Los fabricantes de equipos deportivos en Taiwan se unen para hacer avances en la industria.
Sudar en la bicicleta de ejercicios, trotar en la cinta ergométrica, o ejercitarse en una máquina elíptica, brinda a menudo la única oportunidad a los habitantes de las ciudades para mantener un nivel razonable de bienestar físico. Sin embargo, los que dependen de estos equipos para aumentar su ritmo cardíaco y quemar calorías no se dan cuenta que hay muchas posibilidades de que están hechos en Taiwan.
Giang Chang, director de la oficina para la zona central de Taiwan, del Centro Corporativo para el Desarrollo de Sinergia (CSD, siglas en inglés), tiene la tarea de asegurar que los fabricantes de equipos deportivos puedan continuar brindando los productos a los aficionados de los ejercicios. CSD es una organización sin fines de lucro que recibe el 50 por ciento de sus fondos del Gobierno de la República de China y trabaja para promover el desarrollo de varias industrias a través de la integración de recursos.
Para estimular el desarrollo del sector de los equipos deportivos de Taiwan, en mayo de 2011, CSD y varias organizaciones sin fines de lucro comenzaron a trabajar con Peter Lo, fundador de Johnson Health Tech Co., a fin de formar una alianza llamada el Equipo S. El trabajo de Chang con el Equipo S incluye inspeccionar las fábricas de las compañías miembros y brindar consejo en la mejora de sus operaciones, así como visitar fabricantes para invitarlos a participar en la alianza. “Este sector probablemente vaya en declive en Taiwan si no prestamos suficiente atención a su futuro”, dice Chang. “El propósito del Equipo S es ayudar a la industria local de equipos deportivos a mejorar sus prácticas comerciales para que pueda seguir siendo competitiva”.
Chang se mantiene muy ocupado haciendo malabarismos con los diversos elementos de su trabajo. Por ejemplo, durante un día de mucha actividad a mediados de abril de este año, su horario incluyó la visita a un fabricante de equipos deportivos en el sur de Taiwan por la mañana y -luego, visitas a otros dos en el centro de Taiwan por la tarde.
Según un informe de 2007 sobre el gigante del calzado Reebok International Ltd., el 70 por ciento de todas las ventas mundiales de equipos deportivos se hacen a compradores locales, y el 30 por ciento restante va a los gimnasios o centros de acondicionamiento físico. En 2011, el sector de equipos deportivos exportó productos por un valor de US$632.700 millones, o sea el 41 por ciento de los ingresos generados por todos los productos o artículos deportivos enviados al exterior. Según Chang, alrededor de dos tercios de las ventas mundiales de estos equipos se realizan actualmente en Estados Unidos. Las estadísticas de la Asociación de Fabricantes de Artículos Deportivos de Taiwan (TSMA, siglas en inglés), que ayuda a administrar el Equipo S, muestra que en 2011 Estados Unidos importó alrededor de US$1.550 millones en equipos deportivos. Los productos hechos en Taiwan representaron alrededor del 20 por ciento, o US$310 millones, de importaciones estadounidenses ese año, mientras que los hechos en China continental ocuparon el 70 por ciento.
El asombroso 90 por ciento del mercado estadounidense que abarcó Taiwan y China continental en 2011, “se debió al efecto de agrupamiento, que provoca que los grandes fabricantes se vuelvan aún más dominantes”, dice Michael Lin, presidente de Dyaco International Inc., miembro del Equipo S con una fábrica en el Distrito de Changhua, en el centro de Taiwan. El término “efecto de agrupamiento” se refiere a la reunión de una cadena de producción industrial completa —desde los fabricantes de los componentes hasta la fabricación de productos terminados— en una sola área geográfica. Lin indica que las agrupaciones de equipos deportivos se mantienen relativamente intactas en Taiwan y China continental en comparación con otros países alrededor del mundo.
La actual posición de Taiwan en el mercado de los equipos deportivos es una continuación de la experiencia de cuatro décadas en la fabricación de artículos deportivos. “Taiwan fue inicialmente conocido por su producción de raquetas de tenis para profesionales”, dice George Wood, presidente de la Asociación de Tecnología Deportiva de Taiwan (TSTA, siglas en inglés). En 1973, el valor local de la producción de pelotas, guantes de béisbol, equipos de pesca y caza, y raquetas, excedió los US$60 millones.
Las compañías locales comenzaron a fabricar equipos deportivos en 1980 con base en la fabricación de equipos originales (OEM, siglas en inglés), según TSMA. Alrededor de 1990, algunas de las grandes marcas del mundo firmaron contratos OEM con socios taiwaneses para producir equipos deportivos. En la década de los noventa, las empresas locales comenzaron a ayudar a los clientes a diseñar productos, un esfuerzo cooperativo conocido como fabricación de diseños originales (ODM, siglas en inglés). La implementación de ODM dio a las compañías taiwaneses una ventaja competitiva en un mercado cada vez más concurrido. En los años noventa, las compañías locales de artículos deportivos se unieron a otras industrias de mano de obra intensiva en el traslado de parte de su capacidad de producción a China continental.
El próximo paso
Finalmente, las empresas locales dirigieron su atención al próximo paso —operar sus propias marcas. Johnson, que comenzó a producir equipos deportivos OEM en 1975 en Taichung, al centro de Taiwan, comenzó a producir artículos con marcas en 1996. Johnson es ahora el cuarto fabricante de marcas originales más grande del mundo. Las primeras tres son marcas occidentales, entre las que Icon Health & Fitness, con sede en Estados Unidos, ocupa el primer lugar.
La fabricación de equipos deportivos supera a todos los otros sectores de la industria de artículos deportivos de Taiwan en valor de exportación. Actualmente, la mayoría de las compañías locales compiten en el mercado de alto nivel para distinguir sus productos de aquéllos hechos en China continental. (Cortesía de Dyaco International Inc.)
En 2000, la fabricación de equipos deportivos en Taiwan superó la producción de equipos de golf, y se transformó en el principal creador de ingresos por exportación en la industria de artículos deportivos del país. En ese año, Taiwan también logró el 36 por ciento de todos los equipos deportivos importados en Estados Unidos en términos de valor.
El Equipo S no es la primera alianza de fabricantes fundada por CSD. Por ejemplo, en 2002, la organización sin fines de lucro lanzó el Equipo A con el fin de promover el desarrollo de la industria de fabricación de bicicletas en Taiwan. Encabezado por las empresas de categoría mundial como Giant Inc. y Merida Industry Co., el Equipo A procura convertir a Taiwan en un centro para productos de ciclismo desde la gama media hasta la alta. Al medir el éxito del Equipo A, Chang dice que aunque la fabricación de bicicletas a nivel local no ha crecido mucho en cuanto al número de bicicletas producidas desde que se formó la alianza, el valor de producción se ha cuadriplicado.
CSD aunó esfuerzos con la industria de las bicicletas para formar el Equipo M para los fabricantes de máquinas herramientas en 2006, y el Equipo T para fabricantes de herramientas manuales en 2008. El Equipo S es la iniciativa más reciente de CSD, y cuenta actualmente con 14 miembros. Entre ellos, Johnson, Dyaco y tres otros se centran en la producción de equipos deportivos terminados, y los miembros restantes fabrican componentes. Por ahora, los cinco fabricantes de productos terminados del Equipo S se turnan para abrir sus fábricas a los otros miembros cada tres a cuatro meses, a fin de fomentar los intercambios sobre prácticas de gestión y operaciones de fábrica. “Todos nuestros equipos se esfuerzan en crear la confianza mutua y brindar canales para el aprendizaje, reuniéndose en las fábricas de los miembros de manera regular”, dice Chang.
Además de ayudar a que las compañías aprendan las unas de las otras, CSD brinda orientación y asesoría. Para ello, el centro desarrolló una lista de referencia con los requisitos de fabricación y gestión, que los miembros del Equipo S deben cumplir. Se espera que alrededor de ocho miembros soliciten una evaluación de su progreso en cuanto a satisfacer estos requisitos en junio de este año, antes de una próxima inspección por un grupo de expertos. Las compañías reciben una certificación del CSD tras satisfacer todos los requisitos. “Realizamos las evaluaciones para evitar tener compañías que sólo están interesadas en ser parte del equipo, pero no en mejorarse a sí mismas”, dice Chang. Entre tanto, CSD considera el establecimiento de un mecanismo que forzaría a las compañías que se desempeñan pobremente a abandonar el equipo, añade Chang.
El Equipo S ayuda igualmente a los miembros a comerciar sus productos eficientemente gracias a la creación de un área de exhibición conjunta en las ferias internacionales de comercio. Por ejemplo, en la Feria Internacional de Artículos Deportivos en Múnich, Alemania, realizada este año, los miembros del equipo exhibieron colectivamente sus productos en un pabellón independiente. “El diseño moderno del pabellón y el enorme logo del Equipo S lograron verdaderamente atraer las miradas”, dice Jane Wen, secretaria general de TSMA. “Muchos compradores internacionales se acercaron, preguntando sobre la historia detrás del equipo, y miraron con detenimiento nuestros productos exhibidos. Lo consideramos como un exitoso primer paso en el esfuerzo de ayudar a los miembros del Equipo S a incursionar en los mercados internacionales”.
Los fabricantes de equipos deportivos reciben asistencia de fuentes diferentes al Equipo S y CSD. Por ejemplo, para estimular la innovación en el diseño de productos, desde 2003 TSMA organiza un concurso en el cual los participantes corporativos compiten por premios que brindan reconocimiento a la innovación en ocho categorías de artículos deportivos. El concurso es parte de la Feria Internacional de Artículos Deportivos de Taipei, que ha sido la principal feria comercial de Taiwan para la industria desde 1974. La competencia de este año tuvo un total de 29 productos deportivos que se disputaron los premios, 18 de los cuales participaron en la categoría de equipos deportivos.
En 2008, TSTA puso en marcha un concurso para estudiantes con el fin de estimular la creación de conceptos innovadores que muestren potencial de producción. Los estudiantes de China continental pueden competir desde 2011. “Algunas veces, para poder ser verdaderamente innovadoras, las empresas no pueden estar demasiado condicionadas por sus propias experiencias; por ello, comenzamos la competencia en búsqueda de inspiración en las ideas de los estudiantes locales”, explica Wood, de TSTA.
En tanto que el Equipo S ayuda a los miembros a mejorar sus productos y operaciones, la industria de los equipos deportivos de Taiwan continúa encarando una serie de obstáculos, uno de ellos es la falta de componentes estándares. “Cuando los fabricantes optan por componentes con las mismas especificaciones y los compran al por mayor, pueden reducir los costos y aumentar su competitividad”, dice Chang.
Aunque estos beneficios parecen atractivos, los miembros del Equipo S se dieron cuenta que la estandarización es un gran reto, ya que a menudo tienen que fabricar partes a pedido para satisfacer las especificaciones de los clientes internacionales. “Creo que la mayoría de los fabricantes operan también como ODM hasta cierto punto, lo que significa que tienen la flexibilidad de diseñar sus propios componentes”, señala Chang. Sin embargo, él mantiene el optimismo en cuanto a progresar en esta área. Aunque los fabricantes del equipo diseñaron componentes de forma separada en el pasado, el Equipo S brinda ahora una plataforma compartida para el trabajo estándar. “Requerirá de tiempo, pero por lo menos nos dirigimos hacia la dirección correcta”, dice.
El Instituto para la Investigación de Calzado y Tecnología en Servicios Recreativos, una organización sin fines de lucro financiada parcialmente por el Gobierno, está ayudando a acelerar el proceso de estandarización. Para ello, el instituto coopera con fabricantes y el Buró de Estándares, Metrología e Inspección, subordinado al Ministerio de Economía. Uno de los esfuerzos de estandarización realizado por el instituto se refiere a la identificación de componentes claves existentes que pueden compartirse a través de la industria, mientras que otro busca establecer especificaciones aplicables a todos los equipos de ejercicios. Se espera que las especificaciones sean anunciadas a finales de este año.
El puesto de Dyaco en la Feria Internacional de Artículos Deportivos de Taipei de este año. Dyaco es uno de varios fabricantes de equipos deportivos en Taiwan que están desarrollando sus propias marcas.
Algunos miembros del Equipo S se sienten atraídos a la producción de equipos deportivos con marcas porque estos productos generan ingresos mayores que los producidos a través de fabricación por contrato. Para dar inicio a una marca, algunos miembros de la alianza compraron marcas existentes para establecer una presencia en el mercado. Por ejemplo, Johnson compró la división de equipos deportivos Vision, de un antiguo cliente estadounidense en 1996, y continúa fabricando productos con esa marca hoy en día. Dyaco siguió una ruta similar al adquirir la marca Spirit, con más de 30 años de antigüedad, de una compañía estadounidense en 2008. Dyaco ahora trabaja para darle una nueva cara a la marca Spirit, desarrollando equipos dedicados a la rehabilitación de pacientes. Con este fin, la compañía está cambiando el formato y elevando el nivel de algunos de sus existentes productos para la salud, a través de la iniciativa de ingenieros de biomecánica y fabricantes de electrónicos. “El trabajo más importante es mejorar los componentes electrónicos, lo que podría ayudar a elevar el precio de los productos”, dice Lin. Dyaco tiene planes de lanzar el primer modelo de rehabilitación Spirit a finales de este año.
La adquisición de una marca ofrece un atajo, ya que la creación de una desde cero requiere de un esfuerzo mucho mayor. “Requiere de un gran esfuerzo y se necesita de mucho dinero para ir de cero hasta que la marca se dé a conocer un poco”, dice Lin. La reciente experiencia de Dyaco con su proceso de prueba le condujo a la creación de la marca iPower de máquinas para caminar o cintas ergométrica plegables, que son hechas para usar en casa, y comenzaron a aparecer en el mercado doméstico en la primavera de este año.
El enorme monto de recursos necesarios para crear una marca hace que los empresarios en la industria se cuestionen su necesidad. “Los esfuerzos para crear una marca ayudan realmente a generar ingresos en sectores donde hay una base amplia de consumidores, tales como en el mercado de las zapatillas deportivas. Pero no ocurre lo mismo con los equipos deportivos”, dice Wood, de TSTA.
El debate de la marca
Rex Wang es presidente de Rexon Industrial Corp., con sede en Taichung, y ha sido fabricante por contrato de equipos deportivos para diversas marcas internacionales desde mediados de los noventa. Wang indica que una compañía no necesariamente tiene que establecer una marca para tener éxito. “La Compañía Fabricante de Semiconductores de Taiwan (TSMC, siglas en inglés) nunca tuvo su propia marca, pero todas las grandes marcas en el mundo -trabajan con esta compañía”, dice. TSMC tiene su sede en Hsinchu, en el norte de Taiwan, y es el fabricante de chips por contrato más grande del mundo.
En términos de generar ingresos, Wang cree que la calidad del producto tiene mayor impacto que otros factores, incluyendo la marca. “Recibimos altas ganancias como premio cuando fabricamos productos de alto nivel”, dice. “Si nos quedamos fabricando productos de bajo nivel, tendremos que competir con muchos otros contratistas y luchar en una guerra de precios”.
Lin analiza ambas perspectivas sobre el argumento de la marca. Por ahora, él está de acuerdo con las valoraciones de Wood y Wang, que dicen que el reconocimiento de una marca no desempeña un papel crucial en las compras de equipos deportivos que hacen los consumidores. Sin embargo, señala que la industria es relativamente joven y cree que los esfuerzos de crear marcas a largo plazo aumentarán en importancia a medida que el sector madure.
Así como la marca, la necesidad de proteger la propiedad de la información también representa un reto para el desarrollo del Equipo S, ya que ser miembro conlleva la obligación de abrir las fábricas a los otros fabricantes. Casey Wang, director general de Rexon, señala que todos sus clientes internacionales prohíben la circulación de cualquier información sobre sus productos hasta que los artículos entren al mercado. “Les hemos prometido”, dice. “Desconfiarán de nosotros si hacemos público el proceso de producción”.
Durante su visita a Rexon a mediados de abril de este año, Chang propuso una solución para mantener la confidencialidad del cliente al tiempo que se permite a la compañía que participe en el Equipo S. Rexon planificaría una ruta cuidadosamente diseñada para los visitantes a su fábrica, sugirió, lo que ayudaría a la compañía a mantener la seguridad en las áreas de producción altamente sensibles, y al mismo tiempo, permitiría el acceso a otras. La respuesta preliminar de Rexon a la idea de una ruta fue positiva y hasta el momento, según Chang, la compañía tiene altas probabilidades de unirse al equipo.
El arduo trabajo de Chang para convencer a las compañías, tales como Rexon, de hacerse miembro del Equipo S, se debe al deseo de solidificar la posición de Taiwan en el cada vez más competitivo mercado de los equipos deportivos. “La gente de la industria debería aunar esfuerzos para hacerla más fuerte”, dice. “Sólo podremos -decir que el Equipo S es un éxito cuando los compradores internacionales piensen en éste cada vez que busquen productos de alta calidad”.