Taiwan Today

Por Fernando Pastrano Redactor del Diario ABC, España Desde 1949, año en el que Mao Zedong proclama la República Popular desde Pekín y Chiang Kai-chek instaura el régimen nacionalista en la isla que los navegantes ibéricos bautizaron como Formosa, Taiwan invariablemente ha sido denominada como "la otra China". Frente a la inmensidad de la China continental (10 millones de kilómetros cuadrados, 1.200 millones de habitantes...) la pequeñez de la insular (36.000 kilómetros cuadrados, 20 millones de habitantes) la convierten en "la otra", al márgen de más apreciaciones. Hoy, Taiwan, este Taiwan desarrollado y pujante, puede también ser "el otro Japón". Pareciera así como si el destino tuviese reservado un papel "secundario" a esta isla hermosa, pero no es verdad. Quizá tengamos la culpa los periodistas que siempre apresurados, siempre buscando el titular de campaníllas, a veces no reparamos en que ese enunciado corresponda fielmente con la realidad. Taiwan es China tanto como lo puede ser Cantón, Shanghai o la Gran Muralla. Lo pude comprobar en mi primer viaje a aquella isla hace siete años, y lo he corroborado en otras ocasiones, la última - de momento - hace sólo unos días. Que a uno u otro lado del estrecho gobiernen regímenes tan diferentes no es óbice para que los gobernados sean cultural, étnica e históricamente producto de una misma tradición milenaria. ¿Qué pueden los últimos cuarenta años de cambios frente a los cuatro mil años anteriores? Taiwan mantiene puros en su población los rasgos fundamentales del carácter de los chinos. En lo económico, sin embargo, parece acercarse más al modelo nipón que, bien mirado, tampoco le es muy ajeno. De 1962 a 1987 la media del crecimiento anual de Taiwan se situó en un 9,3 por 100. El ingreso per cápita supera ya los 6.000 dólares. El paro es casi desconocido. El ahorro hace rebosar los Bancos locales y la inversión en el extranjero es cada día mayor. Las reservas de divisas ascienden a 75.000 millones de dólares.