Los ornamentos de jade sobresalen, desde tiempos inmemoriales, como una de las características únicas de la cultura china. A través de sus largos años de historia, los chinos han sentido una particular emoción y una relación de profundo sentimiento por el jade.
La aparición de este concepto descubrió los aspectos místicos del jade en la mentalidad china, que gradualmente evolucionaron dentro de un simbolismo moral. Posteriormente, los confucianistas y los taoístas le concedieron una gran importancia e hicieron que se le tuviera un mayor reconocimiento.
El concepto confucianista de reverenciar a los caballeros y detestar a las personas vulgares tuvo relación directa con la elevación del jade. Los caballeros y las personas vulgares constituyen los dos extremos de la escala social. La condición de caballero era altamente elogiada y, naturalmente, la elegante pureza del jade era comparada con la integridad moral de un caballero. Como prueba, el Li chi registró 10 siguiente: "Los caballeros de épocas antiguas usaron invariablemente el jade ... " Y también agregaba:"Excepto por razones muy especiales, los caballeros no se desprendían de las prendas de jade. Los caballeros lo consideraban como un símbolo de integridad moral".
Los taoístas fueron, incluso, los más celosos propagadores del jade como centro de luz y de fuerza de sus principios. Se consideraba que podía ofrecer la inmortalidad, y estaba también generalmente aceptado que cuando se colocaba dentro de un ataúd podía impedir la descomposición de los cadáveres, que permanecían intactos para siempre.
Existen, realmente, muchos ejemplos de esas creencias registrados en los antiguos libros clásicos chinos. En la obra Historia de las postrimerías de los Han hay un pasaje acerca de una persona de nombre Li Yi que se sentía profundamente atraído por la tradición de comer jade como complemento de la alimentación. Cuenta la leyenda que salió de su pueblo, Lan Tien, en búsqueda de jade y que a su retorno, luego de haberlo hallado, molió los trozos hasta reducirlos a pequeñas astillas.
Cada día, Li Yi comía algunas como parte de sus alimentos, pero en poco menos de un año cayó enfermo. Cuando notó que su existencia estaba por concluir, le dijo a su esposa: "Quienes deseen conseguir la inmortalidad al adoptar el jade, deben abstenerse de todos los deseos mundanos. Como yo he preferido entregarme al licor y a la lujuria, mi muerte es inevitable. ¡No puedo culpar al jade por mi situación!". Li falleció, por supuesto, por haber comido jade, pero era demasiado testarudo para admitirlo. Sin embargo, ello prueba algo: el jade, que fue usado para propagar los principios del taoísmo, tuvo una influencia de gran alcance sobre la forma de pensar y las acciones de los habitantes de la China de entonces.
La costumbre de sepultar artículos de jade junto con los difuntos prevaleció desde épocas antiguas. Se aceptó, también generalmente, el hecho de que el jade podía ahuyentar a los espíritus del mal. En el libro citado figura registrado 10 siguiente:"Si las nueve cavidades se llenan de oro y jade, los cadáveres permenecerán libres de descomposición". Las nueve cavidades se refieren a los ojos, los oídos, la boca, las fosas nasales y los dos órganos de excreción. En excavaciones recientes se hallaron, en numerosas oportunidades, piezas de jade dentro de los ataúdes. En épocas antiguas, los habitantes solían colocarlas en las tumbas con la esperanza de que el cadáver permaneciera intacto.
El jade se conoció en la Edad de Piedra, cuando comenzaron a fabricarse las primeras herramientas, de las que el hombre tuvo necesidad para poder sobrevivir. Conforme se fue evolucionando hacia la Edad de Bronce, comenzaron a reemplazarse las herramientas de piedra, menos eficientes, por otras de bronce más agudas y cortantes. Sin embargo, esos hombres de la remota Edad de Bronce, por ser sentimentales e ingenuos, tenían una sensación de nostalgia por aquellas herramientas de piedra que ayudaron a sobrevivir a sus antepasados.
Precisamente, como expresión de gratitud, conservaron también esas herramientas de piedra, usándolas posteriormente como instrumentos rituales en los sacrificios y homenajes a sus diferentes dioses y antepasados.
Luego, aunque la practicidad de los utensilios de hierro dio lugar, poco a poco, a su uso en las ceremonias religiosas y demás ritos, finalmente se escogió al jade, piedra de gran elegancia y belleza, para uso privilegiado en los rituales. Y fue así como los utensilios de piedra de las épocas prehistóricas fueron sustituidos, poco a poco por instrumentos de jade, durante los períodos Shang y Chou. Para entonces, ya se habían arraigado profundamente en el corazón y la mente de los chinos gran amor y respeto por el jade, como parte de su tradición.
Además de haber sido llevada de su uso práctico a los propósitos ceremoniales, la función más importante del jade continúa siendo su empleo en ornamentos decorativos, los que se iniciaron con el uso de esqueletos y dientes de animales de caza para significar ciertas ideas u objetos. Mientras más de esos artículos tuviera una persona, más prestigio merecía a los ojos de los demás.Con el paso del tiempo, el uso de dientes y esqueletos de animales se convirtió en una moda. Por lo general, los hombres los usaron alrededor de la cintura y las mujeres alrededor del cuello.
Pero, conforme fue avanzando la civilización, el hombre aprendió a convertir en delicados ornamentos a materiales bellos como el jade y el marfil. Las formas y modelos de esos ornamentos son, en muchas oportunidades, imitaciones de dientes de animales.
Al entrarse en el período de los Estados Guerreros, el activo desarrollo económico y social de China dió lugar a un cierto pensamiento liberal. Ello ayudó a que se extendiera el tallado del jade, y a que la producción de artículos ya no estuviera más bajo la sola jurisdicción del Emperador para su uso único como instrumentos ceremoniales, sino que evolucionó también dentro de un arte altamente especializado y en obras de múltiples formas.
Los escultores del jade, con su vívida imaginación y minuciosa destreza, convirtieron ese material en ornamentos espectaculares, de diversas formas y modelos. Para entonces, la industria del jade había alcanzado una altura sin precedentes y las incrustaciones de jade llegaron también a ser muy populares. Las más comunes son la espada decorada, la vaina y el bastón. Todas ellas tomaron numerosas formas, y las cuentas e incrustaciones de jade diversos nombres en diferentes lugares.
La dinastía Ching presenció una de los más espectaculares desarrollos que haya tenido la industria del jade en toda su historia. Ello se debió a la especial afición del emperador Chien Lung por los ornamentos de jade. Otro factor importante fue que la provincia de Sinkiang había sido incorporada al territorio chino y ello aseguró una abundante provisión de materia prima.
Los escultores profesionales empleados en el palacio imperial recibieron generosos salarios y, dado que no existía ya temor de necesitar dinero, su única preocupación era crear obras de arte de alta calidad y de la mejor clase. Los tallados en jade se conviertieron así en altamente delicados y artísticos y, como lógica consecuencia, los ornamentos realizados durante ese período fueron excepcionalmente bellos.
El Museo Nacional del Palacio, situado en las afueras de Taipei, posee la mayor colección de piezas antiguas exclusivas del mundo. Cada año, más de un millón de turistas visita ese museo que cautiva, no sólo por la elegante arquitectura de su edificio con forma de palacio chino, sino por la vasta, bella y única colección de tesoros artísticos que encierra.