Ha ocurrido un progreso no abatido hacia una más amplia democracia y liberalización en Taiwan en el transcurso del año pasado, y la actual transformación social y política fue iniciada por la amplia visión futrista y fuerte liderazgo del extinto Presidente.
En su memoria, China Libre Magazine ha solicitado al Dr. Phillip Chen (陳明), director del Instituto de Asia y el Mundo en Taipei, hacer una reflexión en torno a su personalidad y su obra. A continuación su ensayo:
El extinto Presidente Chiang Ching-kuo era un hombre altamente respetado por todos aquellos que lo conocieron, y fue correctamente reconocido como el gestor cardinal de la democracia política en la República de China en Taiwan. El se dedicó a la ferviente creencia que la libertad, democracia y justicia social deben ser puestas en práctica para todo el pueblo chino. Y la grandeza de su visión fue complementada con un toque común, algo que lo hizo tan popular tanto con los extranjeros, que con frecuencia se referían a él como CCK, así como los ciudadanos locales, quienes lo llamaban Sr. Ching-kuo, un apelativo que él mismo alentaba a la gente a usar.
A lo largo de toda su vida, el Sr. Ching-kuo se enfrentó a constantes pruebas, incluso en sus últimos días cuando, a pesar de estar en silla de ruedas, siguió llevando a cabo sus deberes con la nación y el partido al cumplir con sus promesas a la República sin quejas ni disminución de entusiasmo. Incluso los medios de comunicación occidentales que siempre toman una visión más bien cínica en el sentido que él sencillamente había heredado su cargo y poder del extinto Presidente Chiang Kai-shek, rectificaron rápidamente esa visión mal intencionada en vista de la realidad. El extinto presidente estaba tan familiarizado con los sectores más humildes de la sociedad así como los más altos niveles del poder político.
Antes de llegar a la primera magistratura de la rcpública, él viajó por un largo y frecuentemente difícil camino a través de todos los niveles del servicio político. Así, su liderazgo político estaba naturalmente bien articulado, y su base de poder radicaba sobre un cimiento de gran popularidad pública debido a su rica experiencia al tratar con el hombre común tanto como las complejidades del ente político.
Esa experiencia estaba ligada con la visión y el deseo de llevar a cabo planes de largo alcance. Por ejemplo, el se dió cuenta que como Taiwan era una nación subdesarrollada en los años 1960, poseyendo una población predominantemente rural con un ingreso per cúpita relativamente bajo, tendría que industrializarse para poder salir adelante en las décadas que vendrían. En aquellos momentos, la industrialización de Taiwan apenas comenzaba a dar los primeros pasos, y los planes existentes eran en su mayoría simple aspiraciones. Si bien la estructura del gobierno era moderna en forma y autoritaria en función, seguía existiendo una amplia brecha entre las masas tradicionales y la élite educada en Occidente.
Sin embargo, el Sr. Ching-kuo tuvo una visión de que todo podría ser alcanzado, así como un firme reconocimiento de las capacidades de arduo trabajo del pueblo, desde los niveles básicos hasta las más altas esferas del gobierno. De esta forma, él condujo al pueblo a crear una infraestructura social y económica apta y productiva. El resultado fue la histórica transformación de la sociedad, una sociedad que pasó de la forma tradicional a la moderna, y de una base agrícola a una industrial.
En tiempos cuando otros confiaban menos del futuro de Taiwan, o estaban concentrándose en otros aspectos de la política de gobierno y el programa administrativo, el Sr. Ching-kuo tomó una visión más amplia: una visión que probó ser eminentemente sabia debido a que echo los cimientos para el milagro económico de Taiwan. El colocó los Diez Mayores Proyectos de Construcción como prioridad mayor en el trabajo gubernamental, a saber: el tramo norte del ferrocarril, la Autopista Sun Yat-sen, la electrificación del ferrocarril, el aeropuerto internacional, el puerto de Taichung, el puerto de Suao, la acería integrada, el astillero de Kaohsiung, un complejo petroquímico, y una planta de energía nuclear. Fue él quien delineó y llevó a adelante los Diez Proyectos en 1973. Y él supervisó personalmente los proyectos hasta que fueron terminados en 1980. El Sr. Ching-kuo también procuró que esos proyectos fuesen interrelacionados con otros proyectos de desarrollo social y económico esenciales para la modernización.
En línea con este pensamiento, el Sr. Ching-kuo solicitó mayores partidas del presupuesto nacional para la educación debido a que vió la necesidad de un pueblo educado en la marcha hacia la modernización. Su razonamiento fue simple y directo: el mejoramiento del nivel de vida de todos los ciudadano requiere de un aumento en la producción nacional; un significante aumento en la producción laboral requiere tecnología y administración; y esto a la vez requiere de una fuerza laboral mejor educada. De esta forma, la educación se convirtió en una llave maestra para el cambio social y desarrollo político en la isla.
El Presidente Chiang Ching-kuo inició el 20 de mayo de 1984, su egundo período presidencial de seis años. El escogió al Dr. Lee Teng-hui como vicepresidente y para reemplazarlo en la presidencia si él mismo no pudiera terminar con su período presidencial. Su decisión era consistente con otra de sus prioridades, de nuevo llevada a cabo con un deseo firme: la "indigenización" o "taiwanización" del partido en poder y las altas esferas del gobierno. El Sr. Ching-kuo sobrepasó las tradicionales diferencias provinciales y regionales tan comunes en la historia china para enfatizar que la República de China en Taiwan es una mezcla creativa de todos los chinos, con el lugar de origen claramente secundario a los retos de crear una sociedad capaz, estable y equitativa.
Basado en esta visión, la isla entró en un período de liberalización política que hubiera parecido casi imposible hace sólo algunos años. Tal era la fuerza de su voluntad y la grandeza de su concepción que el auge de la liberalización ha continuado sin alterarse a pesar de su muy inoportuno fallecimiento.
Los logros ya son impresionantes. En 1986, el gobierno no interfirió con la formación de un nuevo y muy vociferante partido de oposición. El Presidente Chiang Ching-kuo declaró personalmente el 7 de octubre en una entrevista con Katherine Graham del Washington Post, que su gobierno propondría pronto la eliminación del Decreto de Emergencia, comúnmente conocido como la ley marcial. La decisión iba en línea con su anhelado deseo de "democratizar" así como mejorar las condiciones económicas en Taiwan.
A pesar de su importancia, la decisión de terminar con la ley marcial y permitir la formación de nuevos partidos políticos fue en cierta forma no tan significativa como parecía ante los extranjeros, ya que no era un cambio radical de dirección o evolución política. Si un período de ley marcial es interprelado como inestabilidad política, toques de queda, y otras restricciones al movimiento de los ciudadanos, entonces no existió en Taiwan por mucho tiempo la ley marcial en este sentido extremo. Sin embargo, el formal levantamiento de la ley marcial probó que la República de China en Taiwan se ha desarrollado y transformado ahora de un sistema político autoritario a uno mucho más democrático.
Fue el Sr. Ching-kuo quien movió a la nación con fuerza y confianza del crecimiento económico con estabilidad política a la democratización social y política. En el futuro, 1987 será probablemente visto como una vertiente en la historia de la República de China en Taiwan. Los cambios fueron la regla en vez de la excepción, ya sea en la política, los asuntos sociales o la economía. El continuo paso del cambio ha asombrado a los observadores permanentes, quienes tienen ahora que reevaluar constantemente los impactos e implicaciones de la dinámica transformación de Taiwan.
Los más dramáticos desarrollos continuan en el bien importante área de las relaciones de Taiwan con China continental. Aunque los funcionarios en Taipei mantienen firmemente que no han habido cambios en la política de los "tres no" -no negociaciones, no contactos, y no compromiso con Pekín- el extinto presidente procuró que Taiwan relajará por todos los medios las tensiones entre ambos lados del Estrecho de Taiwan. El Sr. Ching-kuo seleccionó al Sr. Lee Huan, el hombre número dos en el partido en poder (el KMT) y su protegido político de más confianza, para llevar a cabo la altamente delicada política hacia China continental después de su partida.
De nuevo, fue el Sr. Ching-kuo quien tuvo la previsión de darse cuenta que el gobierno no debe empujar sobre el asunto de la reunificación ni tampoco debe aislarse reclamando un estatu de independencia. El vió que China continental bajo el yugo comunista se enfrentará inevitablemente a los cambios caótícos y finalmente se partirá en una multipolaridad de sistemas. Su inteligente consejo a todo el pueblo de Taiwan fue que debían unirse en la causa común, trabajar duro, mantener la dignidad internacionalmente, y evitar la inestabilidad nacional. El hecho que todo esto está ocurriendo ahora es muestra del respeto que todos sienten por la memoria de un gran hombre y una señal de su efectivo liderazgo. □