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Filatelia: Mateo Ricci, el que abrió la puerta de China a Occidente
16/03/1983
La Dirección General de Correos de la República de China emitirá un juego de dos estampillas el 3 de abril del presente año para celebrar el 400 aniversario de la llegada de Mateo Ricci a China .
Las dos estampillas llevarán el retrato de Mateo Ricci como diseño principal. Pero los objetos del fondo presentan los distintos aspectos de su vida e intereses. La de NT$2 representa los tiempos antiguos, y la de NT$18, la Gran Muralla de China. Ambas fueron diseñadas por Yen Ki-shih.
Mateo Ricci (1552-1610) era un misionero italiano enviado por la Compañía de Jesús. En 1583, llegó a Kwangtung, luego viajó a Pekín, introduciendo la Iglesia a China. Con sus amplios conocimientos sobre ciencia, Mateo Ricci escribió dos libros sobre "Teoría del Cielo y Tierra" en dos volúmenes y "Geometría" en seis volúmenes. Para entonces, la astronomía y las matemáticas, desarrolladas en el Occidente, pasaron a China.
Ningún chino de alguna cultura ignora quién es el P. Mateo Ricci. Porque este italiano famoso, miembro de la Orden de la Compañía de Jesús es el extranjero más conocido y más estimado en China.
Este año se celebra el cuarto centenario de su llegada al Celeste Imperio. Por ese tiempo era dificilísimo para cualquier extranjero entrar en China. Todos los que lo habían intentado era con miras a logros comerciales y eso los hacían personas no gratas al Imperio.
Pero Ricci era un hombre excepcional. Nacido en Macerata, Italia, a los 19 años entró a la Orden de los jesuitas que ya por entonces gozaba de mucha fama y que tenía en sus filas muchos hombres de ciencia. Por este motivo le fue relativamente fácil adquirir conocimientos variados y profundos que las universidades ofrecían por entonces.
Y ese bagaje intelectual fue precisamente lo que le facilitó la entrada a China. Aunque el Celeste Imperio gozaba por entonces ya de una alta y refinada civilización, sin embargo, en algunos aspectos estaba atrasada como por ejemplo, en astronomía y matemáticas. Poco a poco se ganó el aprecio del Emperador y los grandes, sobre todo por el gran acierto de haberse dado a fondo al conocimiento de la lengua china que llegó a dominar hasta poseer una linda caligrafía, cosa estimadísima entonces. Por medio de la lengua entró de lleno en la civilización china que amó y estimó con sinceridad. Por eso a través de estos 4 siglos ha sido muy estimado por los chinos que lo conocen por su nombre familiar chino de Li-Ma-tou.
En muy poco tiempo, Mateo Ricci contribuyó significativamente al intercambio de la cultura occidental y china e introdujo la astronomía a China.
Este cuarto centenario no sólo se conmemora con aprecio en China sino que todos los periódicos del mundo lo han mencionado, porque ciertamente es un hombre digno de la historia.
Ya durante lo que va de celebración centenaria se han tenido varias reuniones conmemorativas tanto en China como en otras partes del mundo. En el mes de septiembre habrá un solemne simposio de intelectuales en Taipei, tanto residentes en Taiwan como algunos que vendrán del extranjero para el efecto.
La celebración de este importante centenario nos hace recordar una vez más la importancia que tiene para la civilización Occidental un contacto más íntimo con esta antiquísima civilización China.