fin de servir al pueblo, el Gobierno ha querido introducir un cambio importante con la iniciativa de ‘servicios de ventanilla única’”, dijo el presidente de la República de China, Lee Teng-hui, durante la Conferencia Nacional de Administración de Personal que tuvo lugar el 10 de mayo de 1999. “No obstante, los resultados no se han hecho visibles, y aún existen un sinfín de inconvenientes que le crean dificultades a la gente”.
La crítica del Presidente reveló el actual esfuerzo del Gobierno por establecer un gobierno innovador y dinámico, capaz de hacer frente a las crisis y, en consecuencia, elevar la competitividad nacional. Durante el mismo discurso, el presidente Lee se refirió a la mejora en la calidad de los funcionarios públicos y a la continuidad de la reforma administrativa a fin de “sentar las bases para la reforma gubernamental”.
Las Directrices para la Reestructuración del Gobierno, aprobadas por el Yuan Ejecutivo en enero de 1998, designan tres áreas principales para concentrar los esfuerzos reformistas del Gobierno: la reestructuración organizacional, la de personal y servicios, y la del sistema reglamentario. Para ello, se han creado tres equipos de trabajo englobados en un comité para la gestión de la reestructuración gubernamental, integrado por una representación equilibrada de funcionarios de los niveles superior, medio e inferior. Además, un comité asesor para la reestructuración gubernamental está compuesto por exitosos empresarios, intelectuales y expertos que tienen como responsabilidad ofrecer asesoramiento en la reforma del Gobierno.
La puesta en marcha del servicio administrativo de ventanilla única a nivel nacional fue uno de los principales puntos del Plan para la Promoción de la Reestructuración de Personal y Servicios aprobado en una reunión del Yuan Ejecutivo en junio de 1998. Una de las ideas más prometedoras en el reciente esfuerzo del Gobierno de mejorar la eficiencia administrativa ha sido tratar de seguir el modelo ‘seven eleven’ de pequeño almacén. “Lo que el presidente Lee criticaba era la mentalidad de los empleados públicos”, explica Chang Che-shen, director general de la Administración Central de Personal, del Yuan Ejecutivo. “Podemos llevar a cabo las reformas institucionales, pero es el factor humano el que determina, realmente, su práctica y ejecución. Por eso, hago gran énfasis en la revitalización espiritual”. Chang cree que los empleados públicos necesitan adoptar y sustantivar siete conceptos distintos y cruciales en la revitalización del Gobierno: mercadeo, presupuesto, competencia, calidad, servicio, usuario y tecnología.
El plan para elevar el nivel de computarización de los empleados públicos ya está en marcha.
A pesar de la necesidad de la reforma, sin embargo, no debemos esperar que los empleados del Gobierno experimenten una dramática transformación. Cuando se trata de burocracia, el sistema, la estructura o la institución siempre se proclaman la solución definitiva. La máquina corporativa impersonal e “inhumana” puede resolver los problemas humanos –al menos, eso se cree. “En cuanto a la reestructuración de personal y servicios, la parte más importante y difícil de realizar es la de los sistemas de personal”, dice Chang. “Esto abarca la revisión, simplificación y liberalización de las normas y reglamentaciones de personal –tales como las que regulan los exámenes, asignaciones, valoración de la actuación y el salario de los empleados públicos”.
La reestructuración del sistema de personal tendrá como objetivos: crear diferentes sistemas de administración de recursos humanos, dependiendo del tipo de trabajador (por ejemplo, empleados públicos, maestros, empleados de empresas estatales, y la policía); flexibilizar las restricciones de empleo y crear un sistema de contratación pluralista (especialmente para el personal con destrezas médicas, de alta tecnología, culturales y artísticas); crear un sistema de promoción en base a la actuación; desarrollar un sistema de eliminación de personal innecesario o incompetente; reestructurar el sistema de valoración de la actuación para que sea más incentivador (diferente del actual que otorga la calificación “A” a más del ochenta por ciento); y crear un sistema de salario flexible. “Me gustaría que los jefes de las organizaciones públicas pudieran disponer de un fondo para premiar a quienes trabajan con extraordinaria dedicación”, dice Chang. “También quiero que se añada la calificación ‘A+’ a las ya existentes ‘A-B-C’, que se estudien las alegaciones de promoción irregular de empleados, y que se elimine el sistema de fichear, que implica una falta de respeto hacia los empleados públicos”.
La renovación gubernamental es una labor continua, que no tiene fin. Antes de la puesta en marcha del actual proyecto de reestructuración, iniciado tras la toma de posesión de Vincent C. Siew como primer ministro del Yuan Ejecutivo en septiembre de 1997, se lanzó en 1993 un plan para reformar la administración a iniciativa del entonces primer ministro Lien Chan, actual vicepresidente de la República de China y candidato del KMT para la elección presidencial del año 2000. ¿Hay algún aspecto realmente novedoso y diferente en esta nueva ronda de reestructuración gubernamental?
Lien Chan, vicepresidente de la República de China, pronuncia un discurso en la Conferencia para la Promoción del Servicio Administrativo de Ventanilla Unica.
“Las reformas administrativas previas provenían en gran medida de las organizaciones gubernamentales mismas y eran muy localizadas”, explica Chang; “en cambio, la reestructuración gubernamental actualmente en marcha se impulsa tanto desde dentro como desde fuera del Gobierno y, además, aspira a ser integral”. Por ejemplo, el Gabinete de Lien inició un programa de reducción de personal que tenía como objetivo principal aumentar la eficiencia administrativa; sin embargo, el actual proyecto de reforma gubernamental incluye, entre otras cosas, la reestructuración del Gobierno Provincial de Taiwan (TPG, siglas en inglés), lo que provocará un cambio fundamental en el sistema de gobierno local y resultará en la reformulación de la jerarquía gubernamental general. Esencialmente, el presente programa tiene como propósito llevar a cabo una significativa transformación estructural del Gobierno.
n términos de imagen o concepción del Gobierno, las reformas administrativas anteriores aspiraban a crear un Gobierno “grande y poderoso”, basado en el supuesto de una burocracia racional con experiencia técnica y poderío. Sin embargo, el actual plan de reestructuración representa el paso de una tecnoburocracia a un servidor administrativo del pueblo. Persigue asimilar los recursos del sector privado y establecer un Gobierno “pequeño y bueno”, “pequeño y capaz”, para el cual las necesidades de los usuarios sean la máxima prioridad. Desde una perspectiva histórica, el actual sistema gubernamental fue diseñado en la primera mitad de este siglo para gobernar la gran China agrícola –ciertamente muy diferente al pequeño y tecnológico (por no hablar de democrático) Taiwan en la antesala del siglo XXI. Se puede simplemente decir que la reestructuración gubernamental es un sine qua non del progreso.
La promoción del servicio de ventanilla única –que precisa de capacidad de almacenar información y velocidad para transmitirla– está íntimamente relacionado con el nivel de computarización del Gobierno. Esto, junto con el proyecto para introducir la noción de calidad de servicio (ambos parte del Plan para la Promoción de la Reestructuración de Personal y Servicios), se encuentra actualmente bajo la supervisión de la Comisión de Investigación, Desarrollo y Evaluación del Yuan Ejecutivo (RDEC, siglas en inglés). Esta comisión también tiene a su cargo la ejecución del Plan para la Promoción de la Reestructuración Organizacional, cuyos objetivos son aumentar la flexibilidad de empleo, reducir el tiempo de procesamiento de normas y reglamentaciones organizacionales, simplificar y delinear claramente la estructura, niveles y responsabilidades del Gobierno, y fortalecer la capacidad local de autogobierno. El éxito de esta fase (así como de todo el proyecto) de reestructuración gubernamental depende en gran medida de la promulgación de dos leyes: la Ley Básica Organizacional de las Agencias del Gobierno Central y la Ley de Autorización del Personal Total de las Organizaciones del Gobierno Central.
A pesar de que estas dos leyes fueron remitidas al Yuan Legislativo el año pasado, no se ve cerca el final de su procesamiento. El principal problema con que han tropezado se refiere a la distribución de poder entre las agencias legislativas y administrativas de gobierno. Si estas leyes llegan a entrar en vigor, sólo las organizaciones gubernamentales a nivel de Gabinete necesitarán la aprobación del Yuan Legislativo para establecer o eliminar ministerios y oficinas. Dentro de los límites de un número fijo de personal total y una razonable suma de dinero para los gastos de empleo, el Gobierno tiene libertad para hacer los ajustes necesarios dentro de la estructura administrativa. Sin embargo, el Yuan Legislativo alberga la sospecha de que perderá su derecho de supervisión. “Ningún otro país en el mundo ofrece ese derecho”, dice el presidente de la RDEC, Wea Chi-lin. “El resultado de este sistema es que aunque los departamentos que necesitamos se hacen cada vez más grandes, no podemos eliminar aquellos departamentos que no satisfacen las demandas de la sociedad”. A pesar de todo, el Presidente tiene confianza en que se llegará a un acuerdo definitivo en cuanto a estas dos influyentes leyes. Una vez aprobadas, es posible que concluya la revisión de la Ley Orgánica del Yuan Legislativo –que ha estado paralizada durante los gobiernos de cuatro primeros ministros, es decir, más de una década.
En lo que se refiere al ajuste organizacional a nivel de gobierno local, es éste el punto más controvertido de la reestructuración gubernamental. La reforma del Gobierno Provincial entró en su segunda etapa el 1 de julio de 1999, conforme al Estatuto Provisional para el Ajuste de la Función, Negocios y Organización del Gobierno Provincial de Taiwan. También se ha podido constatar que el primer y último gobernador electo de la Provincia de Taiwan, James Soong, es actualmente un popular candidato presidencial –que se independizó de su partido, el gobernante KMT, para participar en la elección del 2000. Sin embargo, aparte de la inevitable confusión entre los aspectos técnicos y políticos de la reestructuración gubernamental –las luchas internas por el poder en el KMT, la polémica sobre independencia-unificación, y los llamamientos sentimentales de tantas estrellas políticas en favor de los intereses del “pueblo de la provincia”– la eliminación del nivel provincial es de hecho uno de los pasos más significativos hacia el establecimiento de un gobierno capaz en esta pequeña isla.
La reestructuración del TPG, al menos, pretende representar una distribución equitativa de poder entre los gobiernos central y local, y la consolidación del autogobierno local. Ahora, tanto la Ley Reguladora de la Distribución de los Recursos y Gastos del Gobierno como la Ley sobre Sistemas de Gobierno Local han pasado sus respectivas rondas de procedimientos legislativos y entrarán en vigor en el 2001. Asimismo, con el proyecto de ajuste de la región administrativa que está actualmente en manos del RDEC, se espera que los gobiernos locales operen de manera más justa y sin inconvenientes en un sistema sin provincia –a pesar de ciertas irregularidades e insatisfacciones iniciales.
l Consejo para la Planificación y el Desarrollo Económicos (CEPD, siglas en inglés) del Yuan Ejecutivo, a cargo del proyecto de reestructuración del sistema reglamentario, se ha centrado en tres aspectos de reestructuración gubernamental. En primer lugar, en lo que concierne a la modificación de su propia función, el Gobierno Central estimulará la privatización de las empresas públicas y ofrecerá incentivos para impulsar la participación del sector privado en la construcción pública –objetivo que se ha visto favorecido por la Ley para la Promoción de la Participación del Sector Privado en la Construcción Pública, que se halla en el Yuan Legislativo para su promulgación. Segundo, con el propósito de aumentar la eficiencia y la calidad, crear un sistema de control financiero completo y seguro, y satisfacer las demandas de la sociedad de Taiwan que se moderniza aceleradamente, el Gobierno Central mejorará el principal sistema de administración de empresas y realizará las reformas legales necesarias. En el programa de reforma se da prioridad a la promoción de la ley de procedimiento administrativo, la revisión de las reglamentaciones contra el fraude, la división razonable de responsabilidades para la recaudación de ingresos entre los niveles central y local, y la revisión completa del uso de la tierra y los sistemas de zonificación, entre otros. El tercer aspecto tiene que ver con la flexibilización de las reglamentaciones y la reforma y normalización de los procedimientos administrativos.
Por ser un proyecto a largo plazo que por su propia naturaleza no dejará ver ninguna consecuencia tangible ni inmediata, la reestructuración del sistema reglamentario tiende a recibir poca atención por parte de los medios de comunicación o del público en general. Sin embargo, todos los empleados públicos de la República de China deben reconocer la importancia de mantener un gobierno activo y progresivo, aun a costa de sus propios intereses. “Me sentiría feliz de ser el último presidente del RDEC, si eso fuera necesario”, dice Wea Chi-lin. “Un empleado público no trabaja para una organización particular sino para todo el pueblo”. Chiang Pin-kung, presidente del CEPD, insta a los empleados del Gobierno a superar el egocentrismo, al tiempo que esboza una grandiosa perspectiva que, según él, los empleados gubernamentales, y quizás del mundo entero, deberían adoptar: “Imagínese que mira la Tierra desde una nave espacial para observar su desarrollo. ¿En qué lugar se ubica Ud. en este gran escenario?”.