Veloz como un trueno o como torrencial aguacero
El gigantesco dragón dormido
Despierta intempestivamente de un sueño de siglos.
Humo y polvo lo nublan todo
En medio de un agitado mar humano
Moviéndose y lanzando fuego
Como oleada ascendente de un salvaje huración
La época de primitivo caos ya pasó
Pero la mejestad del dragón todavía y por siempre
En los corazones del pueblo oriental
Irradia una imagen divina.