Más de medio millón de personas acudieron al sector de Hsinyi de la ciudad de Taipei en la noche del 31 de diciembre pasado, con el propósito de asistir al conteo de fin de año y dar la bienvenida a la llegada del año 2007.
El conteo de los últimos diez segundos del moribundo año viejo se llevó a cabo en la plaza frente a la sede del Gobierno Municipal de Taipei, siguiendo una tradición que comenzó hace ocho años. La plaza se encuentra a corta distancia del Taipei 101, por lo que el público pudo también presenciar el imponente espectáculo de fuegos artificiales que montó el edificio más alto del mundo.
La administración del Taipei 101 invirtió alrededor de 973 mil dólares estadounidenses para preparar un espectáculo mucho más impresionante que aquél donde se despidió el año 2005.
Faltando diez segundos para las doce de la noche, se apagaron todas las luces del edificio y al tocar la medianoche, el cielo de Taipei se vio repentinamente iluminado con un despliegue de fuegos artificiales que despertó grandes expresiones de júbilo y admiración. El espectáculo tuvo una duración de 188 segundos, seguido por un número plural de actos pirotécnicos desde algunas de las principales edificaciones de la ciudad.