Periodista, licenciado en Ciencias Políticas y poseedor de un postgrado en Economía, Pedro Joaquín Chamorro asumió en abril de este año la tarea de reabrir la embajada de Nicaragua ante la República de China, después de un receso de cinco años. Participó activamente en las negociaciones que llevaron a la reanudación de lazos oficiales y ahora está dedicado a la habilitación de la sede diplomática.
Taipei es la primera misión del embajador Chamorro, uno de los cuatro hijos de la Presidenta de la República de Nicaragua, Violeta Barrios de Chamorro. Eligió venir a Taiwan porque no le gusta seguir con lo ya establecido sino inciar cosas nuevas, aunque eso signifique instalar por sí mismo el asta para la bandera de su país.
- ¿Por qué resultó ser Taipei su primera misión diplomática?
- Me habían ofrecido otros cargos, como la embajada en las Naciones Unidas o en varios países latinoamericanos. No había aceptado porque quería estar en Nicaragua y cumplir una misión en el Gobierno. Pero sucedió que yo había conocido gente de aquí, me invitaron y jugué un papel importante en la reapertura de relaciones. Acepté la embajada porque para venir tan lejos es importante que uno se sienta cómodo. Aquí tengo amigos y siento que hay semejanzas en el carácter de los nicaragüenses y los chinos. Ambos pueblos tienen gente muy hospitalaria, muy abierta y muy franca.
- ¿Qué importancia tiene para Nicaragua esta embajada en Taipei?
- Esta sede es muy importante por lo que podemos aprender nosotros. Este país tiene la solución para el desarrollo de Nicaragua. Porque hace 40 años Taiwan era pobre, tan pobre como Nicaragua. Y ahora tiene una rica experiencia en la superación de sus problemas mediante el desarrollo económico. Nosotros esperamos recibir apoyo por parte de los inversionistas que confian en el futuro de Nicaragua. Además, queremos mejorar esos lazos de amistad que existieron en el pasado y fueron rotos por un período de cinco años, cuando gobernó el sandinismo. Queremos que haya visitas mutuas de misiones deportivas, económicas y empresariales.
- ¿Hay planes a corto plazo para intercambios de visitas?
- Pronto vendrán una delegación del Ejército y otra económica. A Nicaragua también han llegado varias misiones comerciales en giras exploratorias y estamos tratando de despertar el interés de otros grupos importantes. Además, se está tratando de concretar este año la visita del presidente Lee Teng-hui a Nicaragua en el mes de agosto y el viaje de la presidenta Violeta de Chamorro a la República de China en octubre o noviembre.
- ¿Cuál fue su aporte a la reapertura de relaciones diplomáticas entre ambos países?
- Vine invitado en octubre del año pasado, con mi señora esposa. Yo estaba trabajando a nivel del Gobierno para que se reanudaran las relaciones; porque para Nicaragua es mucho más beneficioso tener relaciones diplomáticas con la República de China y exponernos, como efectivamente lo hicimos, a que China continental reclamara. En esa visita de ocho días, me entrevisté con el canciller Fredrick Chien, el viceministro Chen Chien-jen, el ministro de Economía, Vincent Siew y otros altos funcionarios y dirigentes empresariales.
- ¿Siguen ustedes el principio de reconocer a una sóla China?
- La política del Gobierno de Nicaragua es tener relaciones oficiales con todos los países del mundo. Los sandinistas también quisieron mantener la relación con la República de China pero, estando en guerra con la "Contra", les interesaba el voto chino en el Consejo Permanente de las Naciones Unidas. Cuando empezamos la época de paz, no sólo con los Estados Unidos sino con toda la distensión centroamericana, los mismos sandinistas mostraron interés por reabrir las relaciones con la República de China. El general Humberto Ortega, actual jefe del Ejército, envió a Taipei a su mano derecha, el teniente coronel Ramiro Contreras, a negociar oficiosamente. Se dio la casualidad de que coincidimos en los viajes. Ibamos en dos líneas paralelas hacia el mismo propósito.
- ¿Influyó en ustedes el ejemplo de países como Panamá y Costa Rica donde hay una fuerte invenión china?
- Nosotros tenemos como objetivo establecer varias zonas libres en Nicaragua. Recientemente se dictó una ley muy amplia de inversión extranjera. En estos momentos debe estar en revisión en la Asamblea una ley de zonas francas. Nicaragua quiere igualar o superar las condiciones que se dan en Costa Rica y la República Dominicana para que los inversionistas de todo el mundo se fijen en nuestro país y podamos iniciar en estos dos años, quizás, el despegue económico que tanto desea el pueblo nicaragüense.
- ¿En qué areas específicamente desean atraer la inversión?
- Nicaragua es un país esencialmente agrícola, pero puede ofrecer muy buena mano de obrá. Tenemos algodón, que es materia prima para la industria textil. Otras áreas podrían ser productos agrícolas no tradicionales, ensamblaje de productos manufacturados, pesca, cultivo de camarones y la industria forestal.
- A los inversionistas lo que más les preocupa es que la zona donde van a mandar su dinero sea estable políticamente, ¿qué puede decir de la actual situación de su país?
- Nicaragua ya ha dado pasos irreversibles hacia un proceso democrático. Y, ahora, lo único que puede cimentar esa democracia y solidificarla es el avance económico. En este año, Nicaragua ha logrado dos importantes metas por las que el pueblo dio su voto en febrero del año pasado: la paz y la democracia. En el primer año, el Gobierno se ha esforzado por alcanzar la paz, lograr la desmovilización de la resistencia y la reducción del Ejército. De 80 mil soldados, éste ha quedado en unos 20 mil. En los últimos meses ha habido entierros de armas, un símbolo establecido por el Gobierno. Se recogen armas de los civiles y, cuando se tiene una cantidad grande, de unas diez mil, se hace un enorme hoyo donde se entierran y tapan con concreto. En esos sitios se construirá un monumento a la paz.