Muchas personas hacen donaciones para los pobres o los necesitados desde la comodidad de sus hogares. Pero, pocas personas se parecen a Yang Wei-ling, una azafata que prefirió ser filántropa y ha decidido vivir con los pobres para tratar de mejorar sus vidas.
La hermosa azafata de China Airlines que servía como voluntaria de la Línea de Emergencia 119 de Taipei en sus ratos libres, descubrió a la edad de 22 años lo que realmente deseaba ser y renunció a su bien remunerado trabajo en la aerolínea en 1989; para crear la Agencia de Socorro de Campo (FRA, siglas en inglés), una ONG sin propósito de lucro que se dedica a la labor de ayuda humanitaria en ultramar.
Desde 1999, Yang ha dividido su tiempo viajando alrededor de Camboya para ayudar a los pobres y necesitados; y recolectando dinero y libros donados en Taiwan.
Permaneciendo con huérfanos, minusválidos y desamparados en Camboya en los últimos diez años, Yang es ahora una experta sobre asuntos camboyanos y conoce mejor ese país que la mayoría de camboyanos.
En su más reciente libro acerca de sus experiencias en Camboya, o Kampuchea, como se le conoce también, Yang dice que la verdadera gente fuerte no son los líderes políticos que han convertido sus países en sitios de matanza, sino aquéllos que aman y sirven a los pobres y necesitados.
En 1999, Yang estableció un orfanato en Poipet, un empobrecido pueblo fronterizo en el norte de Camboya, seguido posteriormente de un centro de entrenamiento vocacional en ese mismo pueblo en 2001. Su interés es ofrecer un hogar para los niños desamparados y ayudar a las amas de casa desocupadas para que aprendan algunas habilidades que les permitan ganarse la vida en un país que estuvo bañado en sangre por luchas fraticidas hace algunas décadas.
En septiembre, cinco organizaciones caritativas de Taiwan se unieron a FRA y ofrecieron ayuda humanitaria a la gente de Poipet enviando representantes a dicha localidad.
La delegación "Amor de Taiwan", compuesta por miembros de la FRA, el Cuerpo de Paz Médicos de Base de Taiwan (TRMPC, siglas en inglés), Compasión Internacional, la Fundación de Bienestar Social Eden y la Fundación Cranofacial Noordhoff; arribó a Poipet el 25 del mes pasado para proporcionar ayuda humanitaria para los residentes locales.
En dos días, los miembros de la delegación ofrecieron servicios médicos gratuitos a más de 700 personas en ese pueblo.
La misión trajo consigo más de 600 kilos de medicamentos y materiales de ayuda médica, incluyendo sillas de rueda, muletas, bastones para caminar y bastones blancos para ciegos, teniendo en cuenta que muchas personas en Poipet han sido víctimas de minas anti-personales que fueron instaladas en los alrededores del poblado cuando era una zona de combate.
Además, un gran sector de la población de Poipet sufre de problemas de la vista, algunos de ellos han tenido males de visión desde su niñez, señaló un oculista que trabaja con el TRMPC.
El 26 de septiembre fue un "gran día" para los pobladores de Poipet, particularmente los niños y jóvenes, debido a que se inauguró el primer colegio secundario del pueblo, gracias a la dedicación y compasión de Yang hacia el pueblo camboyano en la última década.
Yang logró recolectar 120 mil dólares estadounidenses para construir la escuela, que ofrece educación secundaria básica y superior para los jóvenes con más de 12 años de edad.
Conociendo que los maestros camboyanos tienden a poner más atención académica a sus estudiantes en clases particulares pagadas después de clase para ganar dinero extra, Yang decidió pagar a los maestros en el colegio secundario el doble o triple del salario normal que reciben los docentes en ese país, con el objetivo que dediquen todos sus esfuerzos a enseñar en la nueva escuela.
A la vez, Yang expresó su más profundo agradecimiento al Distrito 300-A2 del Club de Leones de Taiwan por una donación de 80 mil dólares estadounidenses para la adquisición de mobiliarios y equipos que necesita la nueva escuela; así como a Compasión Internacional por donar 18 tableros estándares que serán instalados en las 18 aulas de clase del colegio.
La FRA financiará el 80 por ciento del costo de mantenimiento de la escuela, incluyendo los salarios del personal docente; mientras que las autoridades camboyanas contribuirán con el 20 por ciento restante, reveló Yang.