Lo cierto es que a los chinos les gusta bailar y no tienen inhibiciones a la hora de hacerlo en público. Si alguien lo duda, le bastará recorrer algunos parques de Taiwan para comprobarlo. Acompañados de la música que brota de una radiograbadora, parejas y grupos de todas las edades practican pasos y coreografías, sin inmutarse por la mirada de lo curiosos.
Para buscar los orígenes de la danza china hay que remontarse a la época en que aparecieron los primeros caracteres escritos. Al parecer, expresarse mediante movimientos corporales ya era una costumbre en el siglo IV a.C., según se ha podido comprobar en los dibujos trazados en vasijas de cerámica de esos años, descubiertas en la provincia continental de Chinghai. Los jarrones tienen ilustraciones de personas bailando con los brazos entrelazados y otras interpretando música.
Durante los períodos Shang y Chou del siglo I a.C., la danza china se dividió en dos tipos: civil y militar. En el primero, los bailarines sostenían estandartes hechos con plumas que simbolizaban la distribución de lo conseguido en un día de caza o pesca. Gradualmente, esos cuadros pasaron a ser parte de los rituales periódicos del emperador y otras ceremonias religiosas.
En las coreografías militares, los intérpretes llevaban armas en su manos y se movían hacia adelante y hacia atrás en forma coordinada. Esta práctica luego derivó en ejercicios marciales.
Como forma de expresión, los diversos movimientos sirvieron para representar la veneración a los espíritus del cielo y la tierra, aspectos de la vida diaria y los más variados sentimientos.
Días de auge
En sus celebraciones, la gente de las distintas provincias de China fue creando formas únicas de baile que se transmitieron de una generación a otra. Al mismo tiempo, algunos estilos de danza se convirtieron en arte escénico, junto con la ópera y el teatro.
Con el establecimiento de la Oficina de Música, durante la Dinastía Han (206 a.C.- 220 d.C.), vino un notorio esfuerzo por la recopilación de canciones y bailes folclóricos. En el siglo III d.C., el norte de China estaba bajo control de los pueblos hsiungnu, sienpi y chiang occidental. De esa forma, las danzas populares de Asia Central se mezclaron con las del pueblo han.
Este proceso continuó durante la Dinastía Tang (618-907 d.C.), época en que la estabilidad política se tradujo en un florecimiento cultural sin precedentes.
La corte imperial fundó la Academia del Jardín de los Perales, la Academia Imperial y el Templo Tai-chang, donde se reunieron los mayores talentos nacionales para interpretar una magnífica pieza titulada "Música de los diez movimientos". Esta incorporó elementos coreográficos de China, Corea, Sinkiang, India, Persia y Asia Central. El resultado fue colosal con sus intrincadas técnicas de baile, vestuario multicolor, gran uso de utilería, argumento dramático, poesía y música. Esta obra es considerada una anticipación de la ópera china moderna.
En China existen innumerables bailes folclóricos. La mayoría de ellos se centra en una leyenda, una costumbre local o una festividad. Muchos también son representaciones del cortejo de hombres a mujeres o invocaciones de buena fortuna. Abanicos, pañuelos, cintas, piezas de madera que se hacen sonar en forma rítmica y tambores son algunos de los objetos más usados para dar énfasis a los movimientos.
El pueblo miao (también conocido como hmong), del suroriente del país, desarrolló una animada forma de canto repetitivo y corto acompañada por una competición en baile.
Los aborígenes de la provincia de Taiwan, influidos por su forma de vida y medio ambiente, crearon diversas coreografías de grupo en torno a temas como la cosecha y la caza. El estilo de varias tribus es hacer enormes rondas con los brazos entrelazados al tiempo que se canta una melodía sencilla y pegajosa.
En la República de China se dan muchas oportunidades para ver estas representaciones. Las hay para el Día Nacional-el 10 de octubre- y otra festividades importantes, cuando cientos de personas se reúnen en sitios abiertos a presenciar los pintorescos bailes.
Con tan rica materia prima, la danza ha encontrado un espacio donde crecer y desarrollarse en Taiwan. A la isla llegan en gira importantes compañías internacionales de ballet clásico, danza moderna y bailes folclóricos, espectáculos que no sólo satisfacen la inquietud del público, sino también sirven para nutrir a los artistas locales en su búsqueda de nuevas ideas.
De hecho, la danza nacional ha adquirido características multifacéticas y dinámicas.
La gente joven que se dedica a esta actividad por lo general estudia ballet y danza moderna, para luego sumergirse en las técnicas de la danza china tradicional. La mayoría llega a la madurez de su carrera con una mente abierta y un gran espíritu de experimentación.
Creatividad en acción
Actualmente, la compañía más famosa es el Grupo Puerta de las Nubes, de Lin Hwai-min. Este coreógrafo inició su grupo siguiendo la escuela de la norteamericana Martha Graham; pero luego incorporó elementos cotidianos, leyendas y algunos aspectos de la ópera china.
El nuevo Grupo de Danza Clásica de Liu Feng-hsueh también toma las técnicas modernas como base. Pero su característica esencial es la inclusión de elementos de los bailes folclóricos taiwaneses.
Toda esta actividad artística se ha visto reforzada por la preocupación de universidades e institutos. Estos últimos ahora tienen departamentos y profesores dedicados a cultivar el talento y darle categoría profesional. Además, grupos privados trabajan de modo incansable en estimular a niños y jóvenes para el estudio formal.
Cada año, el Consejo para la Planificación y el Desarrollo Cultural, dependiente del Yuan Ejecutivo, organiza un festival de danza. A él se invitan artistas de todos los tipos y escuelas para que muestren sus nuevas composiciones ante el público.
Como se puede ver, el baile es tan intrínseco a la cultura china como su gastronomía y sus letras. Basta con acercarse un poco para descubrir una alegre y armoniosa variedad de ejemplos.
Distintos bailes folclóricos pueden verse actualmente en la República de China, en especial para el Día Nacional y otras fiestas importantes.
Aborígenes de Lanyu, pequeña isla situada al sudeste de Taiwan, interpretan su "Danza del pelo."