El 11 de junio el presidente Ma Ying-jeou aseveró que el futuro de la República de China está en las manos de sus 23 millones de habitantes en Taiwan, respondiendo a una declaración que realizó previamente Pekín el mismo día; donde señalaba que el destino de la isla era asunto de “todo el pueblo chino”. Las observaciones de Pekín fueron hechas por Fan Liqing, portavoz de la Oficina para los Asuntos de Taiwan, subordinado al Consejo de Estado de China continental; quien señaló que “los temas relacionados con la soberanía y la integridad territorial de China deberán ser decididos por todos los chinos, incluyendo a los compatriotas de Taiwan”.
Según una declaración de la portavoz de la Oficina Presidencial de la República de China, Ma Wei-kuo, el presidente Ma siempre ha insistido en que el destino de Taiwan descansa en su propio pueblo y en la Constitución de la República de China.
Por su parte, el Consejo para los Asuntos de China Continental (MAC, siglas en inglés), la agencia encargada de elaborar las políticas de Taiwan hacia China continental, reiteró el mismo día que la República de China es un país soberano e independiente, por lo que el futuro de la isla será decidido por el pueblo taiwanés.
El MAC hizo hincapié en que el Gobierno de la República de China insiste en que cualquier asunto concerniente al futuro de Taiwan y al desarrollo de las relaciones entre ambos lados del Estrecho de Taiwan debe ser decidido por los ciudadanos de Taiwan dentro del marco de la Constitución.
Asimismo, el opositor Partido Democrático Progresista, emitió una declaración apoyando el derecho que tiene el pueblo taiwanés a tomar las decisiones de su propio futuro.
Algunos intelectuales locales también expresaron su opinión, señalando que aunque Pekín ha suavizado su tono, su postura en contra de la independencia de Taiwan no ha cambiado.
La política de la Administración del presidente Ma hacia China continental es mantener el status quo de “no unificación, no independencia, no uso de la fuerza militar” conforme a la Constitución de la República de China, con el propósito de proteger los intereses de los taiwaneses y mantener la prosperidad de la región, declaró el MAC.