Taiwan Today

La larga lista de crímenes maoístas ha recibido una nueva adición. Chen Chin-tao. miembro prominente de la comunidad de Chinos de Ultramar en Ecuador, fue asesinado el 2 del corriente en Guayaquil. Chen era conocido en América del Sur por el nombre de Felix Changkuon y se había ganado la estima tanto de los residentes chinos como de los ecuatorianos y ciudadanos de otros países vecinos. Esa estima le valió ser elegido como uno de los dos miembros del Yuan Legislativo de la República de China que representan a las comunidades chinas de América Latina. Chen gozaba también de gran aprecio en los círculos comerciales y políticos del Ecuador, y pese a la ausencia de relaciones diplomáticas de ese país con la República de China, se lo reconocía como Cónsul Honorario chino en Guayaquil. La apertura en marzo último de una Oficina Comercial en Quito se debió en buena parte a sus esfuerzos. Los comunistas chinos tropezaron siempre con el prestigio e influencia de Chen Chin-tao, al procurar desarrollar sus actividades en Ecuador y obtener el reconocimiento diplomático de ese país. En febrero de este año Chen escribió a un amigo de Taipei, describiendo los desmanes de los maoístas entre los chinos reaidentes en Ecuador y las amenazas penonales a él mismo. En marzo Chen viajó a Taipei para tomar parte en las sesiones del Yuan Legislativo, y participó activamente en la primera de una serie de conferencias sobre los vínculos de la República de China con los países de América Latina. Al ser asesinado por los agentes maoistas, Chen Chin-tao tenía 59 años de edad. Había nacido en el Ecuador de familia china procedente de la provincia de Kwangtung en el continente; el lugar de orígen de su familia queda en el departamento llamado ahora Chung Shan, cuna también del Padre de la Patria, Dr. Sun Yat-sen, a quien el nuevo nombre del departamento conmemora. Niño aún viajó al continente para absorber mejor la cultura tradicional de su pueblo; el sentido de nacionalidad y de patria y la dedicación a la República fundada por su gran paisano lo guiaron por el resto de su vida. Su esfuerzo y su acúmen comercial lo llevaron a gran prosperidad. Al mismo tiempo su espíritu de servicio, bebido en los Tres Principios del Pueblo del Dr. Sun, lo hicieron figura conocida en trabajos sociales en beneficio de los menos pudientes en Guayaquil; parte de esa tareas las realizó como miembro y dirigente del Club de Leones. La comunidad de Chinos de Ultramar en Ecuador le debe en gran parte la trabazón de sus organizaciones. A ellas dedicó mucho tiempo y buena cantidad de dinero. La habilidad y valentía con que defendió a esas organizaciones contra la infiltración maoísta lo señalaron como blanco de la furia de esos asesinos. Las escuetas noticias recibidas hasta el momento indican que las autoridades policiales de Guayaquil han detenido a un chino que no sabe hablar español como sospechoso del homicidio. El asesino hizo tres disparos, hiriendo mortalmente a Chen. Se dice que el detenido llegó hace cinco meses, procedente de Hong Kong. Otros conductos parecerían indicar que el crímen fue planeado en la embajada de Peiping en Lima. Presenta características semejantes al asesinato en octubre pasado de Yen Hui, íntimo colaborador de Chen Chin-tao, quien cayó también víctima de loa agentes maoísta. De cualquier modo, se trata de un crímen execrable, cometido por agentes del régimen comunista chino de Peiping en territorio de otro país. Se trata de un asesinato político cuya víctima ha sido una persona destacada por su honorabilidad y su hombría de bien lo mismo que por generosidad para con todos. Aaí entienden los comunistas chinos sus "cinco principios" famosos con que han engañado a tantos. Así respetan la integridad y las leyes de otros países. Hoy les bloqueaba el camino un dirigente de los Chinos de Ultramar en Ecuador, y lo asesinaron; mañana podría ser un ciudadano o gobernante de ese o de otro país. Traerán al asesino de Hong Kong o de cualquier parte. Para ellos no existen inhibiciones de carácter moral. Cuando ocurrió el asesinato de Yen Hui, el año pasado, Chen se encontraba en Taipei; profundamente apenado por la pérdida de su amigo, Chen dijo: "Han asesinado a un Yen Hui; pero hay otros muchos Yen Hui. Yo soy uno de ellos!" Chen Chin-tao ha caído, victima de la perversión maoísta. Pero quedan otros muchos Chen Chin-tao, otros muchos que se inspirarán en el ejemplo de su vida ejemplar y de su muerte de mártir.