El 16 de julio, la tercera donación de casi un millón de dosis de vacunas contra la COVID-19 por parte de Japón aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Taoyuan. Recibido por el ministro de Salud y Bienestar Social, Chen Shih-chung, el envío elevó el número total de dosis proporcionadas gratuitamente por el vecino de Asia Oriental a 3,3 millones desde junio. Además, este también lanzó un mensaje al mundo: Taiwan cuenta con el respaldo de verdaderos amigos a la hora de organizar su lucha contra el coronavirus.
El tan oportuno y apreciado apoyo mostrado por Japón a Taiwan y la salud y el bienestar de su pueblo subraya la solidez de las relaciones entre las dos partes. Taiwan nunca deja de responder a la llamada de Japón cuando este se enfrenta a desastres, ya sean naturales o provocados por el hombre. Esto enmarca a las donaciones como una parte natural de esta asociación especial fundada en la amistad, la cooperación, el respeto y los valores compartidos.
Otro verdadero amigo que se apresuró a apoyar a Taiwan en su hora de necesidad ante la pandemia fue Estados Unidos. El 3 de junio, la Casa Blanca anunció la estrategia global del presidente Joe Biden para liderar el camino en la lucha contra la COVID-19. La inclusión de Taiwan en la lista de destinatarios en Asia de un cargamento inicial de 7 millones de dosis dio al espíritu comunitario un impulso muy necesario.
Esta sensación de optimismo aumentó cuando se confirmó la cifra de 750.000 dosis por parte de los senadores estadounidenses Tammy Duckworth, Dan Sullivan y Chris Coons durante una reunión especial con la presidenta Tsai Ing-wen que tuvo lugar el 6 de junio en el Aeropuerto Internacional de Songshan, ubicado en la ciudad de Taipei. La decisión posterior de la Casa Blanca de triplicar la cantidad a 2,5 millones de dosis representó un voto inconfundible de confianza por parte de Estados Unidos en el Gobierno y el pueblo.
El cuidado mostrado hacia Taiwan por parte de Estados Unidos y Japón está a la par de la amistad profundamente arraigada y los lazos de larga data de la nación con ambos socios de ideas afines. Pero estas naciones amantes de la libertad y la democracia no son las únicas que se unen a la causa de Taiwan.
Eslovaquia y Lituania, Estados miembros de la Unión Europea (UE), anunciaron donaciones de 10.000 y 20.000 dosis el 16 de julio y el 22 de junio, respectivamente. Además, el alcalde de Praga, Zdeněk Hřib, instó al primer ministro, al ministro de Salud y al ministro de Relaciones Exteriores de la República Checa, país miembro de la UE, a organizar una donación de vacunas para Taiwan durante un emotivo mensaje en video publicado el 15 de junio.
Taiwan está bendecido y profundamente agradecido por el respaldo de verdaderos amigos durante este tiempo desafiante. Tal generosidad le permite al pueblo ser consciente de que no se le olvida, lo que le da una mayor confianza a medida que el Gobierno continúa reforzando las medidas de respuesta contra el coronavirus. Algo que es igualmente importante es que ese espíritu multinacional de altruismo es un sobresaliente recordatorio del inmenso valor del exitoso enfoque de colaboración y compromiso de la nación mediante la campaña Taiwan Can Help (Taiwan puede ayudar).
Desde el inicio de la pandemia, Taiwan ha trabajado incansablemente para garantizar que aliados y socios, en todo el mundo, recibieran la asistencia necesaria para capear los efectos de la tormenta de la COVID-19. Mascarillas quirúrgicas, equipos de protección personal y productos farmacéuticos se enviaron apresuradamente a los cuatro rincones del mundo. Este compromiso inquebrantable de compartir artículos médicos esenciales, así como el Modelo de Taiwan para el manejo de enfermedades infecciosas, fortaleció la confianza y la unidad al tiempo que salvaba vidas.
Aunque la contribución de Taiwan fue ampliamente aclamada por desempeñar un papel vital en el avance del progreso hacia la realización del objetivo de salud para todos de la Organización Mundial de la Salud, la nación sigue excluida de la agencia especializada de la Organización de las Naciones Unidas por motivos políticos. Este problema se extendió a la adquisición por parte del Gobierno de vacunas contra el coronavirus, complicando innecesariamente el proceso y ralentizando peligrosamente el ritmo del programa de vacunación de la nación.
El capital diplomático construido por la campaña Taiwan Can Help está mitigando los efectos de estas frustraciones y preparando a la nación para una recuperación posterior a la pandemia. Además, este demuestra una verdad innegable: las fuerzas del bien nunca dejan atrás a uno de los suyos.