El Museo de Arqueología Shihsanhang surge como un respiro artístico en medio de un paisaje industrial en la costa de Bali, al norte de Taipei, Taiwan. Rodeado por un parque y un sendero para bicicletas, a la orilla del río Danshui, el moderno diseño de sus instalaciones principales resalta junto al eco aborigen de los enormes silos en forma de tinaja que se levantan a su lado, como recordatorio de que esta ubicación es un sitio arqueológico de gran valor histórico.
La huella aborigen también está presente en una exhibición que busca enlazar Oriente y Occidente, descubriendo los tejidos comunes hallados en sus imágenes. La ceremonia de apertura de la exposición Bajo el sol maya, identidades entretejidas, del artista salvadoreño de origen chino, Nicolás Shi, se realizó el 29 del mes pasado con esta idea en mente.
La exhibición especial comparte los colores brillantes propios de la cultura maya en Centroamérica. La muestra es parte de un programa iniciado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador con el objetivo de diseminar las obras de los artistas salvadoreños.
Shi nació en El Salvador el 18 de julio de 1958, de padres chinos oriundos de Cantón. En 1980, en medio del cruel conflicto fratricida en Centroamérica, emigró a Estados Unidos, con el fin de estudiar arquitectura e ingeniería estructural en Oklahoma. Halló trabajo en Washington D. C., donde después de laborar una década, le volvió a picar el gusanito de la pintura. Su jefe le apoyó en su nuevo proyecto, y le aseguró que su puesto estaría esperándolo cuando quisiera regresar. Así que por cierto período, pintaba solamente medio tiempo, haciendo retratos para sus amigos y conocidos.
Poco a poco, su obra, influenciada por su trasfondo centroamericano, chino y su educación en Estados Unidos, comenzó a ganar renombre, obteniendo premios y reconocimientos. Uno de sus cuadros, El retrato de Rodrigo, basado en la imagen de su sobrino Rodrigo Suriano Shi, fue una de las dos hechas por artistas salvadoreños seleccionadas para participar en la exposición Arte en América, realizada en el Palacio de la Moneda, Chile, en 2010. Escogida de entre las casi dos mil obras del Banco Interamericano de Desarrollo y una cantidad similar del Museo de Arte de la Organización de los Estados Americanos, la obra compartió espacio con otras de países del continente entero, y de artistas como Andy Warhol, David Siqueiros y José Orozco. Además, otra de sus obras, Pequeña curiosa, fue escogida para una de las estampillas de la serie de artistas salvadoreños del Servicio Postal de El Salvador.
Algunos miembros del Cuerpo Diplomático en la República de China posan junto con el artista Nicolás Shi (al centro) en la inauguración de la exposición en el Museo de Arqueología Shihsanhang.
Shi emplea la técnica de acrílico sobre lienzo de algodón. Sus pinturas crean una ilusión de profundidad por medio de líneas de contorno similares a las de un mapa topográfico, el homenaje que hace el artista a su experiencia como arquitecto e ingeniero. El espacio entre las líneas de contorno es rellenado con un solo color fuerte, penetrante, que recuerda las líneas de los tejidos indígenas.
Siendo el entorno artístico en Washington D. C., su actual lugar de residencia, algo conservador, se prefiere el estilo de los impresionistas. Shi expandió el concepto de este movimiento acerca de la mezcla de colores, permitiendo la creación de tres dimensiones en la mente del observador al combinar los patrones en colores fuertes desembocando en una imagen con detalles impresionantes.
Anteriormente, sus obras han enfocado en retratos y en las migraciones. La muestra itinerante que arribó a Taiwan está compuesta por selecciones de una más grande, llamada “Identidades Tejidas”, que recoge las imágenes de los pueblos nativos de Latinoamérica y partes de Asia, China continental, Tailandia y Myanmar. La selección consistente de 14 piezas se agrupa con el nombre “Bajo el sol maya”, ya que representa principalmente a los pueblos indígenas de Centroamérica.
“Todos estos pueblos emplean los tejidos para identificarse”, explicó Shi en su discurso durante la apertura de la muestra. “Ellos tejen los hilos de bellos colores en forma de patrones, formas y diseños que representan sus villas, regiones o grupos étnicos. De esta misma forma, he entretejido en mis obras mi herencia multicultural: soy un artista chino, nacido en El Salvador, y educado en Estados Unidos”, afirmó Shi.
Para el artista, éste ha sido un viaje muy emotivo, ya que sus raíces están en Asia. Shi dedicó la exhibición a su padre, quien dejó China continental hacia El Salvador 80 años atrás; esperando que fuera un viaje temporal, siempre con el deseo de regresar a su hogar. No obstante, tal anhelo no se hizo realidad, pero al dedicar la exhibición a su progenitor, Shi siente que estando en Taiwan, ha traído una parte de su padre consigo.
A la inauguración asistieron altos funcionarios gubernamentales y representantes del Cuerpo Diplomático en Taipei, entre ellos el viceministro de Relaciones Exteriores, Simon S. Y. Ko; la jefa del Departamento de Asuntos Culturales del Gobierno de Nuevo Taipei, Yu Wen; la directora del Museo de Arqueología Shihsanhang, Wu Hsiu-tzu; y el director ejecutivo de la Oficina Comercial de Centroamérica, Carlos Liao, entre otros.
Esta muestra itinerante inició su gira asiática en Mumbai, India, en mayo de este año, continuando en el Museo Shihsanhang en julio. La muestra en Taipei es la única que cuenta también con la presencia del artista, gracias al gentil patrocinio del Ministerio de Relaciones Exteriores y la asistencia de la Embajada de El Salvador en la República de China y el personal del Museo Shihsanhang. De aquí, la exhibición pasará a Seúl, Corea del Sur, donde permanecerá durante agosto y septiembre; para culminar en Tokio, Japón, en octubre.
Texto y fotos de Silvia Villalobos
Al abrigo de mis colores
Pequeña curiosa, estampilla de correos en El Salvador.
Mayan blue.