La exhibición globalmente aclamada, denominada Sabiduría y Compasión: El Arte Sagrado del Tíbet, fue tanto una jornada espiritual como una experiencia artística para la gente interesada en el budismo y la cultura tibetana.
Abierta al público hasta el 15 del presente mes en el Monumento Conmemorativo al Dr. Sun Yat-sen, la exposición mostró un total de 181 estatuas bañadas en oro y pinturas de iconos budistas. A diferencia de las anteriores exhibiciones de arte tibetano en Taiwan, esta muestra contó con obras que fueron recolectadas desde puntos muy lejanos en el mundo.
“He visitado muchos museos y exhibiciones en el mundo, pero Sabiduría y Compasión ha sido la más completa y detallada que he visto”, indicó la escritora local Shih Shu-ching.
El budismo tibetano es famoso por su rica diversidad de deidades. Las estatuas bañadas en oro reflejan las influencias de los estilos étnico-artísticos de India, China, Mongolia, Rusia y Grecia. (Huang Chung-hsin)
El coleccionista de Hong Kong, Hsu Chan-tang, describió la exhibición como “una rara oportunidad de ver obras del arte religioso tibetano que han sido recolectadas de todas partes del mundo”.
Las estatuas y pinturas budistas de la muestra fueron reunidas de 22 coleccionistas privados y 11 museos, incluyendo cinco de Estados Unidos, y uno de Francia, Reino Unido, Suecia, Alemania, Suiza y Canadá.
En los últimos seis años, la colección entera ha viajado por el mundo, atrayendo grandes multitudes y ganando altos elogios en EE UU, Japón, Alemania, España, el Reino Unido y otros países europeos.
Según Robert Thurman, catedrático de arte tibetano en la Universidad de Columbia, EE UU, la exhibición ha sido tan popular globalmente que su itinerario ha sido completamente ocupado hasta el año 2000.
Thurman, miembro del comité de planificación de la exhibición, dice que varios museos y coleccionistas estaban ansiosos de prestar sus obras para la exposición en el extranjero debido a su gran pasión por promover la cultura tibetana.
Durante las décadas recientes, el budismo tibetano ha disfrutado de una creciente popularidad en muchos países. Como parte de esto, cada vez hay más personas fascinadas con el arte y la cultura del Tíbet.
Thurman dice que espera que la exhibición promueva entre los pueblos de todos los países un fuerte entusiasmo por preservar la cultura y el arte tibetanos.
Según China Times, diario con sede en Taipei que copatrocinó la muestra, la idea de añadir a Taiwan en la gira mundial de la exhibición puede ser atribuida a la visita del Dalai Lama a la isla en marzo de 1997. En una entrevista con el diario durante su visita, el dios viviente tibetano recomendó que la exhibición Sabiduría y Compasión, que estaba de gira en Japón en esa ocasión, fuese traída a Taiwan también.
Huang Chao-sung, presidente del China Times, revela que el periódico comenzó a trabajar para discutir la posibilidad de tener una exposición en Taipei. “Pero no fue sino hasta hace tres meses que se fijaron los arreglos”, indica.
“Los artículos de la exhibición llegaron a Taiwan a inicios de enero. Después de eso, representantes de museos de los diferentes países comenzaron a revisar los objetos de arte antiguos y prepararlos para la exhibición”, añade.
La exhibición de Taipei marca la primera vez en que 17 de los 181 objetos son mostrados internacionalmente. “Este es su estreno en ultramar”, dice Thurman.
Según Marylin Rhie, otra miembro del comité de planificación, las estatuas y pinturas budistas en la exhibición datan del siglo IX al siglo XIX.
En tal sentido, la muestra cubre la esencia histórica del budismo tibetano. La exposición incluye una rica diversidad de iconos religiosos que representan las cuatro sectas principales del budismo tibetano: las órdenes Nyingma, Sakya, Kagyu y Geluk.
Rhie señala que esta religión involucra el culto a muchos budas, bodhisatvas y arhats. De hecho, existen alrededor de mil diferentes deidades en el budismo tibetano.
La Tierra Pura y el mandala, dos importantes símbolos del budismo tibetano, son motivos prominentes en las pinturas exhibidas en Taipei.
Además de sus deidades particulares, otra característica del arte religioso tibetano es la mezcla de diferentes estilos étnicos. Los objetos en exhibición revelan las influencias de los estilos artísticos de India, China, Mongolia, Rusia, e incluso Grecia.
“Los visitantes obtendrán un conocimiento abarcador de la historia y el arte del budismo tibetano. Esperamos que ésto ayude al público de Taiwan a lograr cierta iluminación sobre su vida”, indica Rhie.
En el primer día de la exhibición, más de 2.000 visitantes acudieron a la muestra de objetos de arte tibetano.
El alcalde de Taipei, Chen Shui-bian, y el maestro Sheng Yen, líder de la Fundación Cultural y Educativa Montaña del Tambor Dharma en Taiwan, participaron en la ceremonia de inauguración de la exhibición.
“La exhibición ha sido posible gracias a los esfuerzos de personas que representan diferentes nacionalidades. Esto muestra que el arte no tiene fronteras”, dijo Chen.
El maestro Sheng Yen señaló que la exhibición representa un intercambio entre las culturas china han y tibetana. “A través de la apreciación del arte tibetano, el pueblo han puede tanto entender el espíritu del budismo como enriquecer su propia cultura”, indicó.
Al concluir la muestra en Taipei, toda la colección será exhibida en Kaohsiung, al sur de Taiwan, del 25 de marzo al 29 de mayo. Después, la gira local concluirá con un evento en la ciudad de Taichung, en el centro de la isla.
Muchos dignatarios locales y extranjeros de los círculos culturales, artísticos y religiosos han elogiado la exposición.
“Una visita a la exhibición abre los ojos de uno a la rica diversidad del arte tibetano y quita el velo de misterio del budismo tibetano”, explica la escritora taiwanesa Shih.
La artista local Chen Hsiang-yin dice que ella se siente particularmente atraída por los colores caleidoscópicos y los intrincados patrones de los iconos del budismo tibetano. “Esto ha inspirado en mí un profundo respeto por la creatividad artística y devoción en la preservación de la cultura tibetana”, concluye ella.
Traducido por Luis M. Chong L. de The Free China Journal