Noticias de Taiwán
Los juegos de los niños en Taiwan (I)
16/07/1985
Es bien sabido en el mundo que los chinos fueron los inventores de la pólvora y como derivación, los inventores también de los fuegos artificiales que se usaban desde hace más de mil quinientos años, según se cree, para espantar al mounstruo legendario "nien" o "año". Pero las festividades populares no se perciben sin la participación de los niños, agregándole más vitalidad a las fiestas con su alegría y su activa colaboración para que el ambiente festivo resulte verdaderamente inusitado. A los niños se les ve reunidos muy felices, bailando y cantando, sobre todo en determinadas fiestas, como durante el festival de la primavera y el inicio del año lunar.
En todo el mundo se celebra el año nuevo chino. Los grandes y pintorescos leones y los largos y retorcidos dragones, son conocidos tanto en Europa, como en Norte y Sudamérica. Donde viven familias chinas, éstas se reúnen para celebrar unidas esa época de felicidad. Suele decirse que nada se compara con el Festival Lunar de la República de China en Taiwan, en donde se deja sentir el deleite de grandes y chicos. Asimismo es sabido que no puede haber un verdadero festival de Año Nuevo sin leones, dragones, buena comida y por supuesto los alegres y sonoros petardos o cohetes, que constituyen la principal alegría para la gente menuda.
Las espadas de madera y las máscaras o caretas, hechas a mano, transforman imaginativamente a los niños en los antiguos caballeros y guerreros que regían antiguamente en su tierra, iban de un lugar a otro y luchaban contra los mounstruos por el honor y la gloria, defendiendo en esta forma a los modestos habitantes.
Los niños disfrutan también del festival de los faroles. Es costumbre competir para hacer los faroles más delicados y llamativos para tomar parte en el concurso anual. Se hacen de madera, papel y metal; para esto hay que darle rienda suelta salles, o bien bastante simples, al buen gusto y a la imaginación. Esta celebración de luz y fuego es probablemente la más antigua que se recuerda en China y cuyo significado es ahuyentar la obscuridad.
Otras actividades de raíces medievales o tal vez más antigua, es la de los títeres. Estos personajes de fantasía que lo mismo pueden ser tan acabados como los de la corte de Versuelen ser siempre muy divertidos, como uno que se coloca entre las dos sillas en un corral, personajes con los que se representan historias o leyendas. En todo esto lo que cuenta es ofrecer diversión a los adultos. Hay algo de cierto y es que con un poco de imaginación, niños y adultos pueden hacer juegos de cualquier cosa. Los "volantes" constituyen un juego muy común, se construyen atando plumas de aves. Los niños hacen "volantes" refinando el proceso juvenil en arte, haciéndolos bellamente livianos, firmes y flexibles. Estos juegos son mucho más antiguos que el tenis y el fútbol en sus formas más primitivas. Si se hace un juego con plumas de gallina, se puede probar también a jugar con una cuerda. Se la hace voltear por sobre la cabeza y antes de que llegue a los pies, se salta, primero lentamente y luego a mayor velocidad. Esto de la cuerda es tan viejo como el volante, pero tiene una ventaja y es que se puede jugar solo: no se necesitan compañeros, ni equipos, ni ligas; una sola persona puede saltar a la comba; este salto a la comba resulta también espléndido para el equilibrio y coordinación de los movimientos corporales.
A los niños chinos, como a los de cualquier otra nación, les gusta inventar sus propios entretenimientos. Uno de ellos es el trompo, que consiste en una pieza de madera redondeada, puntiagudo en uno de sus extremos y con una cuerda que se enrolla a su alrededor. Con el trompo puede jugarse ya sea solo o en competencias con los amigos. Las reglas y técnicas suelen ser más difíciles cuando se posee más pericia en su manejo, pero lo principal es poder hacerlo bailar. En China los hay que pesan entre 2 y 10 kilos; para hacer bailar éstos últimos es precisa mucha fuerza y pericia.