En 1966 los comunistas en el Continente, iniciaron su "Revolución Cultural", en un intento por destruir la cultura china tradicional. La razón de este movimiento fue muy sencilla. La cultura china tradicional, con su énfasis en la armonía y la benevolencia, es incompatible con el comunismo, cuya práctica depende del odio y la lucha por el poder.
El mismo año, el expresidente Chiang Kai-shek, al darse cuenta de la crisis provocada por la campaña anticultural china, emprendió acá un Movimiento del Renacimiento Chino, para proteger y preservar la herencia cultural de la nación. El 28 de julio de 1967, se fundó la Comisión para la Promoción del Renacimiento Chino, para llevar a cabo dicha tarea. La semana anterior dicha comisión celebró su vigésimo aniversario y una vez más hizo un llamado a la nación para realízar un movimiento tan significativo.
Dicho llamado es sumamente importante, principalmente debido a que en esta era de la tecnología, la gente está mucho más interesada por los aparatos que por las demás personas y cada día se producen armamentos más modernos y poderosos, llevando a la humanidad a una aniquilación mutua en gran escala, cada vez más estrecha.
La cultura china tradicional es una combinación del Confucianismo, el Taoísmo y el Budismo; sin embargo, el Confucianismo siempre ha sido la fuerza más dominante para influenciar el pensamiento y conducta de los chinos.
Durante la Revolución Cultural China, que tuvo lugar en el Continente de 1966 a 1976, los Guardias Rojos marcharon por todas partes destruyendo bárbaramente todo lo que consideraban representaba la cultura china tradicional. El resultado fue una extensa mortandad y destrucción.
En contraste, en Taiwan se hicieron vigorosos esfuerzos por promover la valorización, comprensión y preservación de la herencia cultural china.
En la actualidad resulta claro que el intento de los comunistas por destruir la cultura china tradicional, no fue más que un fracaso. El Confucianismo que fuera atacado tan duramente por los comunistas en el Continente, está siendo rehabilitado ahora en China continental. Esto prueba que las enseñanzas de Confucio y sus seguidores están tan profundamente enraizadas en la sociedad china y han ejercido tanta influencia, que sobrevivirán a quienes traten de extirparlas.
En Taiwan, el movimiento para preservar la cultura tradicional china ha dado lugar a sustanciales recompensas. La diligencia y laboriosidad de nuestros habitantes, reforzada por la cultura, ha sido un factor importante en el éxito económico de la República de China.