El Centro Nacional de Investigaciones en Ingeniería Sísmica de Taiwan (NCREE, siglas en inglés) ha desarrollado un nuevo tipo de concreto reforzado compuesto que es hasta 2,4 veces más fuerte que los hormigones reforzados convencionales y podría permitir la construcción de edificios residenciales el doble de alto que los actuales.
Lin Ker-chun, investigador del NCREE, presentó este nuevo tipo de concreto reforzado en una conferencia de prensa el 23 de abril, haciendo hincapié en que Taiwan es el segundo país en el mundo después de Japón en desarrollar este tipo de concreto reforzado de alta resistencia.
El primer edificio residencial de 59 niveles fue construido con esta técnica en Japón en 2009, señaló el investigador. Ese mismo año, Taiwan se embarcó en el diseño de su propio concreto reforzado de alta resistencia. Después de diez años de investigaciones, el NCREE ha desarrollado un entramado de barras de acero y un tipo de concreto que son 1,6 y 2,4 veces respectivamente más resistentes que los materiales tradicionales.
El uso de nuevos materiales y técnicas de prefabricación permite el montaje en el sitio de construcción de columnas y pilares producidos en masa en las fábricas, indicó Lin.
El concreto reforzado tradicional tiene buena resistencia a la deformación y al fuego, así como buen aislamiento acústico. Dado su bajo costo, la mayoría de los edificios residenciales de Taiwan son estructuras de concreto reforzado, pero soportan una altura máxima de 27 pisos. Según Lin, aunque la estructura de acero puede alcanzar mayor altura, el aislamiento acústico no es bueno y no es adecuado para uso residencial.
Lin explicó que el nuevo tipo de concreto reforzado representa un ahorro en cuanto a materiales y tiempo de construcción. En cuanto a resistencia sísmica, el nuevo concreto reforzado es mucho mejor que el tradicional.
Según el NCREE, la aplicación de la nueva tecnología en concreto reforzado puede hacer que las viviendas urbanas tengan un precio más razonable y sean construidas en forma eficiente. Asimismo, ayuda a reducir adecuadamente la demanda de terrenos de construcción urbana, aumentar el espacio público y verde, y mejora efectivamente la calidad de vida.