Si bien los dulces no suelen ser considerados como parte integral del menú en la mayoría de los pueblos del mundo, sin embargo, ocupan un sitio importante en las artes culinarias de todos los países. A pesar de no ser parte intrínseca de una comida, su presencia en la mesa suele ser fuente de enorme satisfacción para la mayor parte de los que se encuentran sentados alrededor de la misma disfrutando un comida casual o formal.
En Taiwan, morder un pastel de piña dulce y ligeramente ácido, o un pastel de tortuga roja gomoso, blando, dulce y fragante; constituye una fuente de alegría para aquéllos que tengan una tendencia por los dulces.
Pero, saborear un dulce es degustar la cultura de la comida y la bebida del lugar donde se origina.
Recientemente, se está llevando a cabo una exhibición en Taipei que presenta los distintos aspectos de la venerable cultura de los dulces taiwaneses, y estará abierta al público hasta el día 7 de abril. Con el sugestivo título, La historia de los dulces en Taiwan, la muestra presenta el rico trasfondo cultural que permite que tales creaciones sean realmente unas delicias.
Elegancia y dulzura: dos tartas dibujadas por Chen Chiu-jin, delicadamente colocadas sobre sendos platos y sobre un mantelito individual de fino encaje.
Por lo extenso del tema, la exhibición se lleva a cabo en dos sitios significativos en términos de la herencia cultural, la Casa de Historias de Taipei y el Bloque Histórico de Bopiliao. En ellos, se presenta la historia de los dulces de Taiwan al público desde distintos ángulos. La Casa de Historias de Taipei cuenta con siete temas de exposición: La historia de los dulces; Dulces memorables de panaderías centenarias; Dulces para ocasiones felices; Temporada para los dulces, Secretos del dulce; Belleza del dulce y una sala audiovisual.
Un recorrido por el sitio permitirá al visitante comprender la historia, las características especiales y el significado de los dulces taiwaneses; a la vez que le informará sobre dónde se encuentran ubicadas las tiendas tradcionales que venden tales delicias.
El área de Dulces para ocasiones felices presenta los dulces y las costumbres para los momentos que son de íntima importancia para los taiwaneses; como sería el matrimonio o los cumpleaños. Por esa razón, se muestran galletas de matrimonio y los bollos o panecillos de longevidad en forma de melocotones.
El tema de Temporada para los dulces muestra dulces y pasteles que se usan en los festivales tradicionales de la isla. Allí, encontramos artículos familiares tales como los pasteles de luna, pasteles del Año Nuevo chino, los pasteles en forma de tortuga roja y los bollos en forma de tortuga. También se exhiben delicias del pasado que ya no se ven en el día de hoy, como las torres de azúcar, que anteriormente eran imprescindibles en el Festival de las Animas.
Una obra de la serie Soldados que comen, de Chu Chia-yu, muestra una horda de soldaditos de plástico, junto con tanques y otros vehículos militares miniaturizados invadiendo un enorme barquillo con helado de 160 centímetros de largo.
Secretos del dulce es una sección para el olfato, donde se encuentra una fragrante alineación de botellas con especias y pigmentos para que los visitantes aprendan más acerca de los orígenes de los sabores y colores de los dulces taiwaneses.
Una actividad interactiva preparada por los organizadores permite que los visitantes saquen al azar un talonario de un lote de “Poemas divinatorios con recetas dulces”, que además de presentar un buen deseo también incluye una receta sencilla para hacer algún tipo de dulce local en casa. Así, el visitante puede regresar a su hogar y probar consigo tales recetas.
También se exhibe una colección de artículos raros de las tiendas con rica herencia histórica en Taiwan. Long Yue Tang, ubicada en el vecindario de Tataocheng (Dadaocheng), contribuyó con una colorida banderola de brocado con los Ocho Inmortales que fue exhibida en la apertura del local durante el período colonial japonés.
Ubicada en el sector de Sungshan, Yu Hua Hsin ha contribuido con tenazas para agarrar los dulces que datan del primer día de la panadería, en 1946. También se encuentra una muestra de unos cien moldes para pasteles y panes muy peculiares. El mayor de ellos tiene un diámetro de 88 centímetros. Cada uno de los moldes tiene un diseño y patrón muy particular, revestido de interesantes simbolismos.
En el Bloque Histórico de Bopiliao, se encuentra la sección el Mundo de los dulces de los artistas, donde la delicia de los bocadillos se expresa en tres obras de arte.
En el centro de la sala sobresale un enorme barquillo con helado de 160 centímetros de largo, obra de la serie Soldados que comen, de Chu Chia-yu. Lo acompañan un par de ellos tirados en el piso, donde el helado ha quedado invadido por una horda de soldaditos de plástico, junto con tanques, helicópteros y otros vehículos militares miniaturizados.
En una colección de sorprendentes acuarelas de vívidos colores, Chen Chiu-jin agrupa la pastelería occidental con los tradicionales hungyuan de Taiwan. El hungyuan es un bollo rojo redondo hecho con harina de arroz.
Por otro lado, Su Tzu-han mezcla escenas urbanas con diferentes tipos de dulces para crear obras de alto valor creativo. Esas obras ayudan a iluminar y despertar el interés en esas pequeñas creaciones culinarias que imparten ese dulzor tan apetecido en algún momento de nuestras vidas.
Desde los ingredientes usados hasta su apariencia, los dulces taiwaneses están impregnados con el sabor de la cultura local, y a la vez, nos cuentan interminables historias.
Los diversos tipos de caramelos y pasteles utilizados en las celebraciones folklóricas tradicionales, los maestros confiteros y pasteleros, así como las tradiciones y los conocimientos transmitidos por las panaderías con una rica herencia histórica, han preservado los gustos autóctonos de Taiwan.
Tal vez, ésta es la parte más gratificante de un recorrido por esta dulce e interesante exhibición.
Texto y fotos de Luis M. Chong L.
Su Tzu-han mezcla escenas urbanas con diferentes tipos de dulces para crear obras innovativas con gran expresividad
Vista parcial de la muestra en la sala de exhibiciones en el Bloque Histórico de Bopiliao.