Taiwan es un líder mundial en la promoción de la libertad religiosa, al mismo tiempo que da cobijo a personas de todos los credos.
Normalmente, el Centro de Retiro Tian-An Tai-Ho es un lugar de callada reflexión en el adormilado pueblo de Sanyi, en el distrito de Miaoli, ubicado en el centro de Taiwan. Sin embargo, se convirtió en un enjambre de actividad por cuatro días el año pasado para el 19o Campamento de Religión y Vida Pacífica, organizado por la Conferencia de Taiwan sobre Religión y Paz (TCRP, siglas en inglés), la plataforma más grande en Taiwan para los intercambios religiosos. El evento reunió a más de cien representantes de las principales religiones en Taiwan: budismo, cristianismo, islamismo y taoísmo, junto con aquellos de credos menos conocidos como I Kuan Tao y la Iglesia del Señor del Universo.
“La comprensión y respeto mutuos son clave para mantener relaciones armoniosas entre las personas de diferentes creencias”, afirmó el presidente de la TCRP, Jing Yao, quien también dirige la Asociación Budista de la República de China (Taiwan), con sede en Taipei. “Una forma en que demostramos esto es que siempre servimos comida vegetariana, que es bien recibida por todos”, indicó Jing.
Representantes religiosos muestran su aprobación durante el Campamento de Religión y Vida Pacífica en el Centro de Retiro Tian-An Tai-Ho en el norteño distrito de Miaoli el año pasado. (Foto cortesía de la Conferencia sobre Religión y Paz de Taiwan)
La libertad religiosa se da por sentada en la sociedad pluralista y tolerante de Taiwan hoy en día, pero el derecho para practicar sin temor a la persecución no fue siempre garantizado. Antes de que se levantara la ley marcial en 1987, las actividades religiosas solamente eran legales para las principales religiones. En contraste, a pesar de compartir muchos de los principios del confucianismo, budismo y taoísmo, I Kuan Tao, también conocido como la Religión de la Unidad Única, fue clasificado como un culto y prohibido oficialmente.
Ahora, con la libertad de ser practicado en Taiwan, el I Kuan Tao ha ganado una pequeña pero importante cantidad de partidarios. Según una encuesta de 2019 de la población de Taiwan, llevada a cabo por el Instituto de Sociología de la Academia Sínica, la principal institución de investigación de la nación, el 2,1 por ciento de los que respondieron se identificaron como creyentes de esta religión. Lin Pen-hsuan, un académico de la Universidad Nacional Unida, con sede en Miaoli, que se especializa en los sistemas de credos locales, piensa que este porcentaje puede ser aún más alto ya que algunas personas evitan revelar sus verdaderos sentimientos dado el estigma con respecto a los seguidores del I Kuan Tao en el pasado.
Muchos de los edificios más antiguos y famosos en Taiwan son estructuras religiosas, tales como la Iglesia de la Tribu Tuba (arriba) y el Templo Baozhong Yimin (medio) en la ciudad de Taoyuan y el distrito de Hsinchu, en el norte de Taiwan, respectivamente, al igual que el Templo de Confucio en Tainan, la sureña ciudad. (Fotos cortesía del Ministerio del Interior)
Esta misma encuesta descubrió que el 49,3 por ciento de los que respondieron son seguidores de las religiones folclóricas, 14 por ciento son budistas, 12,4 por ciento taoístas y un 6,8 por ciento cristianos, con un 13,2 por ciento que no profesa ninguna creencia religiosa. Taiwan no lleva datos nacionales demográficos sobre religión, y los grupos religiosos no necesitan registrarse con el Gobierno central o los gobiernos locales, a pesar que unos 3.500 han decidido hacerlo.
Apoyo gubernamental
La libertad religiosa es garantizada en el Artículo 13 de la Constitución. “Todos los grupos religiosos son libres de practicar siempre que no infrinjan las leyes”, explicó Lin Ching-chi, director del Departamento de Asuntos Civiles del Ministerio del Interior (MOI, siglas en inglés), que supervisa todos los asuntos pertinentes a la religión para el Gobierno central. “No es deber del Estado determinar si una creencia es válida. Eso lo decide cada individuo”, afirmó Lin.
En lugar de regular las actividades religiosas, el Gobierno se esfuerza por eliminar las barreras que impidan la adoración. En 2000, el MOI estableció la Comisión Asesora en Asuntos Religiosos, en el que los representantes de diversos credos de la nación se reúnen con académicos y funcionarios gubernamentales a fin de aclarar cualquier consulta que tengan los grupos religiosos, tales como los derechos del uso de la tierra para los servicios religiosos.
El MOI también reconoce a quienes aportan a la sociedad. Desde 1976, ha entregado el Premio a la Promoción de la Caridad Social para la Mejor Organización Religiosa, por su labor en campos que van desde los servicios de bienestar infantil a la asistencia en caso de desastres. Quienes sean consistentes en su desempeño son elegibles para el prestigioso Premio del Yuan Ejecutivo a la Promoción de la Caridad Social, cuyos ganadores incluyen la Fundación de Caridad Budista Tzu Chi, con sede en Hualien, en la parte este de Taiwan. Establecida en 1966, Tzu Chi es la mayor entidad de caridad budista de la nación y es reconocida por sus acciones humanitarias en todo el mundo.
La Montaña Shenwei Tiantai, un gran templo que pertenece a los seguidores de I Kuan Tao en la ciudad de Kaohsiung, en el sur de Taiwan. (Foto cortesía del Ministerio del Interior)
“Las religiones tienen una influencia estabilizadora sobre la sociedad, con las organizaciones religiosas en la vanguardia. Estos grupos han sido una fuerza para el bien en Taiwan, ayudando cuando el Estado no ha podido”, señaló Lin, añadiendo que muchas personas participan en la labor caritativa por medio de los programas organizados por las entidades religiosas de la nación. Este apoyo de amplia base es obvio dada la cantidad de quienes han recibido los premios del MOI y el Yuan Ejecutivo, que totalizaron el año pasado 173 y 15, respectivamente.
El Ministerio de Educación también ha aportado a que las instituciones de enseñanza de la nación tengan un entorno más amigable a todo tipo de credos. En el pasado, se prohibía a los colegios y las universidades establecer departamentos enfocados en una sola religión, tales como los que brindan capacitación a miembros del clero. Por lo tanto, las escuelas religiosas no estaban reconocidas oficialmente, a pesar de que podían todavía operar y reclutar estudiantes. Esta restricción fue eliminada en 2004, llevando al establecimiento de numerosas y respetadas instituciones, incluyendo el Colegio Budista del Tambor Dharma en la ciudad de Nuevo Taipei, el Seminario Teológico Bautista de Taiwan en la ciudad de Taipei y la Escuela Chong De de I Kuan Tao en el distrito de Nantou, en el centro de Taiwan.
Un grupo de personas en Zimbabue sonríe tras recibir bolsas de arroz de parte de la Fundación de Caridad Budista Tzu Chi, con sede en el distrito de Hualien, en la parte este de Taiwan. (Foto cortesía de la Fundación de Caridad Budista Tzu Chi)
Entorno amigable
Las reformas institucionales combinadas con una sociedad multicultural han solidificado la reputación de Taiwan como un centro de actividad religiosa. Según el gabinete de estrategia estadounidense Pew Research Center, Taiwan ocupa el segundo lugar en todo el mundo, superado solamente por Singapur, en lo que se refiere a diversidad religiosa, y las estadísticas del MOI revelan que la nación es el hogar de más de 33.000 centros religiosos, equivalente a casi uno por cada kilómetro cuadrado de territorio.
Deseoso de acrecentar su reputación de dar la bienvenida a diferentes creyentes, Taiwan está estableciendo vínculos con organizaciones religiosas en otras naciones con el fin de compartir su exitosa transformación y aportar a la mejora de la libertad religiosa en todo el mundo. En julio de 2018, el Departamento de Estado de Estados Unidos llevó a cabo su primera Conferencia Ministerial para Promover la Libertad Religiosa (MARF, siglas en inglés), que forma parte del Plan de Acción del Potomac, como un llamado a los países y territorios participantes a la creación de embajadores en misión especial en pro de la libertad religiosa. Taiwan fue uno de los primeros en responder, designando como tal a Pusin Tali, presidente del Colegio y Seminario Teológico Yu-Shan en Hualien, y miembro de la tribu atayal.
Tzu Chi, la ganadora del Premio del Yuan Ejecutivo a la Promoción de la Caridad Social, también lleva a cabo proyectos en Taiwan, tales como el reciclaje de botellas plásticas y una operación de limpieza medioambiental en la ciudad de Nuevo Taipei. (Fotos de Chin Hung-hao y cortesía de la Fundación de Caridad Budista Tzu Chi)
Días después de su nombramiento, Pusin asistió a la apertura en Taipei de la conferencia “Un diálogo de la sociedad civil sobre cómo asegurar la libertad religiosa en la región Indo-Pacífico”. Patrocinado y apoyado por Taiwan y Estados Unidos, el evento fue organizado por la Fundación para la Democracia, con sede en Taiwan, y reunió a más de 200 distinguidos invitados locales y extranjeros, quienes dialogaron sobre la creciente amenaza a la libertad de expresión religiosa. Cuatro meses después, Pusin viajó a Washington para la segunda MARF como uno de los más de mil líderes civiles y religiosos que asistieron.
“Mi nombramiento es realmente un hito para la nación. Taiwan es un lugar donde las personas de todas las religiones y etnias pueden prosperar, y una que es seria acerca de fortalecer la cooperación con países de ideas afines para proteger la libertad religiosa en todo el mundo”, declaró Pusin. “Garantizar que todos sean libres de adorar donde quieran y cómo quieran forma parte integral de los valores de Taiwan, siendo una parte inquebrantable de nuestra identidad”, aseveró Pusin.
Los asistentes escuchan con atención el discurso de la presidenta Tsai Ing-wen sobre “Un diálogo de la sociedad civil para asegurar la libertad religiosa en la región del Indo-Pacífico”, en Taipei el año pasado. (Fotos cortesía de la Presidencia)
Los estudiantes y académicos llevan puestas sus togas para la ceremonia de graduación de las maestrías del instituto en 2019. (Foto cortesía del Instituto de Artes Liberales del Tambor Dharma)
Estudiantes de estudios budistas intercambian puntos de vista en el Instituto de Artes Liberales del Tambor Dharma, el sucesor del Colegio Budista del Tambor Dharma, la primera institución educativa religiosa reconocida oficialmente en Taiwan. (Foto cortesía del Instituto de Artes Liberales del Tambor Dharma)
Pusin Tali, el primer embajador en misión especial para la libertad religiosa, ofrece un sermón en la Iglesia Presbiteriana Suang Lien en Taipei. (Foto cortesía del Colegio y Seminario Teológico Yu-Shan)