El unicornio se encuentra entre los seres mitológicos con mayor presencia en las diversas culturas del mundo. Tanto en Occidente como en Oriente, ha sido presentado como un animal de carácter noble, dotado de poderes mágicos, inmaculado y fuerte. Se le ha identificado con la pureza, la virginidad y lo espiritual.
En Occidente, el unicornio aparece representado bajo el aspecto de un caballo joven, generalmente blanco, con un cuerno en espiral en su frente, patas de antílope, barba de chivo, y una cola semejante a la del león. Sus ojos son de un azul intenso y se ha descrito que tiene una inteligencia comparable a la de un ser humano.
Por su naturaleza apacible, ha sido adaptado en muchas obras creativas, especialmente aquéllas de la literatura infantil. En muchos cuentos de hadas, aparece nuestro mitólogico ser en medio del bosque, rodeado de flores y seres amorosos, generando un ambiente de ternura y armonía.
Actualmente se cree que el animal o criatura descrita como unicornio en Occidente era una especie de rinoceronte indio, que precisamente posee un solo cuerno. Se tienen registros que durante la Edad Media se importaban sus cuernos a Europa y eran vendidos como cuernos de unicornio.
En la literatura occidental, el unicornio se menciona en el Libro de Job, pero sus orígenes no son claros. Existen varias explicaciones, una de ellas remontando su origen en India, en la forma de una especie de asno silvestre; otra fuente considera que podría ser originario de Africa, tal vez alguna mutación de un antílope con un sólo cuerno. Otra teoría indica que es una descripción algo exagerada de un animal real del Tibet, que posiblemente se extinguió.
En China, el unicornio tiene una apariencia totalmente diferente. Se le conoce como chilin o kilin, y si bien posee los dones anteriormente descritos para la versión occidental, no luce como un brioso corcel, ni suele estar incluido en obras de la literatura infantil. Al contrario, es un ser mitológico de porte majestuoso en la forma de un ungulado híbrido con cuerpo de león cubierto de escamas, un cuerno de ciervo y rodeado de llamaradas de fuego. En muchas alegorías, suele aparecer un niño sosteniendo una flor de loto montado en el chilin, que denota el deseo de que nazca un niño dotado de gran sabiduría.
Según la tradición china, el chilin o unicornio chino aparece en conjunción con la llegada de un sabio. Siendo un ser revestido de gran sabiduría y gentileza, su presencia es un buen presagio, señal de prosperidad y serenidad.
El chilin, junto con el dragón, el fénix y la tortuga, eran conocidos en China como los “cuatro espíritus sobrenaturales” o “cuatro bestias sagradas”. Después del dragón y el fénix, el chilin o unicornio chino es el tercer animal más poderoso dentro de la jerarquía china de seres mitólogicos. Sin embargo, en Japón, se le considera como el ser más poderoso, inclusive por encima del dragón.
En China, los orígenes del unicornio se pierden en los albores de la historia. Chin Shih-huang, el primer emperador que unificó a China, ordenó en el año 213 a. C. la quema de todos los libros, con excepción de los puramente técnicos, intentando así romper con las tradiciones del pasado. Hemos de suponer que entre los textos antiguos que fueron arrojados a la hoguera se encontraban algunos escritos que tal vez podrían habernos dado mejor luz acerca del origen de la leyenda, o quizás realidad, del unicornio. Lo poco que se sabe acerca del origen de esta criatura, se debe a unos fragmentos de texto salvados por monjes taoístas, bajo riesgo de perder sus vidas.
A través de los siglos, el unicornio o chilin pasó por una rica secuencia de leyendas y metamorfosis, donde monarcas, literatos y sabios, al por igual, trataron de explicar de una manera u otra cómo tuvieron sus aparentes encuentros con el legendario ser que imparte todo género de dichas.
Una de las leyendas chinas más interesantes sobre el unicornio fue la supuesta aparición de la criatura al legendario soberano Fu Hsi (~2900 a. C.). Según la creencia, Fu Hsi estaba un día sentado a orillas del Rio Amarillo, cuando de pronto de las aguas emergió un chilin, que llevaba en su lomo ciertos símbolos mágicos que ayudaron al soberano a crear las primeras escrituras chinas.
Supuestamente, Fu Hsi recibió del chilin los símbolos que le posibilitaron crear el Pakua o los Ocho Trigramas, que son una combinación de líneas continuas y quebradas que ha sido usado como sistema para predecir el futuro por muchas generaciones en China. Estas combinaciones se han inmortalizado en el I Ching o Libro de los Cambios, que actualmente es muy consultado para cuestiones de adivinación tanto en Oriente como en Occidente.
Las primeras referencias concretas que se tienen acerca del unicornio en China las encontramos en la obra del siglo V a. C., Tsuo Chuan o Crónicas de Tsuo, que narra acerca de los hechos que transcurren desde 389 a 468 a. C., siendo considerada como el primer trabajo de historia narrativa en chino. El chilin siguió apareciendo en subsecuentes obras chinas de historia y ficción, llegando incluso a ser identificado como una descripción pictórica algo distorsionada de la jirafa.
Esta descripción muy estilizada de la jirafa surge posterior a los viajes que hizo el eunuco Cheng Ho (1371 - 1433), por el Medio Oriente y Africa, de donde trajo de vuelta dos ejemplares vivos del enorme mamífero africano y los presentó ante la corte imperial.
El emperador Yung Lo (que reinó de 1403 a 1424) de la dinastía Ming, al ver esos animales de semejante porte los declaró como criaturas mágicas, significando con ello que su captura era símbolo de la grandeza de su reinado. Se cree que en esos momentos, la jirafa fue descrita como chilin o unicornio por algunos funcionarios de la corte, más que interesados en granjearse los favores del Emperador al aludir que era “privilegiado” de poseer tan magníficos ejemplares vivos de la mitológica criatura.
Una frase de buen augurio en China, Chilin hsiang-jui(麒麟祥瑞), que traducido al español sería equivalente a “suerte y prosperidad con el unicornio”, nos explica el afán de muchos chinos en antaño por señalar que habían visto o estado con el animal. Esta frase refleja la alta estima que goza el mitológico animal entre los chinos. Hasta muy recientemente, el mejor cumplido que se le podía decir a una persona en China, era que un chilin había aparecido en el momento de su nacimiento.
Durante la dinastía Ching (1644—1911), la influencia de los gobernantes manchúes finalmente trajo como resultado el semblante moderno con que se suele presentar al ser mítico. A partir de ese entonces, el chilin se ha convertido en un animal con la cabeza del dragón, cuernos de venado, cuerpo cubierto con escamas de pez, pezuñas de buey y cola de león. Para un animal tan fabuloso, la combinación no pudo ser mejor.
La influencia del unicornio chino se ha extendido más allá de las fronteras de China, penetrando profundamente en la mayoría de los paises asiáticos. Esto queda comprobado en la forma como se representa en estos países, así como en el nombre. El chilin se le conoce en japonés como kirin; en vietnamita como kylan; en coreano como girin; y en tailandés como kilen.
Si bien el nombre en otros idiomas asiáticos tiene mayor diferencia, empero su semblante es muy parecido. El Chilin se conoce como sabitun sabintu en manchú; y como hariharipo hariharimo en tibetano. Su influencia llega hasta el Medio Oriente, y en la mitología persa encontramos a un ser extraordinario llamado buraq, que es presentado en un estilo que recuerda al chilin, reflejando tal vez el trasfondo chino de los pintores que introdujeron las técnicas de la acuarela a Irán e iniciaron varias escuelas persas de pintura en miniatura.
En Japón, el mítico animal posee un cuerpo más parecido al venado y ha sido un ser venerado desde la antigüedad. De hecho, el término kirin se usa en el japonés moderno para designar a la jirafa. Una de las principales marcas de cerveza japonesa lleva precisamente el nombre de Kirin; y la empresa que la fabrica, la Kirin Brewery Company, Ltd., ha adoptado como símbolo de la corporación al mitólogico animal.
Por otro lado, el kirin aparece con relativa frecuencia en muchas obras de arte en la Tierra del Sol Naciente, y al igual que en China, está revestido de una simbología auspiciosa.
La mitológica criatura ha vuelto a cobrar auge con la llegada de los juegos electrónicos. Muchos de los personajes idealizados en tales juegos son una representación virtual del legendario animal, donde su presencia le imparte una fuerza increíble a los papeles que desempeña en el mundo de la fantasía. Muchos de ellos también han sido adaptados para las series de anime o caricaturas japonesas de lucha entre héroes y villanos.
En Taiwan, es común encontrar estatuas o altorrelieves del unicornio en los templos, especialmentes aquéllos taoístas, donde su presencia es símbolo de muchas bendiciones y felicidades. Suele ser colocado en las estructuras internas del templo, con el objetivo de impartir tranquilidad y otorgar bendiciones a los fieles.
En el muro tapiado del Templo de Confucio en la ciudad de Taipei se encuentra una excelente escultura polícroma del chilin, en su versión más completa, donde aparece con sus cuatro patas pisando cuatro objetos auspiciosos. Irónicamente, la pared cierra la entrada frontal del templo, recordando a los residentes de la ciudad que en el pasado ninguno de los hijos de esta localidad logró aprobar los exámenes imperiales. Tal vez, la naturaleza bondadosa y tranquila de la criatura ha ayudado a aplacar un poco la vergüenza de no haber contado con un notable letrado entre sus ciudadados.
Texto y fotos de Luis M. Chong L.