Taiwan Today

Con ceremonias oficiales y en infinidad de actos debidos en gran parte a la iniciativa privada, la nación honró a su Presidente desaparecido y con­ ductor por medio siglo, Chiang Kai-shek, en el centésimo día de su fallecimiento. La conmemoración central reunió a 3.000 dignatarios encabezados por el Presidente Yen Chia-kan. En la mañana del día 14 concurrieron al sitio de descanso provisorio del Presidente extinto, en Tzuhu, rindiendo allí homenaje según las antiguas tradiciones del país. Funcionarios de gobiernos locales hicieron lo propio por la tarde del mismo día y unas 15.000 personas de todas las clases del pueblo acudieron en diversas horas de ese día a expresar su veneración por el líder fallecido y renovar su dedicación a los ideales de su vida. Ceremonias religiosas de las diversas creencias se realizaron en todas partes de la isla, lo mismo que actos civiles y militares, evidenciándose en todas esas demostraciones lo profundo de la estima y respeto del pueblo todo por quien por tantos años condujera a la nación en medio de tantas adversidades hasta convertir a esta isla en un bastión inconmovible de todo lo que es real y legítimamente chino. Conciertos musicales y corales, exhibiciones de fotos, programas especiales de cine, radio y televisión, contribuyeron a dar al centésimo día un tono de renovado homenaje que transcendió los ámbitos oficiales, extendiéndose a todo el pueblo. Como la memoria del Padre y Fundador de la República, el Dr. Sun Yat-sen, así también la memoria de su discípulo predilecto y heredero legítimo, Chiang Kai-shek, permanecerá siempre asociada a la vida, las luchas y el destino de la República de China. Fue él quien recogió, preservó íntegro, ilustró y adaptó a las condiciones de los tiempos el testamento y enseñanzas del Dr. Sun, sufriendo siempre con entereza y dignidad incomprensiones, humillaciones y calumnias infinitas, sin desviarse un ápice del camino marcado por las necesidades de la Patria. El pueblo chino aquí, en Taiwan, y en las comunidades de ultramar, seguirá encontrando en la memoria noble y amable de Chiang Kai-shek la inspiración y el aliento para continuar sus trabajos y sus luchas. Y la enorme mayoría del pueblo en el continente chino, aunque perseguido y oprimido bestialmente por los maoístas, ha hecho de la memoria de Chiang Kai-shek el antídoto para inmunizarse contra el funesto veneno comunista, y la antorcha que lo ilumina en medio de las tinieblas presentes y lo guía hacia su libertad no lejana.