Taiwán Hoy
Un maestro y artista
01/03/1985
Una obra de arte ofrece una experiencia estética, que satisface un placer visual. Además podría impulsar nuestro continuo desarrollo mental a través de representaciones internas, de acuerdo con un profesor de inglés, quien se convirtió en un maestro en el arte de la cerámica.
"Al observar mis obras de cerámica, siento como si estuviera leyendo un poema o una pieza en prosa. Quizás mi trabajo no sea grandioso, pero es interesante y significativo. Según las palabras de Robert Frost, un poeta norteamericano, la meta es 'comenzar con deleite y terminar con sabiduría'", afirma Chiu Huan-tang, artista en cerámica en su tiempo libre y profesor de inglés de tiempo completo en la Universidad Nacional Normal de Taiwan.
Sin haber tenido previamente ningún adiestramiento académico formal en las bellas artes, realmente nunca pensó que podría dedicarse a la cerámica por el resto de su vida. Todo fue por simple casualidad.
En 1964 se encontraba estudiando inglés en Hawai, disfrutando de una beca del Centro Cultural del Oriente y el Occidente; después de terminadas las clases, al regresar a su casa, solía pasar por el edificio del departamento de arte de la Universidad de Hawai, en donde profesores y alumnos moldeaban el barro o barnizaban sus obras; en una área se encontraban dispuestos jarrones nítidamente diseñados, porcelanas brillantemente barnizadas así como magníficas esculturas; solía visitar dicho taller una o incluso varias veces diarias.
Un instructor le preguntó finalmente que por qué no tomaba clases de cerámica. "Ese profesor me inspiró, reforzó mi confianza e hizo que desarrollara mi potencialidad", recuerda. Además de seguir las exigencias del curso para la creación de jarrones o utensilios standard, trabajó también en algunos diseños propios tanto abstractos como semi-abstractos.
Tres de las piezas de arte de su residencia datan de dicha época. Una es un rebaño de ovejas con las cabezas hacia afuera como si fuesen búfalos enfurecidos. "Mi profesor me pidió hacer un duplicado y cambiárselo por dos de sus jarrones", agregó orgullosamente. "Sin embargo, el duplicado no fue ni tan impulsivo ni tan tenso como el original." La otra es un par de pájaros en forma de búhos, mientras que la tercera, un plato de cerámica decorado con un dragón.
Después de regresar de Hawai, continuó impartiendo clases de inglés, pero trabajaba también para unos alfareros sin pago alguno, donándoles sus diseños a cambio de hacer uso de sus instalaciones. Después de ahorrar dinero año tras año y con un préstamo comercial de bajo interés adquirido del gobierno, abrió finalmente su propio taller.
"Las características del barro y el vidriado, así como el proceso de horneado son los requisitos básicos de conocimiento para una buena cerámica. Gracias al conocimiento del vidriado de mi esposa, puedo hacer uso de bellos y variados colores", agregó.
Como fuente de inspiración, -continuó- "las ideas vienen de todas partes. Siempre hago las cosas con seriedad y bastante concentración. Si estoy dando clases, enfoco totalmente mi atención en el inglés."
"Gradualmente, al estar leyendo, observando y pensando, los conceptos se acumulan en mi mente; se mantienen allí y de repente, se convierten en una magnífica idea."
Me enseñó un libro de bosquejos para que viera los conceptos originales de algunos de sus obras ya terminadas. Al observarlos resulta difícil imaginar cómo sería el resultado final. Muchos de sus conceptos son solamente combinaciones de líneas cruzadas, triángulos y círculos, ideas que han permanecido en su mente por algún tiempo -algunas veces dos o tres años- antes de llegar a solidificarse.
Chiu, un artista de mucha disciplina, trata constantemente de hacer algo más que botellas, jarrones, platos y otras vasijas. Dentro de sus creaciones se encuentran fuentes, murales de cerámica y cerámica en forma escultórica.
Citas, una de sus obras inconclusas, se compone de tres piezas unidas en forma de arco, con numerosas caras pintadas en sus intersecciones. "Esta obra podría interpretarse como personas que se citan en el parque durante un fin de semana o en una reunión en la metrópoli. Sus observadores pueden tener sus propios puntos de vista en cuanto al tema se refiere."
"En realidad son preferibles las interpresentaciones múltiples. Siempre he creído que el placer visual de una obra de arte es más importante que cualquier significado interior. Si ambas cosas no concuerdan, es indispensable entonces la experiencia estética."
Sus ideas derivan también de la danza moderna, que se encuentra en su pleno desarrollo en la isla. Danza Rítmica, es una figura compuesta por una cabeza y un brazo, un cuerpo y el otro brazo y las piernas abstractamente talladas en tres piezas separadas, combinado luego otras tres hasta formar una figura danzante. "Quizás observo un ambiente con mi corazón, absorbo su quintaesencia y la disuelvo luego dentro de mi propio concepto interior. En esta pieza, los mensajes que quiero transmitir son el ritmo que sigue luego de la suave forma y la emoción concebida bajo esa forma", expresó.
En la exposición realizada en la Galería de la Plaza Howard, las obras presentadas fueron objetos que se asemejaban a pinturas con formas tradicionales y colores naturales. "No crean que este tipo de trabajo sea algo tan sencillo. La presentación y uso del color tuvieron que ser complejamente diseñados", hizo notar.
Para explicar su creación artística se refirió a una historia corta de Turgenev, novelista ruso:
Cierta vez un aristócrata visitó a la viuda de un granjero para consolarla. La viuda se encontraba tomando una sopa de repollo, sin demostrar emoción alguna. El aristócrata le preguntó cómo podía estar tomando sopa en ese momento. Ella le contestó: "Mi esposo ha muerto. Me encuentro muy triste, pero no puedo desperdiciar la sopa porque en ella hay sal." Chiu finalizó diciendo que confía que sus obras tengan también implícita en ellas "la 'sal' de la vida". □