Existe un interés común que abarca desde el Presidente del país hasta el más desconocido de los ciudadanos por ayudar a conservar y hacer renacer la tradicional cultura nacional.
Chiang Ching-kuo, el nuevo Jefe del Estado, es uno de los principales impulsores de la idea. "La realidad es que no podemos dirigir nuestras tareas únicamente al desarrollo social como tal, si no tenemos en cuenta tantos valores culturales que nos rodean", ha expresado en varias ocasiones.
Proyectos
Y la verdad es que se han puesto en marcha varios planes al respecto. Por ejemplo, para el presupuesto de 1978-79 han sido destinadas varias partidas con el fin de construir centros especiales para la promoción de las artes y la literatura. El principal proyecto es el levantamiento en Taipei de un gigantesco edificio dedicado a la enseñanza y observación de todas las actividades artísticas, cuyo costo inicial es de nueve millones de dólares.
Toda una herencia
Otros establecimientos similares servirán para el estudio de la historia china y filosofías tales como las de Confucio, Mencio, Motzu, Laotsé, Chuangtzu y Hanfeitzu, que son en realidad toda una herencia y una continua enseñanza sobre la importancia de las relaciones y la dignidad humana. Para ellos, valga el caso, los conceptos jen y yi son básicos dentro del humanismo. El jen puede ser definido simplemente como "amor al hombre", constituyendo así el principio de la sociedad, mientras que el yi son las obligaciones de cada individuo con sus semejantes.
Patrimonio histórico
Esas escuelas, sin lugar a dudas, han sido la mayor influencia del pueblo chino a través de los tiempos.
Pero, además de la cuestión filosófica en sí, el renacimiento cultural tiene que ver también con la historia china en general, sus viejas dinastías y estructuras políticas.
En una palabra, el resurgimiento cultural es no solo una manera de conocer aún más el arte chino en sí, sino de conservar un patrimonio que es importante, por muchas razones, para todo el mundo.