on motivo del quincuagésimo aniversario de la reubicación del Yuan Ejecutivo en Taiwan, se celebró el nueve de diciembre pasado una recepción en el auditorio del mismo. En esa misma fecha del año 1949, después de tener que dejar China continental a causa de la guerra civil contra los comunistas, se había instalado oficialmente en su sede en Taiwan con Yen Hsi-shan en el cargo de primer ministro.
En los últimos cincuenta años Taiwan se ha transformado de una sociedad agraria amenazada por la guerra, en una sociedad moderna con una sólida democracia y una de las economías más vibrantes del mundo. Durante esta ceremonia el primer ministro de la República de China, Vincent C. Siew, celebró junto a líderes actuales y anteriores las cinco décadas de desarrollo político, económico y cultural en Taiwan.
La recepción contó con la presencia de tres exprimer ministros, entre ellos los asesores presidenciales Sun Yun-suan, Lee Huan y el vicepresidente Lien Chan. Esta ocasión brindó también una buena oportunidad para mostrar la unidad del Kuomintang, al adquirir el carácter de reunión familiar capaz de congregar a muchos antiguos miembros del partido que se habían ido alejando del mismo y que, en un momento u otro, han desempeñado un importante rol en la trayectoria de la isla.
No faltó Sun Yun-suan, uno de los líderes más respetados de todos los tiempos en Taiwan, a pesar de haber sufrido una apoplejía, y llegó a la ceremonia acompañado, en su silla de ruedas, por una enfermera; dirigió, además, una breve pero emotiva alocución a los presentes. En 1978, Sun asumió el cargo de primer ministro sucediendo al difunto presidente Chiang Ching-kuo, quien lo ocupó desde 1972 hasta 1977; sin embargo, tuvo que dimitir en 1984 por razones de salud.
Durante los seis años que Sun desempeñó este cargo fueron muchos sus logros, entre ellos el establecimiento del Parque Industrial Científico de Hsinchu y la flexibilización de las restricciones de viajar al extranjero. También creó el Consejo para Asuntos Culturales y bajo su mandato se llevaron a término los “Diez Grandes Proyectos de Construcción Pública de Taiwan”, uno de los puntos más trascendentales de la modernización de Taiwan.
Durante la celebración se conmemoró el progreso de la isla en los últimos cincuenta años, y al mismo tiempo se rindió homenaje a los antiguos funcionarios del Kuomintang que han mantenido su lealtad hacia el partido.
En su alocución, el primer ministro Siew señaló que “el trabajo arduo de generación tras generación durante los últimos cincuenta años ha traído la prosperidad actual de la isla. No importa quién llegó aquí primero y qué dialecto hablaba, todos comemos y bebemos el arroz y el agua de esta tierra...todos somos una familia”. Este comentario hacía alusión a los problemas étnicos que han plagado la isla.
Durante el transcurso de la recepción se observó un ambiente familiar y de camaradería, y los participantes pudieron apreciar, en una combinación de video y diapositivas, los principales logros de la República de China en los últimos cincuenta años.
Para culminar la celebración, se sirvió un exquisito buffet que los invitados degustaron en medio de una amena plática sobre los gratos recuerdos de los viejos tiempos.