En la cultura china, hablar acerca de la muerte y los funerales ha sido un tabú por mucho tiempo. De modo que cuando uno se tiene que despedir de los seres queridos, los deudos no sólo tienen que lamentar la muerte de la persona, sino que también deben pasar por la odisea de preparar una apropiada ceremonia luctuosa.
"Esto es un doble tormento para los afligidos", dice Chang Shu-bi, quien perdió a su padre debido a un cáncer pancreático en noviembre. "Todos sabíamos que vendría este día, pero realmente no supimos cómo empezar (a preparar sus funerales)". Chang decidió buscar una compañía de servicios fúnebres. "Ellos son profesionales. Conocen todas las prácticas y rituales. Deseaba asegurarme que cada paso fuese hecho acorde con la tradición, de modo que mi padre se fuera pacífica y tranquilamente", dice ella.
Cada vez más taiwaneses escogen la opción de Chang. Según estadísticas del Ministerio del Interior, cerca de 138 mil personas fallecen en Taiwan cada año. Con tarifas para cada funeral que van de cuatro a doce mil dólares estadounidenses, las pompas fúnebres constituyen una industria de muchos millones de dólares en el país.
Existen más de mil compañías que compiten por el negocio en Taiwan, la mayoría de ellas son empresas de pequeña escala. Gracias a los esfuerzos iniciados por la industria misma, el anteriormente desdeñado oficio se ha convertido en un negocio respetable del cual todos usarán finalmente.
En el pasado, la posición social de los encargados de las pompas fúnebres era tan bajo que sólo los descartados de la sociedad se dedicaban a esta profesión, y las funerarias eran generalmente pequeños negocios familiares con locales lúgubres llenos de ataudes vacíos, urnas y diversos accesorios fúnebres para la venta. "En el pasado, cuando la gente se informaba que estaba en ese negocio, apenas podían contenerse de mostrar su aversión hacia mi trabajo", dice Peter Wu, presidente de la Organización Empresarial Funeraria Won Ann, una de las cuatro mayores funerarias del país, que fue fundada hace más de 70 años por el padre de Wu.
Como los reglamentos y leyes que rigen sobre el oficio se volvieron en su mayoría obsoletos, y su ejecución inadecuada, el negocio cayó gradualmente en manos de los mafiosos. Rara vez, las funerarias publicaban los costos de sus servicios previamente, y los deudos se encontraban demasiado acongojados como para protestar cuando recibían la cuenta. Está de más decir que nadie se atrevía a cuestionar la calidad del servicio. Incluso ocurrieron incidentes donde las funerarias arrebatan los cadáveres en los hospitales y sitios de accidentes, preparándolos para sus funerales y exigiendo exageradas sumas de dinero de los familiares del fallecido.
Las cosas comenzaron a cambiar a mediados de los años noventa, cuando el Gobierno comenzó a combatir las funerarias inescrupulosas. La gente se volvió más abierta para discutir los asuntos relacionados con la muerte después que varias instituciones académicas comenzaron a enfrentar el problema, y ofrecer cursos y programas relacionados con el mismo. Algunas funerarias empezaron a usar técnicas de mercadeo agresivas y anuncios atractivos para vender nichos en columbarios y contratos de servicios funerarios previamente ordenados. Muchas personas se interesaron en invertir en nichos de columbarios; y en cierto momento, se convirtió en una de las inversiones más calientes. Pero la manía se calmó después que se reportaron numerosas disputas, y la industria volvió gradualmente a su desarrollo normal.
"En el pasado, las pompas fúnebres eran más orientadas hacia la religión. Se hacía hincapié en seguir las tradiciones, y se daba poca consideración al occiso o los deudos", dice Wu. "Pero ahora, se hace hincapié en la persona. Lo importante es hacer arreglos de acuerdo con los deseos del fallecido y sus familiares, en la forma que ellos prefieran", explica.
La industria en sí inició varias reformas. Por un lado, los detalles y precios de los funerales son claramente presentados y revelados con anticipación. También, las morgues de los principales hospitales han sido renovadas en salas familiares donde la gente puede lamentar a sus seres queridos. Se han introducido avanzados procedimientos y técnicas de embalsamado, de modo que el occiso pueda ser tratado con la máxima reverencia y atención.
Los futuros directores de pompas fúnebres asisten a una clase de maquillaje para el occiso. Para recibir su licencia, se requiere ahora que aprueben un examen especial.
(Fotos cortesía de Won Ann Funeral Enterprise Organization)
Además, la industria ofrece ahora una variedad de servicios estandarizados que pueden ser personalizados de acuerdo con las necesidades del cliente. "Por ejemplo, podemos arreglar servicios conmemorativos en la forma de un concierto, que posiblemente sea la mejor forma de recordar a un músico fallecido", señala Wu.
Otra razón por la que la percepción pública hacia el oficio está mejorando son los directores de pompas fúnebres. Contrario a los embalsamadores de antes, que en su mayoría eran hombres con poca educación y mal vestidos, cuyo único requisito era que no sentían temor ante los cadáveres; la nueva generación, denominados li-yi shih en chino o "instructores de rituales", es uno grupo totalmente diferente.
Personas cada vez más jóvenes están entrando en el oficio. Los modernos directores de pompas fúnebres no sólo están mejor educados, sino que también visten mejor y saben cómo comportarse adecuadamente para mostrar su respeto y consideración durante las exequias. Ellos también aprenden cómo controlar sus emociones de modo que puedan asumir al papel de consolador de los deudos, si fuese necesario.
Como las personas fallecen a cualquier hora del día, los directores de pompas fúnebres están de turno las 24 horas diarias, de modo que puedan llegar al sitio lo más pronto posible. También, la muerte puede ser muy drástica algunas veces, pero ellos tienen que acostumbrarse a ello. "Todos conocemos que estamos enviando al fallecido a la otra vida. Si tienes esta forma de pensar sana, entonces no hay que temer", dice Chou Yun-hsiang, gerente de Won Ann, que ha estado con la compañía durante 15 años.
Los directores de funerales tienen que estar familiarizados con las prácticas y ritos de las diferentes culturas y religiones. Por ejemplo, según el taoísmo, la fecha de un funeral debe ser fijado en base al tiempo y la fecha de nacimiento del fallecido, y el sitio de entierro tiene que ser escogido de acuerdo con el feng shui, una antigua forma de geomancia china. En algunos sitios, una procesión de entierro no es completa sin un zhen tou, o parada tradicional de varias carrozas fúnebres frente al coche mortuario. "No se permiten errores cuando se trata de los ritos finales, debido a que no se puede reordenar un funeral", dice Chou.
La calificación más importante para nosotros es un fuerte sentido de empatía, dice Wu. "Tenemos que pensar desde el punto de vista del fallecido y de los deudos. ¿Cómo el fallecido hubiera arreglado su propio funeral? ¿Qué es lo que necesitan los deudos?", agrega. Won Ann insta a sus empleados a tenderse dentro de un ataúd para meditar y pensar con todo su corazón cómo desearían que fuesen tratados y recordados cuando llegue el momento inevitable. "Todos debemos ser capaces de escoger la forma en que deseamos despedir o decirle adiós a nuestros seres queridos", añade Wu.
En un esfuerzo por elevar la calidad del oficio, el Consejo para los Asuntos Laborales, subordinado al Yuan Ejecutivo, realizó el primer Examen para Técnicos de Servicios Funerarios, en noviembre pasado. En el futuro, todos los directores de pompas fúnebres tendrán que poseer una licencia. "El sistema de licencia ofrecerá una mejor protección al consumidor", dice un funcionario del Ministerio del Interior, organismo que se encarga de supervisar la industria. "Estamos complacidos al ver que el Gobierno ha respondido finalmente a nuestro llamado para actuar más enérgicamente", indica Wu.
Las funerarias locales también han colocado el ojo en el enorme mercado de China continental. Según estadísticas no oficiales, cerca de 8,5 millones de personas fallecen en el territorio continental anualmente, y se estima que el mercado funerario allí alcance 91 mil millones de dólares estadounidenses. Aunque Taiwan y China continental comparten el mismo origen cultural, ese mercado presenta algunos desafíos para los negocios de la isla.
Como China continental posee un juego de leyes completamente diferente y más estricto con respecto a los arreglos funerarios, "es demasiado temprano para que los operadores de pompas fúnebres de Taiwan entren a ese mercado", dice Wu, quien ha recibido a varios colegas chino-continentales en estos últimos años. En el otro lado del Estrecho, un gran número de ritos tradicionales fueron suprimidos durante la Revolución Cultural. "Los continentales se sorprenden sobre cómo Taiwan ha preservado las viejas tradiciones", comenta orgullosamente Wu. "Somos una de las pocas industrias que siempre mantendremos nuestras raíces en Taiwan", añade.
La muerte siempre ha sido uno de los asuntos más importantes en la sociedad humana, indistintamente de las culturas y religiones. "El negocio de las funerarias no sólo es una industria de servicios, sino también una cultural, y más importante aún, es también humana", dice Chen Chi-ming, profesor de estudios religiosos de la Universidad Católica Fu Jen, en el distrito de Taipei.
Wu considera que nunca ha sentido que haya tenido un negocio lucrativo. "Creo que estoy haciendo lo correcto. A través de un bien planificado funeral, puedo ayudar a los familiares a despedirse del fallecido por una última vez en la forma que ellos escojan. Y durante el proceso, puedo facilitar a los deudos encontrar su paz mental", explica Wu. "Esto es una bendición para mí", concluye.
Traducido del Taiwan Journal por Luis M. Chong L.