Taiwan Today

La tradición oriental, poco a poco, absorbe algo del estilo de las bodas en Occidente. Las novias de Oriente usan el vestido largo blanco de las de Occidente como las propias de la tradición oriental. Por este motivo, los almacenes occidentales y las tiendas de asuntos nupciales tienen buen negocio. Aun costumbres tan tradicionales como las de los casamenteros y las sábanas rojas de la noche nupcial, tan apreciadas antiguamente, ya van quedando a un lado en la Asia industrializada. Sin embargo, todavía la tradición sigue jugando un importante papel en algunas naciones de Asia como Indonesia, Tailandia e India en donde la regla es aún la costumbre ancestral. A causa de la gran extensión del Continente Asiático, su variedad de religiones y tradiciones culturales, todavía las bodas del estilo oriental tienen una variedad inigualable. Tenemos por ejemplo los pomposos novios de la India cabalgando sobre caballos blancos, repartiendo rupias a las turbas que lo ovacionan; novias vírgenes de Indonesia, bañadas en agua perfumada antes de la ceremonia nupcial, sin que falten tampoco algunas ceremonias familiares a los occidentales. En Taiwan, la mayor parte de las bodas tiene lugar en los grandes restaurantes con gran suntuosidad y con una variedad de diez a doce platos distintos luego de efectuada la ceremonia civil. Casi todas las novias de Taiwan se presentan con largos trajes blancos al estilo occidental, sin embargo, en manos de sus padres está el escoger el día fastuoso y hora precisa de la boda, luego de consultar los agoreros. Otoño es la estación favorita para las bodas. La influencia extranjera está acabando con las costumbres nupciales de Japón, ya centenarias, pero la costumbre de arreglar los matrimonios según éstas, persiste. Aunque los templos budistas dan facilidades para las ceremonias nupciales, los jóvenes prefieren los modernos hoteles o salones especializados en la línea. Al contrario de la costumbre de otras naciones que han cambiado, en Japón todavía es la familia del novio la que proporciona un fondo para los gastos nupciales en una cantidad aproximada de 500 mil Yenes (cerca de US$ 2.000) para ayudar a los recién casados a conseguir casa propia. Los directores de salones nupciales afirman que las novias japonesas prefieren el kimono y el tradicional cabello complicado. En Corea, prefieren el estilo occidental, haciendo sus ceremonias civiles en un salón nupcial alquilado para la ocasión. Estos, antes eran de mucho lujo hasta que el gobierno empezó a urgir la prohibición de excesivo lujo en tales ocasiones. La mayor parte de las novias coreanas usan el vestido largo blanco occidental para la ceremonia misma del matrimonio, pero luego lo cambian por el tradicional "chogori" y saquito escarlata "chima" para presentarse ante el público de la boda y la familia del novio. Al cambiar mútuamente los votos de prosperidad y buena suerte, en vez de anillos, se obsequian mútuamente relojes, lo cual es una aplicación muy práctica de las costumbres occidentales. Pero, lo mismo que en la mayor parte de las naciones asiáticas, no hay costumbre de besar la recién casada ni otras despliegues de intimidad. En Java, Indonesia, la novia aderezada con el "sarong" es bañada en agua perfumada e investida cintura abajo con cintas de plata según el estilo tradicional. El novio va engalanado con una vistosa camisa "batik" y una corbata con flores de jazmín y su "keris" (daga ceremonial) colgada al pecho. La ceremonia al estilo musulmán se hace en casa del padre de la novia. Luego de la ceremonia nupcial, alguno de los parientes de la recién casada pone un huevo crudo a los pies del marido. Este aplasta el huevo y la esposa le limpia el pie con agua sacada de una vasija de plata. Síguese una recepción con ceremonias tradicionales y danzas. En noches de "augurio" al norte de la India, la procesión nupcial interrumpe el tráfico a la hora pesada, con deslumbrantes bandas, carruajes adornados con lámparas brillantes, triquitraques y danzantes graciosos. En medio de la procesión, va el recién casado, todo de blanco y oro a caballo, en cabalgadura blanca, también con un velo de caléndulas frescas cubriéndole la cara y un collar de rupias nuevecitas que usa él para lanzar algunos puñados al público ovacionante. La novia espera en su tienda nupcial rodeada de su dote y vestida de un resplandeciente "sari" y abundancia de joyas de oro. Su padre, por quien corren los gastos de la ceremonia, saluda a los huéspedes y les ofrece refrescos. La ceremonia que se sigue por 5 horas es el fruto de un minucioso contrato de matrimonio y condiciones de la dote. Varias veces han terminado en homicidio antes o después de la boda.