Desde que se establecieron lazos oficiale a nivel de gobiernos en la década de los 40, las relaciones entre la República de China y la República de Honduras han ido fortaleciéndose y acercándose hasta llegar a una estrecha colaboración en la actualidad.
Las capitales de ambos países, Taipei y Tegucigalpa, son "ciudades hermanas" desde 1974 y, a través de los años, han sido sedes de visitas mutuas de alto rango, firma de acuerdos bilaterales e intercambios culturales y estudiantiles.
El interés y aprecio de la República de China hacia este país centroamericano tiene una larga historia. En 1941 se encomendó al embajador en Panamá hacerse también cargo de las relacione con Honduras. En 1957 viajó a Tegucigalpa el primer encargado de negocios, Tan Chin-shien, y en 1962 fue nombrado Pan Fan-sun como primer cónsul en Honduras. Tres años más tarde, los dos países elevaron sus representaciones a la categoría de embajadas. Actualmente el embajador en Tegucigalpa e Huang Chuan-li.
Por parte hondureña, las relaciones con la República de China fueron atendida en forma simultánea por repre entantes en otros países asiáticos. En 1985, Honduras estableció
su primera legación diplomática permanente en Taipei, a cargo de la embajadora Lina Elena Sunseri. El actual embajador es el abogado Gustavo Barahona. James H. C. Tao ha ocupado desde 1957 el cargo de cónsul honorario de Honduras en Taiwan.
El intercambio de visitas ha sido profuso y de alto nivel. En abril de 1989, visitó Taiwan el entonces presidente José Azcona Hoyo. A la celebración nacional del Diez de Octubre, vino en 1990, como representante de su país, el vicepresidente Jacobo Hernández, quien fue recibido en audiencia por el presidente Lee Teng-hui. En noviembre del mismo año, el viceministro de Relaciones Exteriores de Honduras, Jaime Güell, fue condecorado en Taipei con la Orden de la Estrella Brillante en el grado de Gran Cordón Violeta. En mayo de este año, el viceministro de Asuntos Exteriores de la República de China, Chen Chien-jen, visitó Honduras, país que le dejó una muy grata impresión.
El intercambio cultural ha sido constante, y varios profesores y expertos han visitado la respectiva capital hermana para dar a conocer su país. Además, varios oficiales chinos reciben adiestramiento en la Escuela Militar de Honduras, y también hay estudiantes hondureños en la Escuela Naval de la República de China. Oficiales de alto grado de Honduras suelen asistir a cursos de guerra política impartidos en Taipei.
Chinos destacados
La relación amistosa entre ambos países tiene una gran base de apoyo en la comunidad china residente en Honduras, que asciende a unas cinco mil personas y se encuentra muy integrada a la sociedad local. La Asociación Sino-Hondureña fue fundada hace cuatro décadas, poco después de la llegada de los primeros inmigrantes chinos, que inciaron su nueva vida instalando negocios de venta al por menor, restaurantes y algunas industrias.
Las nuevas generaciones se han educado en Honduras y varios de sus miembros han conseguido destacarse como profesionales, empresarios y políticos. Entre los descendientes de chinos que han logrado ocupar altas posiciones gubernamentales están el ex presidente del Congreso, Efraín Pu, la procuradora general de la República, Elizabeth Chiu, la ex ministra Leticia Ma Tai y el director del Fondo de Desarrollo de Exportaciones, Antonio Young.
Asistencia técnica
El comercio entre ambos países es reducido. En 1990, las exportaciones de la República de China a Honduras sumaron US$ 15.431.000 y consistieron principalmente en textiles, artículos de goma y plásticos, maquinaria, partes de vehículos y productos de ferretería. Las importaciones, de algodón y productos agrícolas, fueron de US 9.000.000 en el mismo año.
En el terreno en que sí hay un amplio intercambio es en el de la cooperación técnica.
En 1971 se firmó un acuerdo de colaboración en el área agrícola y desde entonces, Taipei ha enviado periódicamente diversos grupos de expertos a Honduras para brindar asistencia en el mejoramiento de las cosechas de arroz y la horticultura. Ultimamente se ha empezado a trabajar en fruticultura, pasando a explotar un área inexplorada antes en ese país y que, de alcanzar un alto nivel de producción, puede ser uno de los caminos que Honduras utilice para salir de la limitación de su economía, basada sólo en la producción de bananas y café.
Al mismo objetivo apunta el trabajo conjunto en el terreno pesquero y de acuacultura. Desde 1974, diversos grupos de especialistas han asistido a Honduras en técnicas pesqueras y cultivos de agua salada y dulce, incluyendo el procesamiento de los productos. El mayor éxito se ha obtenido en el cultivo de camarones, cuyo volumen de producción y exportaciones en los últimos tres años le ha significado a Honduras ingresos por US$ 10 millones.
Estos avances han captado la atención de la prensa hondureña, que ha dedicado gran cantidad de espacio al tema, destacando la importancia de la colaboración entre países.
En 1983, la República de China envió a Honduras un barco de pesca de tres toneladas para servir como centro de investigación y para el adiestramiento de técnicos locales. Siete años más tarde, la embarcación pasó a ser propiedad de ese país centroamericano. Además del amplio trabajo que se ha hecho en la localidad de San Lorenzo, en el sur de Honduras, desde 1989 funciona un centro de investigación y desarrollo en el Lago de Yojoa, centro del país, que no sólo ha tenido un éxito económico, sino también turístico.
Electricidad rural
Otras áreas en las que la República de China está proporcionando asistencia a Honduras es en el de la ganadería porcina, los sistemas de regadío y la electrificación de zonas rurales. En 1976, la compañía estatal Taiwan Power Company firmó un acuerdo con la Empresa Nacional de Energía Eléctrica de Honduras y un año más tarde partió desde Taipei el primer grupo de técnicos. Hasta ahora se han extendido cerca de 150 kilómetros de tendido eléctrico por la zona oeste del país, abarcando sectores del territorio hondureño que carecían de tan básico servicio, como Copán, Lempira y Santa Bárbara.
Las misiones técnicas de la República de China han proporcionado asistencia directa en los distintos campos, además de compartir conocimientos con los profesionales locales. El contacto personal ha sido intenso, y esta experiencia ha servido al mismo tiempo de intercambio cultural. Algunos técnicos chinos llevan cerca de seis o siete años de residencia en Honduras, y aquellos que viajaron acompañados de sus familias se han integrado a la sociedad de ese país.
Actualmente está en trámite una solicitud del Gobierno hondureño ante el Gobierno de la República de China, para financiar un proyecto de construcción de carreteras rurales. Según explicó el embajador Gustavo Barahona, el objetivo es conectar a los sectores más aislados con las ciudades, para que los campesinos puedan vender directamente sus productos y se dé inicio a nuevas actividades económicas.
Interesado en captar la atención de inversionistas de la República de China, el embajador Barahona está trabajando activamente por dar a conocer su país y las garantías que éste ofrece. Se ha planeado para octubre de este año el viaje a Honduras de una delegación de empresarios chinos para que conozcan de cerca las posibles áreas de inversión (agricultura, industria, manufactura y turismo). De este modo, la relación entre ambos países puede profundizarse aún más en el terreno productivo.