Al norte de Sudamérica, frente al Mar Caribe se halla un país de espectacular belleza natural, Venezuela: hermosas playas de arena blanca, junglas amazónicas, picos nevados, llanos, tepuis, ríos e impresionantes saltos de agua, como el Salto Angel –el más alto del mundo. Además, este país cuenta con una extraordinaria y exótica gama de fauna y flora.
Venezuela es un país que se caracteriza por su mezcla de razas, la mayoría de la población es mestiza, es decir, una combinación de las razas europeas, africanas y aborígenes. Cuando los conquistadores españoles plantaron pie en este país hace más de quinientos años, la región se hallaba habitada por aborígenes de diversas tribus. Poco a poco, a través de los siglos, esos aborígenes, los colonos españoles y los negros africanos que trajeron como esclavos, se fueron mezclando para constituir la sociedad venezolana de hoy, que desde épocas muy remotas se distinguió por su homogeneidad étnica.
Este país sudamericano recibió un significativo número de inmigrantes extranjeros durante el siglo XX. Aproximadamente en 1936 se promulgaron leyes sobre la inmigración y asentamiento de extranjeros, que sentaron las bases para que muchos inmigrantes llegaran a Venezuela para trabajar como obreros con destrezas especiales. Muchos de ellos se establecieron en Venezuela durante los primeros años tras la Segunda Guerra Mundial, y contribuyeron en el desarrollo de grandes proyectos públicos, aportando así muchos beneficios al país.
La mayoría de los inmigrantes que han llegado a Venezuela proceden de Colombia, España, Italia, y Portugal. Otros han venido desde el Medio Oriente, Chile, Cuba y otros países sudamericanos. Los chinos también son otro grupo de inmigrantes que se han establecido en este país desde ya hace bastante tiempo. “Los primeros inmigrantes cantoneses llegaron a Venezuela aproximadamente en el año 1947”, dice Pedro Chi Shaw Perng, de la Oficina Económica y Cultural de Taipei en Venezuela. En su mayoría provenientes de la provincia de Cantón. Todos estos inmigrantes han contribuido enormemente con el desarrollo de Venezuela, y hoy día forman parte integral de la sociedad venezolana.
Los chinos han llegado a todos los rincones del mundo. Adonde llega un grupo de chinos, allí se organizan en comunidades y continúan con sus tradiciones y costumbres. En ciudades estadounidenses como San Francisco o Nueva York, las “chinatowns” o urbanizaciones donde viven colonias de chinos, son famosas no sólo entre los residentes locales sino entre los extranjeros que visitan esos lugares. Los chinos se establecen en otro país y se integran a la nueva sociedad que los acoge, pero aún así continúan con su estilo de vida y tratan de conservar sus tradiciones milenarias.
El número de chinos radicados en Venezuela se halla alrededor de los 60.000, según Pedro Chi Shaw Perng. “Casi todos son chinos cantoneses, y hay unas 20 familias de Taiwan, aproximadamente 200 personas”, dice Chi. La mayoría se ha residenciado en la capital del país, Caracas, pero otros se encuentran dispersos en otras ciudades del interior. Aunque en Caracas no existe una “chinatown” como tal, hay ciertas zonas de la ciudad que suelen caracterizarse por el número de residentes chinos que tienen sus viviendas y negocios, ya sean restaurantes, supermercados u otro tipo de establecimientos comerciales.
Estos inmigrantes chinos llegaron a Venezuela atraídos por las oportunidades que brindaba esta tierra, y la mayoría de ellos se han dedicado a los negocios. “Los chinos aquí se dedican a hacer negocios. Algunas cadenas de supermercados del país pertenecen a chinos. Otros tienen centros comerciales, fábricas de plásticos, fábricas de cosméticos”, comenta Chi. Incluso hay chinos que han incursionado en el campo del periodismo, fundando su propio diario, y hasta en la televisión. “En cuanto a los taiwaneses que se radican en Venezuela, muchos de ellos se ganan la vida importando jeans, ropa en general, zapatos deportivos, cosméticos, repuestos de autos”, añade Chi.
No hay duda de que los chinos son excelentes comerciantes, y han logrado convertirse en exitosos empresarios tanto en su país de origen como en los países en los que se han establecido. “Las primeras generaciones de chinos se iniciaron en el negocio de la lavandería, luego incursionaron en el negocio de las cafeterías o cafetines, en el de los supermercados y más recientemente en el de las quincallerías”, dice Marta Chien, quien llegó a Venezuela procedente de Taiwan a los ocho años de edad junto a sus padres y hermanas. Chien vive actualmente en Taiwan, donde se dedica a trabajar en una empresa comercial. Su familia fue una de las primeras familias taiwanesas en radicarse en Venezuela, y su abuelo fue el primer chino en establecerse en Acarigua, en el Estado Portuguesa. “Hace unos treinta años, la mayoría de los chinos en Venezuela eran cantoneses, más específicamente de En-ping (ciudad de China continental), por ello tuvimos que aprender a hablar cantonés para poder comunicarnos con ellos”, dice Chien.
Al preguntársele a Chien la razón por la que su familia emigró a Venezuela, responde que su abuelo ya vivía en Venezuela cuando su familia decidió mudarse allí. “En ese entonces, la situación de Venezuela era buena, y la de Taiwan no lo era tanto, por eso mi familia decidió emigrar allí”, comenta Chien. Como la mayoría de los chinos que viven en Venezuela, la familia de Chien se dedicó a los negocios. “Mi abuelo tenía un supermercado junto con algunos socios, y mi padre trabajaba allí con él. Luego, abrió también una fototienda donde trabajó mi padre hasta que se retiró hace dos años”.
Ahora bien, uno de los negocios más prósperos para los chinos en Venezuela siempre ha sido el de los restaurantes. Existe un gran número de restaurantes de comida china en todas las ciudades principales del país, la mayoría ofrece exquisitos platillos cantoneses, de sabor suave y agridulce, que agrada al paladar de los venezolanos. Es posible también hallar lugares donde se ofrecen especialidades de otras cocinas chinas como la szechuanesa, para aquéllos que gustan de los sabores picantes. Estos establecimientos son en su mayoría administrados por chinos cantoneses, y por lo general, todo el personal, desde los cocineros hasta los camareros, son de origen chino. A los venezolanos les encanta la comida china, y estos restaurantes, desde los más sencillos hasta los más lujosos, están llenos de comensales a toda hora.
Durante el tiempo libre, los inmigrantes chinos suelen reunirse en casa con sus familiares, o ir a los clubes de chinos que existen alrededor del país a fin de compartir con los paisanos. En Venezuela existen asociaciones o clubes de chinos que tienen fines comerciales o meramente sociales. En la ciudad de Caracas, se encuentra el Centro Social de los Restaurantes Chinos, una asociación donde se reúnen los socios para disfrutar de muchas actividades, entre ellas, juegos de mesa como cartas, o el tradicional dominó chino o mahjong; o se congregan allí para platicar en su lengua nativa y ponerse al día con los amigos. En ocasiones especiales se reúnen para celebrar alguna fiesta tradicional china. “Por ejemplo, en Venezuela existe una asociación de supermercados en Barquisimeto, formada por cadenas de supermercados chinos que se asocian para hacer pedidos a los fabricantes, y así lograr mejores precios”, expresa Chien. “También están el Club Chino de Valencia, el de Caracas, Barquisimeto, etc... donde se reúnen los chinos para hacer fiestas, y celebrar por ejemplo, el Año Nuevo Chino, realizar competencias de bowling, un deporte muy practicado por los chinos en Venezuela, o simplemente jugar dominó chino (mahjong)”, dice Marta Chien.
En Caracas, se encuentra la Cámara Comercial Taiwanesa, es una organización que entre otras actividades se dedica a la organización de actividades de ocio para los taiwaneses asociados. “Aquí, se celebran fiestas folklóricas, se organizan actividades para cantar KTV, etc.”, comenta Chi. También en el centro chino en Caracas se imparten clases de idioma mandarín durante los fines de semana. “Actualmente hay unos 20 alumnos que reciben clases los sábados y domingos”, agrega Chi.
Los chinos que residen en Venezuela, a pesar de no ser una comunidad muy numerosa en un país con una población de aproximadamente 24 millones de habitantes, han logrado integrarse paulatinamente a la sociedad venezolana, y muchos descendientes de chinos ocupan hoy día lugares destacados. “Hay congresistas, diputados, abogados, doctores, ingenieros, arquitectos, hasta un general de división de las fuerzas armadas, de origen chino”, comenta Pedro Chi Shaw Perng.
Como es bien sabido, los chinos se distinguen por su constancia y dedicación al trabajo. Según Marta Chien, hay chinos que aportan mucho a la sociedad venezolana, y se han integrado muy bien a esta sociedad. “En Venezuela, hay muchos casos de chinos que tienen negocios y dinero, y sus hijos van a la universidad, y después de graduarse terminan trabajando en el negocio de su padre. En cambio, otros de familias menos adineradas, logran convertirse en profesionales y aportan mucho a la sociedad. Tengo también amigos que se han integrado tanto al ambiente de este país, que ya ni siquiera hablan chino”. Por lo general, los hijos de los chinos se integran al sistema educativo de Venezuela, porque no existe ninguna institución especial para ellos; no obstante, aquéllos que cuentan con más recursos ingresan a la escuela americana u otras instituciones privadas bilingües.
La mayoría de los chinos de las últimas generaciones se han integrado completamente a la sociedad venezolana, aún cuando sus padres no han logrado hacerlo aún y continúan compartiendo su vida sólo con sus paisanos. Los chinos en Venezuela tratan de mantener sus costumbres, y es típico que durante el Año Nuevo Chino se reúnan en casa o en los clubes chinos con los familiares y amigos. “En el Año Nuevo Chino no hay grandes celebraciones, quizás, una cena en la casa o algo así”, comenta Marta Chien. “Para el Festival de la Luna, hay quienes hacen pasteles de luna para vender, y son muchos los chinos que los compran por encargo para conmemorar esta fecha”, agrega Chien.
En los últimos años, muchos chinos se han establecido en Venezuela, no sólo procedentes de Cantón, sino también de Hong Kong y Taiwan, atraídos por las oportunidades para invertir. Sin embargo, muchos ya llevan bastante tiempo en el país, y sus hijos y nietos se han integrado completamente a la sociedad y a la fuerza laboral venezolana. ¿Qué piensan en general los chinos de los venezolanos? “De niña, cuando estudiaba en la escuela primaria normal, porque no había escuela china, me enojaba cuando me llamaban china o chinita, pero con el tiempo me fui acostumbrando”, cuenta Marta Chien. “Ahora creo que los venezolanos son amistosos y simpáticos con los extranjeros en general”, afirma Chien.
Después de vivir aproximadamente 22 años en Venezuela, Chien decidió trasladarse a Taiwan para conocer mejor sus raíces y como ella dice “vivir como los chinos”. ¿Piensa regresar a vivir a Venezuela? “Antes de casarme sí pensaba regresar a Venezuela porque allí está toda mi familia, pero mi esposo es polaco y ahora me veo más en Polonia que en Venezuela”, dice Marta. Sin embargo, su familia seguirá en Venezuela, al igual que muchos chinos y sus descendientes, que de un modo u otro, ya forman parte de la sociedad y están haciendo grandes e importantes contribuciones a los diversos sectores del país.