27/12/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Arte público en movimiento

01/05/1999
La sucursal taiwanesa de un banco holandés ha patrocinado molinos de viento y otros proyectos artísticos para embellecer la rotonda de la Calle Jen-ai.

e casaré contigo --cuando el Sistema de Transporte Rápido de Masas (MRT, siglas en inglés) ya no sea una broma”, dice una mujer vestida de novia a su prometido en una valla publicitaria colocada por el gobierno de la Ciudad de Taipei en una estación del MRT. El anuncio alude al sinfín de demoras y problemas que ha enfrentado el MRT en estos años. Ahora que el mensaje que se transmite en dicho anuncio se ha convertido en una idea común entre los usuarios, tenemos el placer de presenciar otra ceremonia matrimonial-- la unión del MRT y el arte público.

Sin duda alguna, el MRT es uno de los proyectos públicos más controvertidos en la historia de la isla. Cuando se inició su construcción hace alrededor de diez años, el moderno y “progresista” proyecto del MRT absorbió enormes recursos intelectuales y financieros, y trabajar en este proyecto era algo respetable. A medida que avanzaba su construcción, una avalancha de escándalos y accidentes durante las pruebas fueron motivo de vergüenza entre los mismos trabajadores del MRT. La línea era llamada el Sistema de Transporte “Condenado” (en mandarín este término es homónimo de “rápido”). Durante las elecciones de 1994, el ex alcalde de Taipei, Chen Shui-bian, llegó a sugerir que, de ser necesario, la línea Mucha del MRT fuera derribada. Puesta en servicio en marzo de 1996, discurre, libre de accidentes, por encima de las concurridas calles de Taipei. Actualmente, el MRT opera sin mayores dificultades y ha pasado a formar parte de la vida cotidiana de Taipei; además, está poniendo a la ciudad en la vanguardia del campo del arte público.

En 1992, la promulgación y ejecución del Estatuto para Estimular y Recompensar a las Empresas Culturales y Artísticas marcó una nueva era en el desarrollo del arte público en Taiwan. Conforme al artículo 9 de dicho estatuto, “en las edificaciones públicas, los propietarios deben destinar no menos del uno por ciento del valor de la edificación al embellecimiento artístico de ésta y de su entorno”, y “los proyectos de construcción pública a gran escala deben incorporar obras de arte que embellezcan el ambiente”. Siguiendo lo estipulado por esta reglamentación, en enero de 1998 se promulgaron y entraron en vigor la Medidas para el Establecimiento de Obras de Arte Público, redactadas por el Consejo de Asuntos Culturales.

En diciembre de 1998, como antes lo hicieron las de Mucha y Tamsui, comenzó a ofrecer sus servicios la línea Hsintien-Chungho. Esta ha aportado a la ciudad no sólo otro medio de transporte sino un nuevo ambiente artístico. En las cuatro estaciones de la línea Hsintien-Chungho se exhiben esculturas, pinturas, fotografías y diversas obras de instalación. “El MRT va a la vanguardia de la promoción del arte público”, observa Chang Borshiun, jefe de sección del Departamento del MRT del gobierno de la Ciudad de Taipei. “Actuamos de manera más rápida y eficiente a la hora de buscar información, y actuamos con mayor prontitud ante las tendencias y demandas sociales”. Incluso antes de la promulgación del Estatuto para Estimular y Recompensar a las Empresas Culturales y Artísticas, el Departamento del MRT convocó a arquitectos, diseñadores urbanos, artistas y representantes de los medios de comunicación a discutir sobre estrategias de promoción para el arte público. En 1991, el Departamento del MRT creó el Grupo Especial para Arte Público, y dos años después, el Comité Examinador de Arte Público.

Arte público en movimiento

“Melodía: ave migratoria, migración, inmovilidad, épica, melodía, juventud” (250x160x160 cm), parte de su Melodía juvenil, cuelga del techo de la Estación de Nanshih chiao del MRT.

La integración del arte en las instalaciones de transporte público es una tendencia internacional. Lugares tales como las estaciones de transbordo y los aeropuertos, por donde transitan grandes multitudes de personas, son lugares ideales para el arte público. La gente acude a estos sitios para emprender un viaje (ya sea corto o largo), y las obras de arte que hallan en su camino les ofrecen placeres y experiencias estéticas inesperados. “No deseamos hablar sobre escuelas o significados implícitos en el arte”, explica Chang. “No buscamos obras de arte ‘grandiosas’ ni tratamos de crear un aura artística. Lo que deseamos es inyectar un poco de vida, darle una nota colorista de vigor a una edificación que tiene fines funcionales”. La filosofía de Chang es simple: “El arte no tiene límites”. Se consideran arte tanto las obras de maestros reconocidos como las del público en general. Esta idea se refleja en la procedencia de las obras de arte adquiridas por el MRT. Entre ellas se incluyen creaciones de estudiantes y público general junto a las de artistas profesionales, elegidas tanto por invitación como mediante concurso.

“Esta estación del MRT, un área pública donde resuena la energía humana, ha sido elegida para plasmar en ella un fenómeno universal de la vida --la juventud”, reza la leyenda de una obra de arte de Lai Tsun-tsun, instalada en la Estación Nanshih chiao de la línea Hsintien-Chungho. “Estas formas y colores brindarán una sensación placentera a los pasajeros y los conducirán a un mundo juvenil al apenas entrar a la estación”. La obra de arte de Lai se centra en un cierto “ritmo” y conjuga varias obras individuales en una composición. Su obra de instalación se llama “Melodía juvenil” y se compone de doce piezas. Cada una de éstas ha sido fabricada con plexiglás grueso, resina epóxida y luces de neón incorporadas a las paredes de la entrada y de los andenes, o colgadas de los techos de las escaleras. Lai cree que el MRT marcará un cambio fundamental en la vida urbana. “Las instalaciones de tránsito no suponen sólo una contribución para el sistema de transporte sino que también aportan una nueva perspectiva de la vida”, explica la artista. Su obra es una respuesta al ambiente de la estación, donde el tránsito de personas ilustra el dinamismo y la velocidad de la época moderna. “Lo que quiero transmitir a través de estas formas aerodinámicas y colores brillantes es una sensación futurista, esperanzadora y progresista”, añade.

Arte público en movimiento

“Coqueteando con las flores: rebote, agua, sudor, verde, pétalo, budismo” (421x190 cm), en Melodía juvenil, en la Estación Nanshih chiao del MRT.

l trabajo en equipo es un elemento de gran importancia en la producción de arte público. Con puntos de enfoque e intereses personales diferentes, cabe esperar un vacío interpretativo entre el equipo encargado de la contrucción y el artista. “La seguridad y la facilidad de acceso son los asuntos que más preocupan al MRT”, dice Chang. Mientras que los artistas gustan de introducir nuevas ideas en las formas tradicionales de pensamiento, los equipos de construcción procuran que tengan debidamente presentes sus exigencias. Los artistas deben mantenerse en contacto continuo con el departamento de construcción, “ya que las necesidades artísticas son demasiado complejas como para fijarlas de forma exhaustiva en un contrato”, explica Lai Tsun-tsun. “En general, he tenido una grata experiencia durante el tiempo que he trabajado para el MRT. Me queda mucho por aprender y muchas cosas que tener en cuenta respecto a cooperación y coordinación”. Ella llega a la conclusión de que la relación que surge entre un grupo interactivo es una de las partes más importantes del arte público.

Aunque la línea Hsintien-Chungho ha sido la primera en brindar una oportunidad a los artistas para que participaran en la construcción del MRT, éstos sólo intervinieron durante la última etapa de la construcción de sus cuatro estaciones. “La clave del éxito de un proyecto de arte público”, dice Chang Bor-shiun, “es la distribución del tiempo. Para el futuro nuestros esfuerzos se encaminarán en gran medida a conseguir adelantar la planificación y realización del trabajo conjunto por parte de los equipos de contrucción y los artistas”. En el grupo consultor de la línea de Hsinchuang, actualmente en construcción, se incluirá un planificador de arte público a fin de estimular la integración. Este planificador, un intermediario entre el artista y el arquitecto, ofrecerá una lista completa de conceptos y temas de arte público en armonía con las características del ambiente y la cultura locales, además de las especificaciones de la estructura interior de las estaciones. “Un espacio arquitectónico vivo”, “Modernización y tecnología”, “Humor en la vida urbana”, “Arte popular”, “Arte de collage en el mundo de la fantasía infantil” y “Antigua gloria y arte urbano postmoderno reimplantados en el espacio urbano moderno”, son algunos de los temas elegidos para las estaciones de la línea de Hsinchuang.

La participación del público es otro asunto al que los equipos de construcción y los artistas deben prestar atención. El arte se concibe comúnmente como una representación de las emociones y la imaginación personales, pero una vez que aparece en un área pública, puede representar los sentimientos e intereses sociales en general. Un artista cuya obra está en la Estación del Monumento Conmemorativo a Chiang Kai-shek se quejó de que la falta de encuestas de opinión pública y de datos estadísticos dificultaba a los artistas tomar en consideración los sentimientos de los usuarios durante el proceso de producción. Sugirió que en los proyectos futuros se recogiera cierta información básica sobre los pasajeros para hacer mejor uso de la creatividad. Así como ocurre con el idioma, no puede descuidarse el aspecto social del arte público, ya que un idioma que es inteligible es un idioma que no se habla. “No se debe obligar a la gente a contemplar obras de arte de mala calidad”, dice Lai Tsun-tsun. “Las personas tienen derecho a rechazar la violación visual”. Todavía en relación con la recepción del arte público, la artista hace otra clase de reflexión: indica que el público general representa gustos populares que quizá no superen la prueba del paso del tiempo. Algunas obras de arte que originalmente alienaban a los espectadores, se han convertido después en puntos de referencia obligados como resultado de las grandes controversias que provocaron --un buen ejemplo es la pirámide de Louvre en París. Las discusiones crean en gran parte el significado social de una obra de arte del que a su vez pueden surgir una conciencia comunitaria e incluso el espíritu de una ciudad. “Prestar mucha atención al espacio público es simplemente una demostración de la conciencia de los derechos humanos”, enfatiza Lai.

Arte público en movimiento

Una escultura de metal añade un toque especial al Museo de Bellas Artes de Taipei.

El gobierno de la Ciudad de Taipei ha tratado recientemente de cultivar esa conciencia en cuatro comunidades donde sus miembros eligen a los artistas y pueden verlos cara a cara. “En relación con el arte público, es muy importante tomar en consideración la opinión pública”, dice Lin Chung-chieh, director de la División de Diseño Urbano en el Departamento de Desarrollo Urbano del gobierno de la Ciudad de Taipei. “Sin embargo, la participación pública en la producción de arte público necesita ser reglamentada, a fin de que la originalidad artística no se vea comprometida”. Con el objeto de asegurar una razonable autonomía de la obra de arte, el Departamento de Desarrollo Urbano ha elaborado un procedimiento para regular la participación pública en el arte. Desde 1996, el gobierno de la Ciudad de Taipei ha promovido activamente el arte público, y el año 1997 fue designado “Año del arte público” por el entonces alcalde de Taipei Chen Shui-bian. Chen, que ocupó dicho cargo entre 1994 y 1998, se destacó como un promotor de las artes y prometió convertir a Taipei en una ciudad cultural y una capital artística. El gobierno de la ciudad organizó una competencia abierta bajo el lema “Llevar el arte a la calle” que atrajo a más de 200 participantes, y este año tendrá lugar un Campamento Público para la Creación Artística en diversos lugares de la ciudad. La primera competencia dio como resultado tres proyectos, pero dos no pudieron llevarse a cabo por razones políticas o técnicas. Por desgracia, el tercer proyecto ha quedado paralizado, envuelto en interminables discusiones sobre el presupuesto y los derechos de autor.

Lo infeliz de este resultado llevó al gobierno de la ciudad a buscar otras alternativas para incrementar la presencia del arte público. “Se espera una distribución presupuestaria más flexible y del paso de las competencias de los asuntos relacionados con el arte público al Buró para Asuntos Culturales”, explica Lin, “nuestra estrategia consiste en utilizar e integrar los recursos existentes en los sectores gubernamental y privado, con el fin de inspirar a los residentes y satisfacer las aspiraciones de los artistas”. Por ejemplo, el gobierno de la ciudad trata de persuadir a los empresarios para que cedan los terrenos o espacios desocupados para la exhibición allí de arte público. En la actualidad, más de cincuenta proyectos de arte público están en marcha. Lin explica que en vista de la actual popularidad del arte, el gobierno de la ciudad desea educar e introducir en el público la noción de arte público organizando diversas actividades, a pesar de que no se han establecido las leyes ni las instituciones competentes. “El arte público es mucho más que la mera presencia de unas cuantas esculturas”, señala Lin. “Desempeña el papel de engendrar una cultura pluralista y aumentar los intercambios entre los ciudadanos. En resumen, el arte público quiere contar una historia sobre la ciudad”.

En la opinión de Wang Shih-chen, de la Sociedad de Arte Contemporáneo, esa historia se está contando de una forma demasiado apresurada. “Me pregunto qué motiva a los taiwaneses a no hacer absolutamente nada o a hacerlo todo desesperadamente”, observa ella. “Quizás la ley marcial que rigió durante tanto tiempo y fue abolida en 1987 ha dejado muchas huellas”. Asimismo, señala que los verdaderos propietarios del arte público --los ciudadanos-- saben poco sobre éste. En otros países, los artistas públicos van de gira por las escuelas para hablar sobre el motivo que los inspiró a crear una obra y su conexión con la historia y las costumbres locales. El sistema de aprendices donde los jóvenes con la ayuda del Gobierno colaboran con el artista encargado de un proyecto de arte público es un ejemplo a seguir a fin de transmitir la tradición de una generación a la otra. “El arte público no tiene como único objetivo embellecer el ambiente”, dice Wang. “Sino, también, servir como enlace entre el público general y la sabiduría del pasado”.

A pesar de algunas irregularidades y cierta insatisfacción, Wang predice un futuro prometedor para el arte público en Taiwan. “Es natural e instructivo aprender de los errores”, comenta. La artista Lai Tsun-tsun opina de igual manera: “Es evidente que se ha hecho cierto progreso”. El respaldo gubernamental para los asuntos culturales y artísticos es substancial, la recepción del público general es estimulante y la posibilidad de espacio para vivir es enorme. Si Taipei quiere contar su propia historia, una buena manera de hacerlo es a través del arte público.

Popular

Más reciente