Los insectos también tienen un corazón, insiste el entomólogo Lee Sung-yang, quien explica eso en muchas formas. "Ellos son iguales a los seres humanos, ya que tienen vida espiritual. Si podemos entender esos hechos, tal vez podamos comprender mejor qué clase de criaturas somos en realidad los seres humanos". El octogenario autor hizo la fantástica declaración en su libro más reciente, publicado en enero con el título Souvenirs Entomologiques de Lee Sung-yang.
Hace unos treinta años, Lee era un productor de cine aficionado que hacía filmaciones acerca de los insectos, desde sus pequeñas cunas hasta sus diminutas tumbas. El reunió sus tomas en un documental y lo envió a la BBC de Londres, en 1975. El documental sorprendió a los ejecutivos del gigante de la radiodifusión. Este hombre solitario de una remota isla había filmado a los insectos de una forma que nadie lo había logrado antes, y capturó en la película muchos aspectos de su comportamiento. Ellos enviaron un grupo de productores profesionales de documentales a Taiwan para filmar durante 16 días la historia de la vida y el trabajo de Lee.
En aquel tiempo, la imagen de Taiwan en el mundo exterior no era la más atractiva. Tenía un gobierno autoritario y estaba gobernada por la ley marcial de mayor duración en el mundo. También era conocido como un lugar donde se originaban muchos productos falsificados.
Apenas unos meses antes, el Gobierno del Kuomintang había fracasado en su intento de lograr que reporteros de la BBC vinieran a la isla para reportar acerca de los logros económicos de Taiwan. La gente de la televisora estuvo más interesada en los insectos de Lee, y el 11 de enero de 1976, una producción de una hora titulada El mundo de los insectos del Dr. Lee, apareció en el programa semanal Nuestro mundo. Fue descrita como una película épica, ya que mostraba claramente diversas facetas de la vida de los insectos, incluyendo su nacimiento, caza, anidamiento, muda y apareamiento.
En una biografía de Lee escrita por el periodista local Chuang Chan-peng, se menciona el programa de la BBC. En la víspera de su partida, el equipo de filmación de BBC fue convidado por amigos de Lee. El productor dejó fuera de toda duda cuán valiosa ellos consideraban la obra de Lee. "El trabajo de Lee es hasta ahora el más profundo que he visto sobre los insectos", señaló.
Lee quedó sorprendido cuando el productor le mencionó sobre el título de su futuro documental. "Mi película es sencillamente el pequeño mundo de una persona acerca de los insectos. ¿Por qué usan un título tan grande? Yo no soy tan importante", dijo humildemente Lee.
"Porque usted es el segundo Fabré", contestó el productor.
Lee se rió y le agradeció por su halagadora broma.
"No estoy bromeando", insistió el productor. "Hemos visto toda clase de películas acerca de insectos a través de los años, pero nunca hemos visto algo como la suya. ¡Eres el Fabré moderno!"
El programa de la BBC convirtió a Lee en un héroe local de la noche a la mañana. De repente, todas las personas en Taiwan sentían curiosidad por él. Lee pasó meses dando entrevistas y charlas por toda la isla.
Después de más de seis décadas estudiando a los insectos, Lee considera que los insectos no son esclavos del instinto, como se creía anteriormente, sino animales inteligentes y emocionales. (Foto de Huang Chung-hsin)
En 1977, en un intento por hacer que más personas viesen su película, Lee la reeditó y le puso el título Los eventos ocultos. La obra ganó el primer premio en una competencia de grupos profesionales de un festival internacional del cine organizado por la Sociedad Fotográfica de América. Este reconocimiento lo llevó a aparecer en un artículo de portada de nueve páginas en la edición de noviembre de ese mismo año de Smithsonian Magazine.
El artículo, titulado "La obsesión de un hombre revela las riquezas de un mundo oculto", llamó la atención de una compañía estadounidense que deseaba que Lee escribiese un libro acerca de sus hallazgos. El plan nunca se materializó, pero una casa editorial local posteriormente tradujo al chino el manuscrito en inglés de Lee y publicó su primer libro en 1981. En vez de áridas teorías entomológicas, el libro utilizó más de 200 fotos para explicar las opiniones de Lee de que los insectos pueden pensar. Tan pronto fue colocado a la venta, se volvió en un éxito de librería.
Las copias de la edición de noviembre de Smithsonian Magazine se vendieron tan pronto fueron colocadas en los anaqueles de las librerías locales. Las fotos tomadas por Lee fueron escogidas para el calendario de la revista. Selecciones del Reader´s Digest, que Lee suele leer con frecuencia para practicar su inglés, condensó la historia del Smithsonian en sus ediciones en muchos idiomas.
La editorial Barron, con sede en Estados Unidos, se interesó en la obra de Lee y le solicitó que escribiera acerca de los insectos que conocía. Aunque Lee habla japonés y mandarín, su inglés no era ideal, y le tomó dos años para entregar un manuscrito en inglés junto con sus fotografías. Desafortunadamente, la versión en inglés del libro nunca se llegó a publicar.
En 1981, otra casa editora local lo tradujo al chino y lo publicó con el título Maravillas del mundo de los insectos. La edición fue bien recibida, ya que era un revelación rara, de cerca y personal de un entomólogo, y las fotos de Lee eran algunas veces mejores que aquéllas de los fotógrafos profesionales. A pesar de lo exitoso que fue, el libro no llegó a satisfacer a Lee, particularmente la calidad de la traducción y la diagramación.
Varios años después de que el primer libro de Lee fue publicado, el entomólogo canadiense Christopher Starr vino a Taiwan y fue a visitarlo. Starr alentó a Lee, diciéndole: "Lo que has descubierto es sumamente valioso. Nadie ha hecho experimentos como usted desde los días de Fabré".
La demora de Lee en publicar su libro podría haber sido en parte debido al legado de Fabré y su influencia en los que le siguieron después en este campo. Para cuando murió en 1915, el gran entomólogo y filósofo Jean-Henri Fabré dejó al mundo ricos materiales sobre los ciclos de vida y el comportamiento de los insectos. Sus estudios hicieron que llegara a la conclusión de que los insectos son criaturas guiadas completamente por el instinto.
Lee leyó acerca de la obra de Fabré cuando tenía 16 años, en una época cuando Taiwan seguía siendo parte del Imperio Japonés. El consideró que el libro era de gran importancia.
"Esclavos del instinto", es lo que la mayor parte de las personas piensa al observar fenómenos tales como las polillas que vuelan hacia un bombillo de luz caliente y mueren quemadas, escribió Lee en el prefacio de la edición de 2005 de su libro. Lee, que ha estado estudiando los insectos por más de 60 años, tiene una teoría diferente.
Tal vez su experiencia al fotografiar y filmar insectos ha hecho que se sienta más seguro acerca de lo que realmente ve a través del ojo desnudo. Lee pasó cerca de 10 años y gastó casi toda su fortuna documentando las vidas de más de 200 insectos en un estudio de tipo casero. Además de su asistente, la esposa y los cuatro hijos de Lee eran su única ayuda.
Contrario a la idea que tenía Fabré acerca de que los insectos algunas veces tienen instintos tontos, Lee arguye que instinto e inteligencia no necesariamente son ideas contradictorias. A través de incesantes pruebas y errores, Lee ha llegado a descubrir que hay algo más allá de la evaluación binaria.
Los seres humanos colocamos las cosas en contraste antes de pensar sobre ellas. El hecho de que los insectos actúen por instinto no significa que ellos no sean inteligentes, postula Lee. Su libro ofrece numerosos ejemplos de incidentes que sugieren que los insectos son animales inteligentes. Los insectos pueden pensar y sospechar, afirma Lee. Sobre todo, ellos también tienen sentimientos, agrega.
El Mundo de los Insectos del Dr. Lee se encuentra en la colección de medios de comunicación de la Universidad de Indiana. Su nombre ha sido incorrectamente anotado como Sung Yang-Lee. El Gobierno de la República de China ha producido un documental acerca de la obra de Lee. El mismo incluye muchas tomas sobre su persona, obra y esposa. La película recibió honores en el Festival del Cine de Asia y el Pacífico, y un premio en Seattle en 1979.
Un especialista local dijo que es una pena que Lee no haya enviado sus hallazgos para ser publicados en alguna revista científica importante, lo cual es esencial para toda labor académica.
La motivación de Lee para escribir el libro podría ser diferente a aquélla de Fabré, y sus conclusiones con certeza son opuestas. Pero, los dos entomólogos comparten una misma dedicación en la búsqueda del conocimiento.
Traducido del Taiwan Journal por Luis M. Chong L.