Ya han pasado cinco años desde que el devastador terremoto del 21 de septiembre de 1999 dejara muerte y destrucción a su paso. Poco a poco, las familias afectadas han reconstruido sus vidas. Sin embargo, esto no implica que dejen de mirar atrás. A cinco años de la tragedia, el Gobierno, los artistas y el público recuerdan ese aciago día para rescatar las importantes lecciones de supervivencia y valor, con el fin de apreciar lo que tenemos ahora y evitar tragedias mayores en caso de que ocurra otro desastre natural similar.
El director Wu Yi-feng mostró su documental Vida el 19 de los corrientes, conmocionando al público, que rompió a llorar al finalizar la presentación. Su documental es un registro fiel de las crudas realidades de la vida tras el mortal seísmo. Para realizar un fiel esbozo de la magnitud de la tragedia, Wu vivió por tres años en los Montes Gemelos de Chiufen, una de las áreas más afectadas. Allí filmó y observó cómo los sobrevivientes encaraban los desafíos de su nueva vida tras la muerte de sus seres amados.
Vida forma parte de una serie de documentales acerca del terremoto 921, entre los que también se hallan los filmes de otros dos directores, quienes vivieron por más tiempo en la parte central de Taiwan para completar dichas filmaciones.
Por su parte, el Gobierno ha avanzado en cuanto a su preparación para enfrentar los desastres naturales. Cuanto el seísmo golpeó la isla, Taiwan carecía de equipos de salvamento apropiados. No obstante, equipos de rescate de 22 países y cerca de 38 grupos voluntarios corrieron a su auxilio, con aproximadamente 720 socorristas y 103 perros de rescate.
Gracias a las generosas donaciones de los habitantes de Taiwan, la República de China se transformó de una nación dependiente de otros a una lista para ayudar a sus semejantes. Se organizaron equipos de rescate, tales como un grupo perteneciente al Cuerpo de Bomberos de Taipei, que coordinó el envío de 64 personas a Estados Unidos, Alemania y Singapur para su entrenamiento. También se compraron perros especialmente entrenados para rescates, y una gran cantidad de equipos con sensores para señales de vida, fibra óptica y otros instrumentos de alta tecnología, que permiten buscar personas con vida en edificios colapsados o cuya estructura ha sido comprometida. Gracias a estas mejoras, Taiwan pudo brindar una valiosa asistencia en el rescate de personas tras los terremotos en Indonesia y El Salvador.
Además, a cinco años de la tragedia, ya se ha completado gran parte de la labor de reconstrucción en las áreas afectadas, gracias a los fondos provistos tanto por el Gobierno como por la empresa privada.
Un vocero de la Comisión para la Reconstrucción tras el Terremoto 921 declaró el 21 de los corrientes que se había completado la reconstrucción del 95 por ciento de los edificios públicos, escuelas e instalaciones dañadas, y el cinco por ciento restante será completado en un futuro cercano.
Por ejemplo, de acuerdo con las estadísticas de la Comisión, hasta finales de agosto, se había completado la construcción del 99,16 por ciento, o sea, 1.419 de los 1.431 edificios públicos que tuvieron que ser demolidos a consecuencia del terremoto.
La Comisión también informó que de los 7.221 tramos de carreteras y puentes dañados por el seísmo, el 99,36 por ciento, o 7.175, han sido reconstruidos. De las 2.550 escuelas que fueron dañadas, 2.400, o sea, un 94,67 por ciento, han sido restauradas.
La Comisión también ha completado todos los 2.327 proyectos para prevenir deslizamientos de tierra, que se establecieron ya que el terremoto alteró las características geográficas de muchas áreas montañosas.
El terremoto del 21 de septiembre de 1999, mejor conocido como el 921, fue el más catastrófico en cinco décadas, matando a más de dos mil personas e hiriendo a cerca de diez mil. Más de cien mil personas, en especial los residentes en la parte central de Taiwan, quedaron sin hogar tras el siniestro, y el daño material es aún incalculable.