Taiwan Today

Un fuerte terremoto, que ha sido clasificado como de 8,2 grados en la escala Richter, sacudió la región de China continental entre Peiping y Tientsin con centro en Tangshan en la noche del 27 de julio. La hora en Peiping era las 3,45 de la mañana del día 28. La noticia causó profunda preocupación en la República de China, donde muchos tienen parientes inmediatos y amigos en esa región. Como lo notaba una jóven estudiante en una carta dirigida el mismo día a un diario de Taipei, "nuestros hermanos en el continente ya han sufrido excesivamente bajo la tiranía maoísta, y este enorme desastre no podrá menos que aumentar sus sufrimientos". La jóven envió una donación en dinero y exhortaba a todos a donar dinero o articulos de primera necesidad para hacerlos llegar a los damnificados. La Asociación de Ayuda de China Libre, que a lo largo de los años ha extendido su sostén a innumerables evadidos del continente, resolvió también iniciar una gran colecta pública con el mismo objeto. Otras asociaciones civiles se han unido a la campaña y al escribirse esta nota ya se han donado varios millones de NT$. La Asociación de la Cruz Roja de la República de China ha asignado NT$ 500.000 de sus fondos para ayuda a los damnificados en el continente y ha solicitado de la Cruz Roja Internacional que se haga cargo de todas las donaciones de la República de China y las haga llegar a los afectados por el terremoto, para evitar así complicaciones de carácter político o ideológico. Las Fuerzas Armadas de la República de China han hecho su colecta propia y mientras se espera la respuesta de la Cruz Roja Internacional han enviado al continente numeroso paquetes con artículos de primera necesidad por medio de globos que son arrastrados por el viento, como los que se usan ordinariamente para enviar objetos e información al pueblo del continente. Los comunistas chinos no han informado a la población continental de la magnitud del desastre. Y hasta el momento han rehusado toda ayuda ofrecida por varias naciones. En Peiping, desde donde algunas noticias se filtran al exterior debido a la presencia de diplomáticos y periodistas extranjeros, los maoístas mantienen a la población en un suspenso de terror, prohibiendole volver a sus casas. También han insistido en la partida de todos los extranjeros cuya presencia no sea indispensable en Peiping, anunciandoles que no deben disponerse a regresar hasta por lo menos un mes después. El primer anuncio oficial del régimen maoísta a la población de la zona afectado consistió en más diatribas contra Teng Hsiao-ping y "los que siguen el camino capitalista", como si ellos fueran culpables del terremoto y en advertir al pueblo sufriente que debería reconstruir lo destruido con su propio esfuerzo. La vileza brutal de los maoístas parecería haber ofuscado sus mentes hasta el punto de negarse a enfrentar la tremenda realidad de este desastre, como se han negado a recibir la ayuda extendida por manos anónimas. Desde luego, los cabecillas maoístas no sufrirán con el terremoto. Tienen a su disposición los palacios suntuosos de Peiping y de otros lugares del continente, tienen mesas ricamente provistas, tienen vestidos, medicinas, todo en abundancia. Pero quién se ocupará de las grandes masas de desdichados que vivían ya en un nivel mínimo de subsistencia, y ahora, quizás heridos, se ven desprovistos de lo poco que tenían? Se estima que la ciudad de Tangshan, de aproximadamente un millón de habitantes, ha sido prácticamente destruida. Todas sus comunicaciones habituales quedaron cortadas. En Tientsin, 80 por ciento de los edificios sufrieron daños de mayor o menor magnitud. En Peiping los daños no han sido tan serios, según los informes fragmentarios recibidos, pero como se indicó arriba, el régimen maoísta ha obligado a la población a vivir en las calles, improvisando tiendas de campaña los que encuentran con qué. Pero los maoístas se empecinan en no revelar la realidad de la situación y en no recibir ayuda del exterior. Parecería que a pesar de su feroz persecución contra todo lo que es tradicional en el pueblo chino, no han podido ellos mismos despojarse del antiguo concepto de "la ira del Cielo". Viendo en el terremoto un signo de esa ira, que el pueblo chino ha asociado siempre con el desagrado del Cielo contra los gobernantes malévolos y depravados, temen los maoístas que el pueblo se entere de la pavorosa realidad de este terremoto y resuelva deshacerse de una vez para siempre de los tiranos malvados que han provocado esa "ira del Cielo"? Resulta difícil encontrar otra razón de esa actitud obstinada contra toda ayuda del extranjero para el pueblo que sufre. Los maoístas se han jactado en esta ocasión de "poder ayudar por sí mismos al pueblo", pero esas jactancias maoístas no pueden calmar la ansiedad de los que sufren ante el sufrimiento de sus hermanos. También se habían jactado varias veces de poder anunciar con anticipación la ocurrencia de terremotos, pudiendo poner a salvo a la población con suficiente anticipación. Sin embargo, nada pronosticaron de este terrible terremoto; lo que ahora han repetido algunos diarios de que habían anunciado un gran terremoto para antes de 1980 es una enorme necedad; cómo podrían poner a salvo a la población con tal tipo de pronósticos? Diarios de diversas ciudades del mundo dan varias cifras del número de víctimas; algunos hablan hasta de un millón, mientras muchos hablan de decenas de miles. En cuanto se puede saber huta el presente, todas esas cifras son especulaciones sin fundamento sólido. Y quizás pasará mucho tiempo antes de que se sepa la realidad, pues el régimen de Peiping ha procurado hacer retirar a todos los extranjeros de las zonas más seriamente afectadas y no es probable que en el futuro próximo sea más explicíto que lo ha sido hasta ahora. Que el desastre es de tremenda magnitud, es indudable. La destrucción ha sido enorme y las víctimas son, sin duda, numerosísimas. Uno no puede menos de preguntarse: cuál sería la reacción del mundo si algún país no comunista adoptara esa actitud tan cruel y sin razón?