El artista y autor neozelandés Phil Tchernegovski, y el autor taiwanés Ho Ying-chieh participaron en un evento el 7 de enero en Taipei con el fin de promover un libro escrito por ambos en idioma chino titulado Montaña de la Luna Durmiente.
En dicha ocasión, Tchernegovski mostró su pintura de la reina del pop taiwanés Jody Chiang (Chiang Hwei), cuyas canciones le unieron a los taiwaneses durante las seis visitas que realizó a Taiwan en búsqueda de su hijo desaparecido.
Phil Tchernegovski se convirtió en un gran admirador de Jody Chiang (Chiang Hwei), la cantante de música pop taiwanesa más popular en la República de China, ya que a pesar que nunca pudo encontrar a su hijo; sin embargo, sintió gran consuelo al escuchar las canciones de Jody Chiang.
Posteriormente, alguien escribió acerca del hecho antes descrito, y Chiang lo leyó e invitó personalmente a Phil para asistir a un concierto de ella realizado en Taipei en septiembre de 2010.
En su libro, Tchernegovski agradece a los residentes de la villa Fengshan, en el poblado de Alishan, distrito de Chiayi, denominándolos como sus “héroes taiwaneses”.
El hijo de Tchernegovski, Reuben, vino a Taiwan en 1998 en una gira de mochilero y posteriormente desapareció en el Area Recreativa Forestal Nacional de Alishan, en dirección a la línea Mianyue del Ferrocarril Forestal de Alishan.
Al ser notificado del malogrado incidente, el angustiado padre viajó seis veces a Taiwan entre 1998 y 2002. En dichas ocasiones, varios aborígenes tsou de las villas de Fengshan y Laichi (Laiji) acompañaron a Tchernegovski, y le ayudaron a buscar por toda la zona montañosa.
Posteriormente, se encontró el esqueleto de un joven con una mochila que llevaba la bandera neozelandesa; pero tras pruebas forenses con ADN, se determinó que no pertenecía a Reuben.
Mientras lamentaba la pérdida de su hijo, un taxista le entregó un disco compacto con canciones de Jody Chiang, donde la pieza Medio borracho, medio despierto (半醉半清醒), le ayudó a aliviar su dolor por la pérdida de su hijo.
En su libro, el autor describe que su primer viaje a Taiwan fue algo totalmente inesperado y agradece no sólo a la cantante y los aldeanos, sino también a todos aquéllos que le ayudaron de una forma u otra.