Taiwan ha sido visto durante mucho tiempo a través del prisma de las perspectivas externas. Los períodos en los que japoneses, chinos, holandeses y españoles ejercieron el control administrativo entre los siglos XVII y XX dieron lugar a estudios relacionados con la nación y sus pueblos moldeados por escuelas de pensamiento foráneas. Pero más de tres décadas de democratización han dado como resultado el surgimiento de una sociedad libre y abierta formada por una comprensión más clara de la identidad nacional. Esto ha abierto la puerta a un nuevo campo académico: los estudios sobre Taiwan.
El apoyo gubernamental a las instituciones dedicadas a la investigación sobre Taiwan, en todas sus múltiples facetas, ha sido testigo de un fortalecimiento continuo de los estudios relacionados con esta. Las historias de éxito incluyen el Instituto de Historia de Taiwan de la Academia Sínica en Taipei, la principal institución de investigación de la nación, así como la Biblioteca Nacional de Taiwan en la ciudad de Nuevo Taipei, dependiente del Ministerio de Educación (MOE, siglas en inglés).
Los resultados están a la vista, con docenas de departamentos de estudios sobre Taiwan en universidades de toda la nación. Sin embargo, no solo en casa se producen cambios. Las asociaciones de estudios de Taiwan se pueden encontrar en todo el mundo, incluida la Asociación Japonesa de Estudios de Taiwan, la Asociación de Estudios de Taiwan de América del Norte y la Asociación Europea de Estudios de Taiwan, formadas en 1997, 1999 y 2004, respectivamente. Este amplio respaldo sentó las bases para el Congreso Mundial de Estudios de Taiwan, que celebró su tercera edición en Taipei en 2018 después de un evento de alto perfil en Londres tres años antes.
El apoyo de la comunidad académica global ha sido testigo del desarrollo de los estudios sobre Taiwan en un amplio espectro de temas. Iluminando el camino a los académicos se encuentran los numerosos museos del país, que sirven no solo como repositorios, sino también como centros de innovación, aprendizaje e investigación. Instituciones como el Museo Nacional de Prehistoria en el distrito de Taitung, el Museo Nacional de Literatura de Taiwan en la sureña ciudad de Tainan y el Museo Nacional de Bellas Artes de Taiwan en la céntrica ciudad de Taichung están asegurando que investigadores talentosos, a lo largo y ancho de la nación, estén profundizando sus estudios sobre diferentes aspectos de la vida local.
Arqueólogos e historiadores están descubriendo secretos perdidos de hace mucho tiempo sobre el pasado del país, tanto prehistóricos como modernos. Algunos lugares de Tainan en los que ha habido hallazgos de culturas poco conocidas revelan capítulos históricos no registrados hasta la fecha, y de manera paralela los académicos están excavando en diferentes lugares relacionados con el período colonial japonés (1895-1945) para descubrir los orígenes de la modernización y el desarrollo de la nación.
Entrelazados con la historia local están los idiomas de Taiwan, que además del mandarín incluyen el hoklo, también llamado taiwanés, el hakka y 16 lenguas aborígenes. Estos están experimentando un resurgimiento, apoyados por las medidas y programas gubernamentales dentro y fuera del aula. Entre los pasos tomados para dar lugar a este se encuentran los del Ministerio de Educación, que ha colaborado con asociaciones lingüísticas como la Sociedad de Idiomas y Literatura de Taiwan para producir textos estandarizados destinados a idiomas sin una tradición escrita formal.
Una nueva generación de artistas educados en idiomas locales ha dado lugar a una industria cultural y creativa en auge con nuevas perspectivas y una identidad distinta. Desde autores hasta escultores, pintores y guionistas, el arte y la literatura de Taiwan se han ganado seguidores leales. Sin importar si son maestros de la pintura tradicional de estilo chino como Huang Chun-pi, Pu Ru y Chang Dai-chien o jóvenes autores nativos como Yang Fu-min, todos han encontrado un hogar en la nación.
Taiwan está expandiendo su espacio internacional a través de la cooperación con aliados y socios afines. Una de las piedras angulares de este proceso es la participación de académicos extranjeros y su reconocimiento de los estudios relacionados con la nación como materia por derecho propio. A medida que comienza una nueva década, también lo hace un nuevo capítulo en la historia de Taiwan.