En junio de este año, el secretario de Estado estadounidense Colin Powell expresó su confianza en Taiwan cuando mencionó que Taiwan era una “historia exitosa” que debía ser imitada, y no un “problema” que tenía que ser resuelto, demostrando una vez más que Estados Unidos percibe su relación con Taiwan de una manera positiva a pesar de la ausencia de relaciones diplomáticas formales.
Poco después que Washington cambiara el reconocimiento diplomático de Taipei a Pekín el 1 de enero de 1979, el Instituto Americano en Taiwan (AIT, siglas en inglés) ha jugado un papel fundamental en las relaciones no oficiales entre Estados Unidos y Taiwan. El Instituto fue establecido por el Congreso estadounidense como una corporación privada, sin fines de lucro; mientras que el Departamento de Estado de ese país otorga una gran parte de sus fondos y ofrece asistencia en sus operaciones.
La oficina del AIT en Taipei es responsable de una gran gama de actividades que representan los intereses estadounidenses, incluyendo los servicios comerciales, información económica y política, transacciones agrícolas, servicios de viaje, intercambios culturales y transacciones militares. El Instituto opera también como escuela de lengua china para sus funcionarios, centro de comercio, biblioteca, y tiene una oficina sucursal en Kaohsiung que colabora en la gestión de los asuntos estadounidenses en el sur de Taiwan.
“El gobierno americano está decidido a impulsar nuestros intereses comunes con Taiwan mediante un comercio más libre, la estabilidad regional, y la lucha del crimen a través de las fronteras”, puntualiza el recién asignado director del AIT, Douglas H. Paal. “En los próximos meses, espero que podamos trabajar estrechamente (con el lado de Taiwan) para facilitar el comercio y la inversión, creando un ambiente en el que estos importantes aspectos de nuestra relación puedan florecer”.
El agrega que Taiwan y Estados Unidos comparten valores y metas comunes de libertad y democracia. “La Ley sobre las Relaciones con Taiwan, creada por un Congreso previsor en 1979, nos ofrece un medio para reforzar nuestra cooperación y lograr nuestras aspiraciones comunes”, indica Paal. Un ejemplo de tal cooperación fue el ingreso, sin obstáculos, de Taiwan a la Organización Mundial del Comercio (OMC) a principios de este año, la culminación de doce años de estrechos esfuerzos de colaboración con Estados Unidos.
La importancia de esta relación bilateral está reflejada en el volumen de comercio entre ambos lados. Estados Unidos ha sido desde hace mucho el mayor socio comercial de Taiwan. Mientras que Taiwan es el octavo mayor socio comercial de Estados Unidos y el séptimo mayor mercado de exportaciones. Las exportaciones estadounidenses hacia Taiwan en 2001 totalizaron US$18.200 millones y los envíos de Taiwan a Estados Unidos fueron valorados en $27.700 millones.
En un esfuerzo para expandir aún más el comercio bilateral, la Sección Comercial del AIT está encargada de ayudar a las firmas estadounidenses a exportar sus mercancías y servicios a Taiwan, utilizando varios programas del Departamento de Comercio estadounidense. Sus actividades incluyen realizar investigaciones de mercado, hacer búsquedas de agente/distribuidor/socio, hacer peticiones en nombre de los comerciantes estadounidenses, organizar misiones comerciales, y facilitar la participación de compañías estadounidenses en las exhibiciones comerciales locales.
Según la Sección Comercial, el sector de software de computadoras de Taiwan representa una excelente oportunidad para fortalecer la cooperación entre las compañías taiwanesas y estadounidenses, porque la industria del software local depende todavía en gran medida de las importaciones. Aunque Taiwan ya es una fuerza mundial en la producción de hardware de tecnología de la información y está progresando rápidamente en la digitalización de su economía, esas ventajas pueden abrir también el camino para que las compañías estadounidenses sirvan como socios en los sectores de servicio de información y hardware de computadoras.
La organización equivalente al AIT, la Oficina Representativa Cultural y Económica de Taipei (TECRO, siglas en inglés), fue establecida por el Gobierno de Taiwan poco después de que las relaciones diplomáticas con Estados Unidos fueran suspendidas para continuar promoviendo los lazos bilaterales. TECRO, que incluye una oficina principal en Washington DC, así como también doce oficinas sucursales ubicadas en las principales ciudades de Estados Unidos, se halla bajo la jurisdicción del Yuan Ejecutivo, pero sus operaciones son supervisadas y respaldadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores con respecto a política, personal y finanzas.
Con el paso de los años, TECRO se ha comunicado estrechamente con el AIT, la Cámara Americana de Comercio en Taipei, y varias oficinas de comercio e inversión estadounidenses en esta capital. Su objetivo es promover la gama completa de relaciones bilaterales con Estados Unidos, dice Steven Wang, ex presidente de la oficina en Taiwan de TECRO —incluyendo asuntos políticos, económicos, culturales y militares, así como servicios de visa, asuntos educativos, la promoción de los derechos de propiedad intelectual, y la cooperación en la protección medioambiental.
Aparte de esos deberes, TECRO representa el Gobierno de Taiwan en la gestión de asuntos con Estados Unidos a través del AIT, ya sea en la firma de convenios, la organización de delegaciones, o la participación en negociaciones o conferencias. La oficina también es responsable de hacer llegar documentos gubernamentales, recibir a los funcionarios estadounidenses visitantes, y asistir al personal del AIT con sus solicitudes de visas, tarjetas de identificación, calidad de exento de contribuciones y otros privilegios.
“Dada la ausencia de relaciones diplomáticas (con Estados Unidos) lo que limita los contactos directos de gobierno a gobierno, TECRO realiza las principales tareas de gestionar y coordinar los asuntos bilaterales en una amplia escala”, señala Wang. “No sólo estamos desempeñando meramente el papel de coodinador y comunicador, sino que también servimos como lubricante en la resolución de cualquier problema que pueda surgir y afectar adversamente las relaciones bilaterales”.
Wang dice que él ha sido animado por el progreso continuo en el desarrollo de los lazos entre ambos lados. Cita como ejemplo, la reciente iniciación —a sugerencia de Estados Unidos— de contacto directo entre agencias gubernamentales equivalentes. El intercambio formal de documentos oficiales, sin embargo, continúa siendo realizado a través de TECRO.
La presencia de representantes estadounidenses en Taiwan no se limita al AIT, ya que diecinueve gobiernos de estado mantienen actualmente oficinas en Taipei para fomentar el comercio con Taiwan. Una de las oficinas más activas, la Oficina de Comercio e Inversión de California, ha estado operando desde 1994. Su misión es asistir a los empresarios de California a identificar, evaluar y lograr oportunidades de exportación en Taiwan, atraer y facilitar oportunidades para sociedades estratégicas y empresas conjuntas entre ambos lados, explica Steven Ling, director de la oficina. “Nuestro objetivo es elevar el perfil de California como una economía comercial sólida y diversa, que es abierta y accesible a los mercados del mundo”, dice Ling. “Y nuestra oficina sirve como un puente y catalizador para facilitar los intercambios entre la gente de nuestro estado y los posibles inversionistas y socios comerciales de Taiwan”.
El índice de crecimiento anual de las exportaciones de California hacia Taiwan aumentó más del 36 por ciento de 1999 a 2000, alcanzando los US$7.400 millones ese año. Sin embargo, la cifra disminuyó a $5.600 millones en el 2001 por causa de la recesión. Taiwan es ahora el cuarto mayor mercado de exportación de California, con las computadoras, electrónicos, y maquinaria representando casi la mitad del total de envíos.
La representación canadiense en una reciente exhibición de alimentos. Taiwan es el cuarto mayor socio comercial de Canadá en Asia, después de Japón, China y Hong Kong.
En la búsqueda de más inversión de Taiwan, California espera cambiar la inclinación tradicional de las compañías de Taiwan de hacer inversiones principalmente en Asia, ofreciendo incentivos, tales como créditos tributarios para la manufactura, incentivos de investigación y desarrollo, nuevas zonas empresariales, y asistencia en la formación de empleados. Ling también recalca el menor riesgo y la menor incertidumbre que implica la inversión en California, en comparación con algunos lugares de Asia. Esto facilita a los inversionistas el establecimiento de planes comerciales más realistas y la realización de metas a largo plazo.
El Director dice que en base a los comentarios de las compañías californianas, Taiwan ha hecho avances notorios en la flexibilización del acceso al mercado para las compañías extranjeras, pero se podría implementar más mejoras. Por ejemplo, las reglamentaciones gubernamentales no son siempre claras y consistentes. El sugiere que las autoridades de Taiwan establezcan un centro de coordinación para la gestión de solicitudes, clarificar las reglamentaciones, y promover la participación en varios programas que ofrecen un campo de juego equilibrado. “Creo que las autoridades de Taiwan comprenden la importancia de la interacción económica con otras naciones y por lo tanto, procurarán resolver estos asuntos”, dice Ling.
La falta de transparencia y las barreras del comercio formal e informal han sido en el pasado un problema para las compañías canadienses que intentan entrar en el mercado de Taiwan, expresa Weldon Epp, director de relaciones públicas, de la Oficina Comercial Canadiense en Taipei (CTOT, siglas en inglés). En cuanto a acceso comercial, el enfoque del CTOT ha sido trabajar con Taipei para ayudar a familiarizar a las autoridades de Taiwan con la mentalidad empleada en la OMC que coloca mayor prioridad en facilitar el comercio y la inversión. Ahora que Taiwan forma parte del organismo del comercio mundial, la oficina canadiense y la comunidad empresarial de este país están a la espera de ver qué cambios ocurrirán. “Hay cierto grado de optimismo en que la calidad de miembro de la OMC va a crear nuevas oportunidades para las firmas canadienses”, dice Epp.
El indica que el cambio más significativo que ha percibido en el desarrollo de Taiwan es su transición a una democracia, que ha estimulado el aumento de nuevas oportunidades entre las organizaciones no gubernamentales y los posibles socios extranjeros. “La economía de Taiwan se ha vuelto muy dinámica, transparente y globalizada”, dice. “Eso beneficia la manera en que ofrecemos servicios a los canadienses que desean comerciar y asociarse con los taiwaneses”.
Establecida en 1986, la CTOT representa Canadá en Taiwan a falta de relaciones diplomáticas formales, cubriendo una extensa gama de intereses. Ofrece básicamente los mismos servicios de apoyo que otras misiones canadienses en el exterior, y su personal está conformado principalmente por funcionarios de dos departamentos del gabinete: Relaciones Exteriores y Comercio Internacional, así como de Ciudadanía e Inmigración. “Además del comercio y la inversión, también representa los intereses canadienses en otras áreas, tales como las relaciones entre individuos, conexiones culturales, servicios educativos y servicios a los canadienses que trabajan en Taiwan”, explica Epp. “Por ello, cumplimos una tarea muy completa aquí. Aunque no oficial por naturaleza, la CTOT es la representante de cada tipo de relación entre taiwaneses y canadienses”.
Taiwan es actualmente el cuarto mayor socio comercial de Canadá en Asia, después de Japón, China y Hong Kong. El desequilibrio comercial entre ambos lados es de cuatro a uno, a favor de Taiwan. “Creemos que la entrada de Taiwan a la OMC es un medio importante y la oportunidad para mejorar este desequilibrio”, dice Epp. Como una manera de aumentar el crecimiento en el comercio e inversión bilateral, él sugiere que “los taiwaneses se asocien con los canadienses para desarrollar productos innovativos y buscar otros mercados”.
Como parte del Acuerdo de Libre Comercio Norteamericano (NAFTA, siglas en inglés), la zona de libre comercio más grande del mundo, Canadá es también un excelente destino para las inversiones taiwanesas. Además, es conocido como un importante innovador en los campos de medios digitales nuevos y biotecnología, dos áreas en las que en Taiwan se ha mostrado interés. Asimismo, en términos de flujo de alta tecnología, Canadá y Taiwan sostienen una de las dos mayores relaciones tecnológicas en ambas direcciones, pertinentes a los proyectos de investigación conjuntos y el intercambio de intelectuales.
Desde el establecimietno de la oficina canadiense, más y más taiwaneses han viajado a Canadá para estudiar, visitar, trabajar o inmigrar, continúa Epp. Esto ha forzado esta oficina a expandir sus operaciones para apoyar el creciente volumen de actividades que se realizan. El CTOT procesa ahora el mayor número de visas de visitantes en comparación con otras misiones canadienses en el mundo.
Epp compara la relación Taiwan-Canadá con un joven. “El crecimiento es tan rápido, y como es natural, hay ciertas dificultades en el crecimiento a lo largo del camino”, dice. “Pero al mismo tiempo hay mucho potencial para crecer más. Con lazos fortalecidos, Canadá puede complementar los objetivos actuales de Taiwan y ayudar a reformar su economía hacia los servicios y tecnologías más novedosos”.
La Oficina Comercial Chilena fue establecida en Taipei en 1990 para procurar el mejor entendimiento entre ambos países. Los empresarios chilenos son incentivados a viajar a Taiwan debido a la importancia que se le da a las reuniones cara a cara.
Otro país signatario de NAFTA, México, estableció una oficina comercial en Taipei en 1990 para promover las exportaciones, atraer la inversión y estimular las alianzas estratégicas entre las empresas mexicanas y taiwanesas. “Más y más compañías taiwanesas están trasladando sus operaciones a México porque creen que hay oportunidades comerciales potenciales allí, particularmente desde que se firmó NAFTA”, dice Marco Barragan, director de Servicios Comerciales Mexicanos (MTS, siglas en inglés). Otras razones para hacer negocios en México, agrega, son la estabilidad económica y política, las reglamentaciones transparentes, los precios competitivos de la tierra, y abundantes recursos humanos, e instalaciones eficientes, así como atractivos incentivos del Gobierno.
Con las operaciones de la oficina aquí, dice el Director, los empresarios taiwaneses no tienen que viajar a México para obtener la información y servicios necesarios. “Nuestra oficina tiene como objetivo volverse la ventana mexicana en Taiwan —aconsejando a los taiwaneses dónde están las oportunidades y cuáles son los incentivos que se ofrecen en nuestro país”, dice. “Apoyamos a los socios de ambos lados para que forjen lazos de negocio o inversión, desde el comienzo hasta el final, paso a paso”.
Desde el establecimiento de MTS, el negocio bilateral entre México y Taiwan ha crecido de US$200 millones a principios de los noventa a $1.400 millones en 2001. Las exportaciones mexicanas hacia Taiwan totalizaron $417 millones en 2001, mientras que las importaciones desde Taiwan alcanzaron los $1.000 millones. “Las relaciones comerciales entre México y Taiwan están en muy buena forma, y cada vez mejor”, dice Barragan. “Los taiwaneses son especialmente duchos en el envío de productos a México. Necesitamos hacer más del lado mexicano, aumentando nuestra participación en el mercado taiwanés”. MTS está actualmente trabajando en la promoción de productos mexicanos en Taiwan, tales como productos agrícolas, alimentos frescos y procesados, muebles, y materiales de construcción, y en el aumento de las ventas en categorías de exportación, tales como componentes electrónicos, automóviles, frutos del mar, cerveza y otras bebidas alcohólicas.
Aparte de su relación comercial estrecha con Norteamérica, Taiwan tiene lazos formales con catorce países en Centro y Sudamérica. Al mismo tiempo, mantiene relaciones estrechas con muchos países en la región que no son aliados diplomáticos. Entre aquéllos que han establecido oficinas en Taiwan para promover el comercio de dos vías están Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia y Perú.
La Oficina Comercial Chilena, por ejemplo, ha operado durante doce años. Su tarea principal, explica el director Guillermo Garrido, es capacitar a la gente en Taiwan y Chile para conocerse mejor y así fomentar una cooperación más estrecha para el beneficio mutuo. Ambos lados pueden trabajar juntos para fomentar oportunidades comerciales no sólo en Latinoamérica donde Chile sirve como una buena puerta de entrada, sino también en otros mercados, tales como China. “Taiwan puede realizar la función de ser una puerta hacia el inmenso mercado continental. Hay gente que sabe qué hacer y cómo hacerlo”, dice Garrido. “Utilizando la capacidad superior de gestión y experiencia de mercadeo, Chile puede distribuir sus diversos productos competitivos a los mercados del mundo. Eso creará seguramente una situación beneficiosa para ambos lados”.
En la actualidad, Taiwan es el cuarto mayor mercado exportador de Chile en Asia, después de Japón, Corea del Sur, y China. El valor de las exportaciones de Taiwan hacia Chile alcanzó los $420 millones. Garrido dice que su objetivo inmediato es restaurar el valor comercial general anual entre Taiwan y Chile al nivel de más de $1.000 millones registrado entre 1995 y 1997. Aunque el volumen de artículos que Chile envía a Taiwan no ha variado significativamente en los últimos años, el valor monetario ha ido declinando debido a la caída de los precios en el mercado internacional de los principales artículos chilenos, incluyendo los metales y la pulpa de papel. La mejor manera de impulsar el comercio puede ser expandir la esfera de las exportaciones chilenas para incluir más frutas frescas, frutos del mar y vinos.
En vista de la importancia en Asia de realizar reuniones de negocio cara a cara, el director comercial está tratando de animar a más empresarios chilenos a visitar a Taiwan. “No se puede hacer negocios simplemente mediante correo electrónico y facsímiles”, señala. “La manera de hacer negocios aquí es única —la gente compra algo de tí, no simplemente porque es de la mejor calidad o tiene el mejor precio, sino porque tú le caes bien”.
Otro proyecto que Garrido tiene planeado para sí mismo durante el curso de su estadía aquí es explorar el “milagro de Taiwan”. “Nos gustaría saber cómo este país pudo hacer la transición de la agricultura a la industria, y luego a la producción de alta tecnología de una manera tan tranquila —cómo pudo cambiarse la mentalidad de la gente para lograr eso”, dice.
A pesar de las dificultades inherentes a su aislamiento diplomático, Taiwan ha logrado construir relaciones estrechas con la mayoría de los países de Norte y Sudamérica a través de los intercambios comerciales y de inversión. Pero como lo indica Steven Wang, ninguna relación puede reemplazar los lazos formales. El establecimiento de TECRO, por ejemplo, es una medida contingente para sostener y desarrollar los lazos de Taiwan con Estados Unidos. “La meta final de todos nuestros esfuerzos es resumir los lazos oficiales”, enfatiza Wang. “Algún día cuando TECRO deje de existir, esa será la señal de la normalización de las relaciones Estados Unidos-Taiwan”. Antes de que eso ocurra, la oficina continuará realizando sus funciones asignadas.
Ese sentido de compromiso es sin duda compartido por muchos de los funcionarios de las oficinas representativas de otros países en Taiwan. Quizás este modo de operación no sea la solución ideal, sin embargo, es un método factible para mantener las conexiones fundamentales de Taiwan con el resto del mundo.