Con casi cuarenta años de residir en el Asia: China continental, las Filipinas, Hong Kong y la República de China en Taiwan, el padre Fernando Mateos, S. J., eminente escritor, educador, sinólogo y lexicógrafo de origen español, cuenta con una amplia experiencia docente, siendo también autor de más de 70 artículos y trabajos de investigación sobre tópicos chinos: idioma, literatura, historia, geografia, lexicografía, cristianismo y taoísmo; de varios libros sobre diferentes temas relacionados con China, así como de la compilación del Diccionario Español de la Lengua China y del Diccionario Chino de la Lengua Española.
Interesados por conocer algunos aspectos relacionados con ambos diccionarios: el primero dedicado a las personas de habla española interesadas en el estudio del idioma mandarín y el segundo para chinos interesadas en el estudio del idioma español, acudimos a la biblioteca del Tien Educational Center, de la cual es director, para que se sirviese indicarnos algunos detalles acerca de la compilación de los mismos, así como también algunas de sus experiencias docentes en el campo qe la enseñanza del idioma español.
Tras ocho años de extensa y ardua labor y poco después de su regreso de Cáceres, en la región de Extremadura, España, en donde participara en el Primer Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española con su trabajo: Historia de la Lexicografía Sino-Española, apareció este último diccionario, que de acuerdo con sus propias palabras, es una presentación del idioma español a los chinos, por lo que la introducción de la gramática española está escrita en mandarín; a continuación, todo el vocabulario español, con sus diferentes acepciones, refranes y frases hechas explicadas en chino, siendo el único diccionario español-chino en Taiwan, en donde los caracteres chinos aparecen romanizados, con sus correspondientes tonos, de manera que una persona que no los sepa, puede pronunciar la palabra correspondiente en chino y aprendiendo los tonos, puede pronunciar los caracteres correctamente. Al final se hace una presentación del mundo hispano, o sea España y Latino-América, con datos geográficos, históricos, culturales, etc., para que en esta forma todas las personas que deseen viajar a cualquiera de estos países, tengan a mano los datos esenciales de cada país.
Según nos indicó, procuró por medio de ambos diccionarios, establecer dos puentes de comunicación en ambos sentidos: del mundo hispano a China y de China al mundo hispano, agregando que la lengua, el idioma constituye el principal medio de comunicación entre los hombres, ya sea en el campo cultural, económico, comercial. o literario, por lo que esta comunicación debe hacerse a través de la lengua respectiva y de ahí que tenga que abarcar un vocabulario bastante extenso. El primero de ambos diccionarios abarca más de 6.000 caracteres diferentes, mientras que el más reciente, más de 52.000 palabras, según los últimos diccionarios, incluyendo el de la Real Academia Española de 1984, en dos volúmenes, con agregados de palabras modernas que aún no figuran en él, por lo que considero -dijo- ofrecer así un instrumento de comunicación mutua bastante práctico, con el cual se pueda trabajar.
Es importante señalar -manifestó- que las primeras gramáticas fueron españolas-chinas y el primer vocabulario existente, escrito en castellano, así como también el estabiecimiento de escuelas en chino, para los primeros misioneros.
Por otra parte -afirmó- en comparación con el idioma español, en el que sólo hay que aprender 28 letras, el aprendizaje de los caracteres chinos, constituye una tarea por demás dificil: para poder leer un periódico; hay que conocer por lo menos 5.000 caracteres, mientras que en idioma español, tan sólo 28 letras.
En su opinión, las principales dificultades que confrontan los alumnos chinos en el aprendizaje del Español, es definitivamente la gramática española y por ende, la latina; además no solamente los verbos irregulares, sino el uso del subjuntivo. Por ser el español un idioma bastante musical y ortográfico, la pronunciación no les ofrece mayores problemas, con excepción claro de la letra "r".
Por otro lado, las principales dificultades que confrontan las personas de habla hispana en el aprendizaje del mandarín, son según él, dos: en primer lugar, en la lengua escrita, los caracteres, mientras que en segundo, en la lengua hablada, los cuatro tonos; sin embargo ambas dificultades pueden superarse con paciencia y entusiasmo y la gran recompensa que ofrecen es el poder ahondar -mediante su aprendizaje- en la literatura, la mentalidad china, etc.
No obstante que desde el punto de vista humano, todos los idiomas tienen la misma gramática, lo que son distintos son los canales de expresión o sea la gramática externa -indicó- agregando que traducir literalmente del chino al español constituye una tarea prácticamente imposible; lo que se necesita es saber lo que se quiere decir o expresar, para entonces escribirlo en español. Sin embargo, en muchos aspectos el español es mucho más similar al mandarín, que al inglés, por ejemplo, por lo que las semejanzas entre ambos idiomas son mayores que las diferencias; lo que difiere es la fonética.
En cuanto al aprendizaje de los verbos en la gramática española, si los alumnos aprenden bien los verbos regulares, no tendrán mayor dificultad en aprender después los verbos irregulares, por lo que éstos deben enseñarse por medio de un sistema lo más racional posible, agrupando las irregularidades.
Por el hecho que en idioma mandarín no existe el artículo, su uso en español, ofrece al estudiante chino de este idioma, cierta dificultad también, así como la pronunciación de la letra "r" y por supuesto, de la doble "r" y además por el hecho de no existir en mandarín con excepción de la "n", "g" y "1" palatal, ninguna consonante final, existe cierta confusión entre el uso de la "b", "p", "d" y "t"; sin embargo, mediante la práctica y ejercitación constante, ésto puede superarse, señaló finalmente.