26/12/2024

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Obras exquisitas de un maestro de la pintura china

16/12/1998
Autorretrato del pintor vestido de pordiosero, para recordar los días difíciles que tuvo que pasar el artista antes de llegar a la fama. 135,9 x 69,1 cms. (1973) (Fotos cortesía del Museo Nacional del Palacio)

Resplandecientes obras de un maestro de la pintura china clásica, Chang Dai-chien, se exhiben en el Museo Nacional del Palacio en Taipei.

El Mundo de Chang Dai-chien: Exhibición del Centenario muestra 123 exquisitas creaciones de uno de los más grandes pintores chinos de paisajes y figuras femeninas.

“Aunque fue conservador al principio, Chang Dai-chien se volvió muy innovador en sus últimos años”, dice Fu Shen, profesor de la Escuela de Posgrado en Bellas Artes de la Universidad Nacional de Taiwan.

Chang es particularmente conocido por su técnica de salpicar tinta y pintura en sus obras.

Esta predilección por nuevas trayectorias brillantes puede ser considerada como un enlace entre los enfoques artísticos de Chang y el cubista español Pablo Picasso. Así, ha sido muy acertado que el Museo Nacional del Palacio lleve a cabo la muestra de Chang concurrentemente con su muy publicitada exhibición El Mundo de Picasso. Ambos eventos clausurarán el 20 de enero.

Chang es importante no sólo por su gran destreza, sino también porque fue el primer pintor chino que ganó la atención mundial. Con su larga barba, vestido tradicional chino, zapatos de tela y bastón de madera, Chang causaba una fuerte impresión en la gente con quien se topaba en Occidente.

Nacido en la provincia de Szechwan (Sichuan), en China continental, en 1899, Chang se trasladó a Taiwan a fines de sus setenta años. Chang recorrió gran parte del mundo, habiendo vivido en Brasil, Argentina y Estados Unidos, además de viajar a Francia e India. Un admirador de Picasso, él se encontró con el influyente pintor occidental durante una visita a Cannes a mediados de los años cincuenta. Chang murió en Taiwan en 1983.

La exhibición, que conmemora el centenario del natalicio de Chang, incluye 18 pinturas de la colección del museo, así como 105 obras prestadas por familiares del artista y coleccionistas privados alrededor del mundo. Las pinturas en esta extensiva retrospectiva fueron creadas por Chang entre 1926 y 1983. La mayoría de ellas muestra paisajes chinos o mujeres en poses clásicas.

Debido a limitaciones de espacio, las pinturas han sido divididas en dos grupos. El primer grupo fue exhibido hasta el 24 de noviembre. El resto de las obras será mostrado del 24 de noviembre hasta el 20 de enero del año próximo.

Las pinturas de la exposición han sido aseguradas por más de 24 millones de dólares estadounidenses.

El Mundo de Chang Dai-chien es patrocinado por el Museo Nacional del Palacio, el Grupo China Times y varios patrocinadones locales de las artes, incluyendo a Li Hai-tien, Huang Tien-tsai y Chen Hsiao-chun.

Li contribuyó con 17 obras de su colección personal. Una de ellas, Huangshan Chien Hou Xie Tu, es una pieza notable de la muestra. Esta obra es considerada como la más fina de las muchas pinturas que hizo Chang teniendo como tema el monte Huang, situado en la parte central de China continental. La pintura mide 1.403 centímetros de longitud. La exposición también muestra otras dos obras largas. Chang-chiang Wan Li Tu, que podría ser traducido al español como Las diez mil millas del río Yangtze; y Monte Lu.

La viuda de Chang y tres de sus hijos participaron en la ceremonia de inauguración de la exhibición, guiando a los visitantes en un recorrido junto a las obras del autor.

“Mi padre era muy extrovertido y muy trabajador”, comenta Chang Hsin-chih, uno de los hijos del artista.

A la edad de 12 años, el famoso pintor comenzó a estudiar pintura a la edad de 12 años con su madre, quien era una entusiasta del arte. Considerado un niño prodigio, Chang mostró tener dotes sobresalientes para pintar todo, desde paisajes hasta flores y personas.

A la edad de 19 años, fue a Japón para iniciar formalmente estudios sobre pintura. El retornó a China continental dos años más tarde y continuó sus estudios en Shanghai.

En los años cuarenta, el artista de edad media viajó a Tunhuang (Dunhuang), en la provincia de Kansu (Gansu), China continental, para estudiar arte budista. Tunhuang es conocido por sus cuevas que contienen pinturas, estatuas y escrituras budistas.

Chang escribió un libro sobre esta meca del arte budista, y junto con sus alumnos, pintó más de 200 imitaciones de los murales en las paredes de esas cuevas.

Cuando los chinos comunistas tomaron control del territorio continental en 1949, Chang se mudó a Hong Kong con su familia. Al año siguiente, realizó un viaje de tres meses por India para estudiar de nuevo el arte de la pintura de murales.

Chang se reubicó junto con su familia en Brasil en 1953, construyendo un hermoso jardín chino en una residencia en los suburbios de Sâo Paulo. En 1956, el artista visitó Roma, París y Cannes, donde se reunió con Picasso.

Después de vivir en la costa occidental de Estados Unidos por siete años, el maestro de la pintura clásica china se mudó a Taiwan en 1976, fijando su residencia en un suburbio de Taipei.

Hasta su muerte a inicios de los años ochenta, Chang dejó un legado de más de 30.000 obras.

En su libro El Mundo de Chang Dai-chien, que sirve como programa de la exposición, el profesor Fu nos ofrece detalles acerca de la vida y los diferentes períodos artísticos del pintor. La publicación también contiene largas explicaciones sobre las pinturas en la muestra.

Fu divide el desarrollo artístico de Chang en cinco períodos. Los dos primeros transcurrieron desde 1899 a 1919, una época que cubre la juventud de Chang en Szechwan y sus estudios en Japón; y de 1919 cuando se mudó a Shanghai, hasta 1940, cuando el pintor ya comenzaba a gozar de fama mundial.

El tercer período, que incluye las observaciones artísticas de Chang en las cuevas en China continental, en India y en Brasil, dura hasta 1957. De allí hasta 1975, el pintor desarrolló su técnica de salpicar y vivió en Estados Unidos. El período 1976-1983, trancurrido en Taiwan, fue un tiempo de ocio y rutina ordinaria para el anciano artista.

Como lo menciona Fu en su libro, a Chang le gustaba mezclar los estilos de diferentes períodos y culturas en sus obras. Aún así, su arte puede ser generalmente clasificado como imitativo de las pinturas clásicas en la mayor parte de su carrera antes de cambiar a un estilo más libre en los últimos años de su vida.

Muchos críticos del arte consideran que Chang fue influenciado por el expresionismo abstracto de Occidente. Sin embargo, Fu declara en su libro que el artista se basó fundamentalmente en los principios de la pintura china de la dinastía Sung (960-1279) hasta el fin de su carrera.

Se puede hacer ciertas distinciones en el desarrollo estilístico de Chang. Fu observa que el pintor se inclinó a la creación de más obras coloridas cuando regresó de Tunhuang. De hecho, Chang fue un líder del movimiento en la pintura china clásica para separarse de las tradicionales obras en blanco y negro con tinta e incorporar el uso de colores brillantes.

Pero lo que más cuidaba Chang como artista, según Fu, no era adherirse a un cierto estilo, sino crear una obra cautivante.

“Los artistas son como Dios; ellos crean sus mundos”, dijo el pintor en cierta ocasión.

En los círculos artísticos chinos, Chang posee una estatura parecida a la de los dioses. Cada vez que se habla sobre el tema de la pintura china clásica, se menciona su nombre con mucha reverencia.

Traducido por Luis M. Chong L. de The Free China Journal

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