asegurando a la vez la verdadera paz mundial, la estabilidad y la prosperidad", expresó.
En su alocución de quince minutos, el Presidente sostuvo que "podemos continuar avanzando en el progreso, logrando mayores beneficios para el pueblo, pese a la competencia económica internacional y pese a las bofetadas".
Observó que la política de reconstrucción llevada a cabo hasta ahora "puede salvar al país y salvarnos a nosotros mismos", circunstancia que representa un notorio contraste con lo ejecutado por el régimen comunista en el Continente: "Un contraste entre la benevolencia y la violencia, entre el bienestar y la agonía, entre la claridad y la oscuridad y entre lo que es correcto y lo que es erróneo".
Una prueba crucial
"Vamos a concentrar todos nuestros esfuerzos y acciones para recuperar el Continente y sentar definitivamente una nación libre", enfatizó.
Afirmó, así mismo, que "siguiendo el curso de la Revolución Nacional, estamos haciendo frente en este momento a una prueba crucial resultante de una nueva era en una nueva situación".
"El fiero conflicto que estamos confrontando -manifestó va a decidir nuestro destino: gloria o humillación, libertad o esclavitud".
El texto completo de la alocución presidencial, difundida vía satélite a todo el mundo, se publica en la página segunda de esta edición.