El año 1990 fue un hito importante en las relaciones entre la República de China y la República de Nicaragua, dado que se reanudó el vínculo diplomático iniciado hace ya varias décadas. La interrupción de los contactos oficiales entre 1985 y 1990 no logró minar la profunda amistad existente entre ambos pueblos. Y las perspectivas de cooperación que se vislumbran para el futuro cercano son promisorias.
El primer consulado chino en Managua fue establecido en 1930. Cinco años más tarde, esa legación fue ascendida a la categoría de consulado general, bajo la responsabilidad del consejero Sung Hun-chi. En 1960, Nicaragua nombró a Humberto Argüello Tefel como cónsul ante la República de China y otro país asiático. Dos años después, los dos países elevaron la categoría de sus representaciones a embajadas, señal del estrechamiento de los lazos.
En 1979, Taipei dio su reconocimiento oficial al Gobierno Sandinista, tras la revolución que derrocó a Anastasio Somoza. Las relaciones se mantuvieron cordiales hasta 1985, año en que las autoridades de Managua decidieron reconocer diplomáticamente a Pekín, con el fin de recibir su voto favorable en el Consejo de Seguridad Permanente de la Organización de Naciones Unidas. Tal decisión chocaba con la política nacional de "una sola China", por lo que Taipei declaró rotos los lazos diplomáticos.
Poco después de las elecciones que tuvieron lugar en Nicaragua a comienzos de 1990, en las que triunfó abrumadoramente la actual presidenta Violeta Barrios de Chamorro, empezó un activo contacto entre ambas partes con el fin de reanudar los vínculos oficiales. Diversos representantes de ambos gobiernos se reunieron en Estados Unidos, Japón, Costa Rica y Panamá.
A mediados del año pasado, coincidieron en una visita a Taipei el actual embajador Pedro Joaquín Chamorro y el teniente coronel Ramiro Contreras, ya que distintos sectores estaban trabajando en líneas paralelas para la reanudación de relaciones.
El 5 de noviembre de 1990, se anunció formalmente el reinicio de la amistad. Y de inmediato ambos países empezaron los preparativos para la instalación de embajadas en las respectivas capitales.
Presente y futuro
El actual embajador de la República de China ante Nicaragua es Lin Ki-tseng, y el embajador de Nicaragua ante la República de China es Pedro Joaquín Chamorro Barrios, hijo
mayor de la Presidenta nicaragüense.
La reanudación de relaciones diplomáticas entre Taipei y Managua significó un éxito para el Gobierno chino en Taiwan, ya que actualmente tiene lazos oficiales con todos los países de América Central.
Para Nicaragua, el paso dado tiene relación con su futuro y sus esperanzas de mejorar la economía y el bienestar de su población. Según ha dicho el embajador Chamorro, "Esta sede diplomática es importante por lo que podemos aprender nosotros. Este país tiene la solución para el desarrollo de Nicaragua. Porque hace 40 años Taiwan era pobre, tan pobre como Nicaragua. Y ahora tiene una rica experiencia en la superación de sus problemas mediante el desarrollo económico ( ... ) Además, queremos mejorar esos lazos de amistad que existieron en el pasado y fueron rotos por un período de cinco años".
A niveles no oficiales, la antigua relación se forjó gracias a la comunidad china en Nicaragua que llegó a ser de unas tres mil personas. La mayoría llegó a buscar oportunidades de inversión y. se dedicó al comercio de productos diversos al por menor. Algunos establecieron pequeñas industrias de productos textiles y vestuario, cuyo principal objetivo era exportar a Estados Unidos. Unos pocos compraron tierras, las que les fueron expropiadas durante el período del sandinismo y están siendo devueltas en la actualidad. Se calcula la población china en ese país en unas 150 personas ahora, una gran mayoría casadas con personas locales y muy arraigadas en la comunidad.
La población nicaragüense en Taiwan, sin embargo, es muy reducida. Además de los funcionarios de la embajada y sus familias, sólo se sabe oficialmente de un nicaragüense que reside en la isla.
Cooperación mutua
Desde el establecimiento de las nuevas sedes diplomáticas, ambos países han empezado a poner a punto las condiciones que les permitan el mayor grado de cooperación y beneficio para ambas partes. La Asamblea Legislativa de Nicaragua aprobó una ley de inversiones extranjeras que otorga grandes facilidades a los empresarios del exterior. Actualmente está en estudio una ley de zonas francas. Este país centroamericano quiere no sólo seguir el ejemplo de Costa Rica, donde ya se inició la construcción de una zona de procesamiento industrial con capital chino, sino establecer una zona franca más grande que la que tuvo en el pasado.
Un paso concreto está dando la empresa Taiyuan Textile, que piensa instalar en Nicaragua una planta industrial de azulón o denim. Con una inversión considerable, la fábrica dará empleo a unas 900 personas, además de las cerca de tres mil que deberán participar en la construcción del edificio.
Este proyecto será el inicio de una cadena productiva, ya que, además de ocupar grandes cantidades de algodón, uno de los principales productos nicaragüenses, dará impulso a una serie de industrias derivadas, como la confección de vestuario. Para los inversionistas chinos se trata de una oportunidad excepcional para entrar a los mercados americanos.
En el plano de la cooperación técnica, la República de China envió el año pasado una misión exploratoria, a fin de analizar las áreas con más potencial de desarrollo.
Entre 1970 y 1985, Taipei mandó diversos equipos de expertos en agricultura, horticultura y veterinaria y estableció un centro de instrucción agrícola en Managua. No obstante, ese trabajo se vio interrumpido por la ruptura de los lazos oficiales.
Según los respectivos informes de la embajada de Taipei en Managua y la misión exploratoria, las principales áreas de trabajo serán el mejoramiento de especies, plantación y cosecha de arroz, maíz, frejoles de soja y sorgo.
Además, se trabajará en la introducción de nuevas variedades de verduras y frutas, la crianza de cerdo, el cultivo de camarones y el uso de maquinaria agrícola.
A Nicaragua también le interesa la colaboración china en el área forestal, ya que sus tierras son ricas en este campo y la República de China cuenta con numerosos expertos en el uso de la madera y la reforestación. En el terreno agrícola, Nicaragua quiere recuperar el alto puesto como productora de algodón que tuvo en el pasado, e introducir cultivos mejorados de algunas especies chinas.
El comercio entre ambas partes ha sido reducido hasta ahora. En 1990, las exportaciones de Taiwan a Nicaragua fueron de 808.000 dólares estadounidenses y consistieron en maquinaria, piezas y repuestos, juguetes y artículos deportivos. El mismo año, la importación sumó 790.000 dólares y fue principalmente de algodón.
Como otros países de la región, Nicaragua tiene amplias posibilidades de ser beneficiada con préstamos financiados por el Fondo Internacional para la Cooperación y el Desarrollo Económicos de la República de China.
Intercambio de visitas
Muestra del interés que tiene la República de China en Nicaragua fue la visita a Managua del viceministro de Asuntos Exteriores Chen Chien-jen, sólo un mes después de la reanudación de relaciones diplomáticas. Actualmente está en preparación la visita a Taiwan de dos delegaciones nicaragüenses. Una del Ministerio de Economía, encabezada por el ministro De Franco, y otra del Ministerio de Defensa, encabezada por el mayor general y jefe del estado mayor, Javier Cuadra.
La primera visita oficial nicaragüense a Taipei debía realizarse al cierre de esta edición especial, encabezada por el viceministro Patricio Jerez, del Instituto Nicaragüense de Recursos Naturales y Ambiente.
En los planos deportivo y cultural están surgiendo algunos proyectos. El béisbol, deporte que los pueblos de ambos países aman hasta la médula, parece ser un punto de encuentro y de fortalecimiento de una amistad que, como se ha demostrado en los últimos meses, tiene raíces profundas.