18/05/2024

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Taiwán Hoy

FUERZAS SOCIALES DINAMICAS

01/05/2017
La Sociedad de la Vida Silvestre organiza excursiones para que los niños refuercen sus destrezas de observación al aire libre. (Foto cortesía de la Sociedad de la Vida Silvestre)

Las organizaciones no gubernamentales desempeñan un papel crucial en el desarrollo de Taiwan.

Más de dos mil personas en el centro de Taiwan resultaron víctimas del consumo de aceite de arroz tóxico en 1979. Muchos de los afectados eran personas económicamente desfavorecidas, que no podían darse el lujo de pedir días libres en el trabajo por enfermedad. Cuando trataron de buscar compensación, no había nada que ofrecerles. El comerciante responsable del aceite contaminado transfirió la propiedad de sus bienes a fin de escapar de la responsabilidad legal.

El incidente dio lugar a que un grupo de empresarios, abogados y profesores, establecieran la Fundación de Consumidores Chinos-Taipei (CFCT, siglas en inglés) en 1980, a fin de educar al público y salvaguardar los derechos de los consumidores. El establecimiento de la CFCT marcó un hito en el desarrollo de las organizaciones no gubernamentales (ONGs) en Taiwan, al ser la primera ONG dedicada a defender una causa en particular.

“La década de 1980 fue una época crucial para el movimiento de los derechos civiles en Taiwan. En ese período, una gran cantidad de ONG fueron establecidas por profesionales e intelectuales de orientación reformadora”, declaró Hsiao Hsin-huang, distinguido investigador del Instituto de Sociología en la Academia Sínica, la principal institución de investigaciones de Taiwan. “Con el objetivo de mejorar la sociedad, estos grupos salvaguardan, educan y centran su atención en importantes asuntos públicos, y también supervisan el desempeño del Gobierno y las empresas privadas”, agregó Hsiao.

El desarrollo moderno de Taiwan, según Hsiao, puede clasificarse en tres periodos, a saber: el régimen centralizado del gobierno nacionalista de 1945 a 1970; el crecimiento económico fenomenal y el alza de las empresas privadas en la década de 1970; y el auge de los movimientos sociales en búsqueda de la libertad de la interferencia estatal y corporativa que surge en la década de 1980 que continúa hasta hoy día.

La basura de los océanos y los materiales naturales se usan para crear arte con forma de una tortuga marina. (Foto cortesía de la Sociedad de la Vida Silvestre)

El tercer periodo puede dividirse en tres etapas, explica Hsiao. La primera etapa(1980-1986) se enfoca en defender los derechos de los aborígenes, consumidores, estudiantes y mujeres, además de proteger el medio ambiente; y culminó con la formación del Partido Democrático Progresista. La segunda ola llegó a su apogeo en 1987, tras diversas protestas por parte de personas discapacitadas, agricultores, trabajadores, maestros, prisioneros políticos y veteranos militares, y terminó con el levantamiento de la ley marcial.

La tercera etapa, que tuvo sus inicios alrededor de 1988, se ha visto marcada por llamados a la vivienda asequible, así como a las reformas educativa, judicial y parlamentaria. Esta también condujo al levantamiento de las prohibiciones para periódicos y partidos políticos. De hecho, el Taiwan moderno continúa siendo testigo de muchos movimientos políticos y sociales.

La búsqueda de la seguridad y la justicia

Chiang Min-hsiu, decano del Colegio de Ciencias Sociales en la Universidad Nacional Chengchi, situada en Taipei, declaró que tras el levantamiento de la ley marcial, las nuevas libertades provistas tales como de reunión, asociación, expresión y prensa, contribuyeron a desencadenar el potencial de las ONG, al crear un entorno favorable para su desarrollo. 

“El crecimiento de las ONG es una consecuencia natural de la democratización y los llamados más activos a la reforma social”, puntualizó Chiang, agregando que “estos grupos buscan impulsar cambios estructurales dentro de la sociedad y brindar servicios sociales”. Sus actividades, explicó Chiang, pueden dividirse generalmente en dos tipos: salvaguardar derechos y brindar servicios.

Los turistas locales y extranjeros visitan un área de preservación de humedales en el nororiental distrito de Yilan en Taiwan. (Foto cortesía de la Sociedad de la Vida Silvestre)

Según datos recopilados por el Ministerio del Interior (MOI, siglas en inglés) había más de 50 mil ONG funcionando, tanto a nivel nacional como local, en Taiwan a finales de 2016. Según Hsiao, cerca del 90 por ciento de ellas operan como proveedores de servicios, con el restante diez por ciento involucrado principalmente en las tareas de salvaguardar derechos. “Las ONG que realizan servicios se orientan hacia las obras caritativas en pro del bienestar social, mientras que las ONG que abogan por derechos llevan a cabo actividades que buscan influenciar las políticas públicas”, señaló. “Juntas, han contribuido a construir una sociedad democrática, inclusiva y vibrante”, agregó Chiang.

En sus 37 años de trabajo, el CFCT, por su parte, se ha esforzado por resolver asuntos de interés público e impulsar nuevas leyes y cambios de políticas, mediante la organización de conferencias, ruedas de prensa y campañas de concientización; además de encargarse de recibir las quejas de los consumidores, presentar demandas colectivas y brindar servicios de prueba de productos.

“Nuestro logro más importante fue impulsar exitosamente la aprobación por parte del Gobierno de la Ley de Protección al Consumidor en 1994, uno de las primeras de su tipo promulgadas en un país desarrollado industrialmente”, comentó Yu Kai-hsiung, abogado y presidente del CFCT. “Desde entonces, esta ley ha desempeñado un papel importante en la protección de los intereses y los derechos de los consumidores locales”, señaló Yu.

Además, la organización fue una defensora clave del sistema nacional de seguimiento al origen de alimentos, que brinda información relacionada con el trayecto de los productos agrícolas de la granja a la mesa. El sistema fue implementado por el Consejo de Agricultura (COA, siglas en inglés). El CFCT también impulsó con éxito varias enmiendas al Acta sobre Seguridad Alimentaria y Sanidad, a fin de proteger mejor la salud de los ciudadanos.

Miembros de la Sociedad de la Vida Silvestre participan en una actividad de mantenimiento y restauración de un humedal en el sector de Wugu en la ciudad de Nuevo Taipei. (Foto cortesía de la Sociedad de la Vida Silvestre)

La Sociedad de la Vida Silvestre, con sede en Taipei, es otra ONG que ha ayudado a moldear las prácticas comerciales, políticas gubernamentales y actitudes públicas en Taiwan. Desde su establecimiento en 1995, la organización se dedica a la protección medioambiental y la conservación de la naturaleza.

El año pasado, por ejemplo, la Sociedad llevó a cabo diversos cursos de entrenamiento, exhibiciones, conferencias y actividades de observación de la naturaleza, con la participación de más de 218 mil adultos y niños. Actualmente, cuenta con unos seis mil miembros y once sucursales en todo el país.

“Nuestra misión es ayudar a que la gente se reconecte con la naturaleza para que pueda apreciar su belleza y riqueza, y así se esfuercen por mantenerla a salvo”, declaró la presidenta de la Sociedad, Liu Yueh-mei. “Con este objetivo, buscamos establecer reservas de vida silvestre en los terrenos que adquirimos vía donaciones, convenios de encomiendas, arrendamientos a largo plazo y compras”. Otras tareas de la organización incluyen promover la conservación de los animales y la agricultura ecológica; así como monitorear las políticas gubernamentales.

A fin de lograr un mayor alcance e impacto, Liu señaló que la Sociedad se ha asociado con las agencias del Gobierno Central, tales como la Agencia para la Construcción y Planificación del MOI; el COA, y la Administración para la Protección del Medio Ambiente, a nivel de Gabinete, así como con gobiernos y comunidades locales, a fin de llevar a cabo proyectos de conservación relacionados con la energía, la flora y fauna, los océanos y los humedales.

“Con el paso de los años, nuestras diversas acciones e iniciativas han llevado a que el Gobierno y el público en general presten más atención a los problemas medioambientales. Se ha logrado aunar esfuerzos a fin de adoptar prácticas sostenibles”, explicó Liu. “Al solicitar el apoyo general para la protección medioambiental, quizás algún día podamos garantizar que el aire que respiramos esté puro; que la comida que nos alimenta sea segura; que el agua que bebemos esté limpia; y que todas las criaturas puedan vivir libres y felices”, aseveró Liu.

Tzu Chi celebra una ceremonia única cada mayo a fin de celebrar tres ocasiones, a saber: Día de Buda, Día de la Madre y Día de Tzu Chi. (Foto cortesía de la Fundación de Caridad Budista Tzu Chi)

Un mundo mejor para todos

Mediante sus operaciones a largo plazo, las ONG de servicio, incluyendo a diversos grupos altruistas y religiosos, tales como la Fundación de Caridad Budista Tzu Chi, la Fundación de Caridad y Bienestar Social Montaña del Tambor del Dharma y Visión Mundial de Taiwan, han hecho contribuciones relevantes al desarrollo social, ayudando a resolver necesidades sociales complejas, afirmó Hsiao.

Establecida por la maestra de Dharma, Cheng Yen, en 1966 y con sede en el oriental distrito de Hualien, la Fundación de Caridad Budista Tzu Chi, por ejemplo, ha pasado de ser una pequeña entidad de ayuda local a convertirse en una organización humanitaria internacional, con más de 600 sucursales y oficinas en 56 países y regiones, y alrededor de un millón de voluntarios en todo el mundo.

Tzu Chi ha expandido el alcance de sus operaciones para incluir educación, protección medioambiental, ayuda humanitaria y medicina, llevando asistencia a personas necesitadas en 94 países. En reconocimiento a sus programas de ayuda al exterior, particularmente los implementados tras devastadores desastres naturales, Tzu Chi recibió el estatus de consultor especial en el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas en 2010.

“Las misiones que nuestra fundación lleva a cabo tienen como base el espíritu de la compasión, la amabilidad, la alegría y la dádiva generosa de Buda”, explicó Joe Wang, subdirector del Departamento de Religión y Ayuda Humanitaria de Tzu Chi. “Procuramos aliviar el sufrimiento de aquellos necesitados sin importar su nacionalidad o religión, así como crear un mundo mejor para todos”.

Un trabajador de Tzu Chi ayuda a un anciano en Camboya a llevar sacos de arroz donados por el Consejo de Agricultura. (Foto cortesía de la Fundación de Caridad Budista Tzu Chi)

En vista de que el sufrimiento es generado a menudo por los conflictos, las enfermedades y los desastres naturales, la Fundación brinda asistencia en forma de vestimenta, asesoría, alimentos, refugio, atención médica gratuita, ayuda monetaria y servicios de construcción tras los desastres. Tzu Chi también ha construido hospitales y escuelas, y opera una red de televisión.

Además, Wang señaló que la Fundación ha realizado esfuerzos a fin de promover el voluntariado. La participación comunitaria, según Wang, puede formar una fuerza que estimule la estabilidad social.

La principal actividad comunitaria que promueve la Fundación Tzu Chi es la recuperación y el reciclaje de recursos. Actualmente, Tzu Chi opera más de 8.600 estaciones de reciclaje por todo Taiwan, que emplean la colaboración de 86 mil voluntarios. Uno de sus proyectos es transformar las botellas plásticas de tereftalato de polietileno en cobijas y vestimenta, las cuales son distribuidas por todo el mundo como materiales de ayuda.

“Los principios de nuestra fundación consisten en ayudar a los pobres y educar a los ricos”, aseveró Wang, agregando que “esperamos inspirar amor y humanidad tanto en las personas que dan como en las que reciben, para que podamos vivir todos en armonía como una gran familia”.

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