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Los doce animales del Zodíaco Chino
26/03/1989
Por Chen Kwe-fang
Chu Hsi, famoso erudito de la Dinastía Sung (960-1279 D.C.), escribió un poema acerca del temperamento de los doce animales del Zodíaco Chino titulado "Las doce ramas terrenales", el que constituye una descripción, no exenta de cierto sarcasmo, de los citados animales.
El poema habla sobre la rata perseverante, el honesto búfalo, el tigre osado, el conejo huidizo, el poderoso dragón, la serpiente recelosa, el caballo enérgico, el carnero tímido, el mono inteligente, el gallo idealista, el perro fiel y el cerdo ingenuo.
Durante el Año Nuevo Lunar es bastante frecuente oir hablar de los doce animales del zodíaco. Los artistas los dibujan y los escritores los inmortalizan en sus escritos. Los fabricantes de juguetes aprovechan la oportunidad para lanzar al mercado figuras que representan la imagen del animal del año. En el caso de este año 1989, la serpiente.
La leyenda relata que los doce animales del zodíaco chino fueron tomados de una carrera celebrada entre ellos, en la que la rata fue la ganadora, seguida por el búfalo, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, el carnero, el mono, el gallo, el perro y el cerdo, que llegó en último lugar.
A partir de ella, todo una serie de otras leyendas, cuentos e historias se fue transmitiendo de generación en generación. El zodíaco tiene gran influencia sobre la vida de los chinos, y podría decirse que en ciertos aspectos delimita y regula la vida de los individuos.
Cualquier acontecimiento importante relacionado con la existencia de los chinos es digno de ser consultado con el zodíaco: un nacimiento, un viaje, una mudanza de casa, la apertura de un negocio... e incluso hasta la fecha de un funeral. Hay quienes dicen que se puede afirmar, sin caer en exageraciones, que el zodíaco "es como una especie de sombra" que los acompaña desde la cuna hasta el sepulcro.
La gente cree que el dragón trae suerte y que a los nacidos bajo el signo del dragón les sonríen el éxito y la prosperidad. Por eso, muchas parejas desean tener hijos durante los "años del dragón" como 1988, por ejemplo. Ello pone en aprietos a los planificadores familiares, que a toda costa procuran evitar explosiones demográficas durante esos años, con el nacimiento de tantos "dragoncitos".
Otro ejemplo clásico son las bodas. No puede concertarse un casamiento sin antes consultar el signo zodiacal correspondiente a cada uno de los futuros esposos. Si ambos son del año del dragón, por citar un caso, se llevarán peor que si son del año del perro. Lo ideal es la unión de un dragón con una rata, un gallo o o un mono.
Antiguamente, se solía sepultar a los chinos fallecidos con una escultura de jade o de porcelana que representaba su signo zodiacal, para protegerlos en el más allá. Esa costumbre revela la importancia del zodíaco para los descendientes del Emperador Amarillo.
Los especialistas en el folklore chino agregan, asimismo, que los doce animales se usaban para señalar acontecimientos importantes, y que el empleo de animales y números como medio de adivinación se popularizó después de las Dinastías Chin y Han (221-207 A.C. y 206 A.C. a 219 D.C., respectivamente).