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Museo de Biología Marina de Pingtung, mucho más que solamente un acuario

06/11/2002
Taiwan es una isla. Por lo tanto su gente está muy cerca del mar. En los primeros años del desarrollo de Taiwan, la pesca era una manera importante de ganarse el sustento. Después que la economía cambió a la industria manufacturera menos personas dependieron de tales industrias tradicionales. El desarrollo trajo consigo la contaminación y la industria pesquera entró en decadencia. Afortunadamente, la idea de la conservación de medio ambiente fue introducida a la isla en la década de los años ochenta y el alto contenido de la contaminación comenzó a disiparse gradualmente. Hoy, la industria más popular a lo largo del litoral es el turismo. En ciertos días festivos, las familias hacen excursiones cortas en barcos pequeños para observar ballenas y delfines jugando en el mar.

Tomó muchos años de esfuerzos y educación para que el cambio de actitudes surtiera efecto. Para dar una mejor oportunidad a las generaciones futuras de comprender la importancia del ambiente marino de Taiwan, el Gobierno construyó dos museos --uno enfocado en la biología marina y el otro enfatizando en la tecnología--. Los museos están ubicados, uno en Keelung, el pueblo portuario más al norte de Taiwan, y el otro en Pingtung, al extremo sur de la isla.

Fang Li-hsing es el director del Acuario y Museo Nacional de Biología Marina de Pingtung (NMMBA, siglas en inglés). Como antiguo profesor, él admite que tiene un estilo de administración "académico". El museo tiene, por ejemplo, mucho personal para la investigación. "Nuestro equipo de investigación es dos veces más grande que el de otros museos" comentó Fang. "Nosotros no sólo nos enfocamos en las exhibiciones sino que también conducimos investigaciones".

Pero las diferencias no terminan allí. "El NMMBA es totalmente diferente que otros museos. Por ejemplo, la mayor parte de nuestras exhibiciones son seres vivos", explicó Fang. La pericia requerida para criar animales acuáticos implica mucho más que simplemente dar mantenimiento a las exhibiciones y equipos.

Las técnicas para manejar las singulares instalaciones no es el único desafío que Fang y su equipo han tenido que enfrentar. Los vecinos del pueblo de Checheng en Pingtung donde el museo fue construido, inicialmente protestaron por la construcción del mismo. "Ellos esperaban obtener pagos del Gobierno para compensarlos por tener un museo cerca, de la misma forma en que ellos habían estado recibiendo compensación por vivir cerca de una planta de energía nuclear", Fang recordó.

La tercera planta de energía nuclear de Taiwan se construyó en Pingtung, no lejos del museo. Debido a los riesgos implicados en vivir cerca de tales instalaciones, el Gobierno paga a los residentes una compensación económica.

"Pero nosotros dirigimos un museo aquí", anotó Fang. "Es educativo, no polémico. Nosotros no somos una planta de energía nuclear." El y su equipo trataron de convencer a los vecinos de que el museo podría beneficiar a la comunidad. "Nosotros nos mantenemos diciéndoles a ellos que sus niños son dichosos de vivir tan cerca de un museo como el nuestro", dijo Fang. "Pero ellos no escuchan".

El equipo de investigadores decidió realizar una serie de actividades para demostrar que el museo podría ser un vecino amistoso. "La primera actividad que tuvimos fue una clase de cocina", comentó Fang con una risa. En los años subsiguientes, el museo llevó a cabo otras clases con temas solicitados por la comunidad, tales como cursos de computación, clases de inglés para niños y clases de mandarín para esposas extranjeras. Debido a su remota ubicación, la comunidad de Checheng no tiene suficientes recursos educativos. Impartiendo estas clases, el museo "hizo las paces" con sus nuevos vecinos.

Fang y su equipo visitaron varios acuarios y museos en países desarrollados para obtener ideas, reunir información e incorporar la experiencia de otros en sus propias instalaciones. Fang dijo que ellos tuvieron que ser muy cuidadosos de permanecer con el paso del tiempo, porque los "museos y acuarios pasan de moda muy rápidamente. Una vez que el edificio que alberga un museo es construido, permanece en uso por lo menos 30 años". El equipo además, tuvo que considerar los gustos locales. "Es nuestra política que el museo refleje la vida local del mar", afirmó Fang. "Tenemos que mostrar a los visitantes lo que ellos no pueden ver en otra parte".

Ellos decidieron construir tres pabellones permanentes de exhibición que llamaron "Aguas de Taiwan", "Pabellón del Reino del Coral" y "Aguas del Mundo". El de "Aguas de Taiwan" exhibe lo más interesante de la vida marina y sobre la pesca en la isla. Al entrar al vestíbulo, los visitantes son recibidos por una piedra esculpida con la forma de un mapa de Taiwan. El edificio alberga peces, anfibios y plantas subtropicales nativas de la isla. El museo abrió recientemente una exhibición especial para demostrar la influencia humana en el ambiente submarino, especialmente el impacto de la contaminación.

Según Fang, el transporte marino era común en la década de los años setenta en Taiwan y la industria pesquera --incluyendo la pesca en mar abierto y granjas de peces-- prosperaron. "Sin embargo, en aquellos días no sabíamos nada acerca de la importancia de la protección del medio ambiente", comentó Fang. Estanques artificiales eran comunes a lo largo de la costa y causaban problemas tales como hundimientos y la contaminación de la capa freática. El museo tiene un laboratorio --abierto para los turistas-- donde los científicos actualmente crían peces. El museo espera transmitir un mensaje de conservación.

El "Pabellón de Reino de Coral" abrió apenas el año pasado, pero ya es la parte más popular del museo gracias a su pasillo submarino de vidrio de 81 metros de largo por el cual los visitantes pueden pasear y pueden mirar todas las criaturas oceánicas mientras éstas pasan nadando. Es la más larga de su clase en Asia, con un túnel que atraviesa un tanque de 1,5 millones de galones de agua. Esta gigantesca pecera incluye una reproducción de un velero hundido de 150 años de antigüedad. Escoger el coral para la exhibición fue fácil, afirmó Fang. El mar de China Meridional es el hogar de una enorme cantidad de corales de todos diferentes tipos.

Localizado en la punta sur de Taiwan, el museo tiene el océano como su patio trasero. "Este es el único lugar donde se puede ver este coral" dijo Fang. Y los turistas parecen estar de acuerdo. Sólo el último verano, más de 800,000 personas visitaron el pabellón. La sección "Aguas del Mundo" está proyectada para 2006. Fang dijo que el museo quiere usar el vestíbulo para demostrar la vida submarina en una manera muy diferente. "Estamos trabajando en una presentación de realidad virtual", explicó él. "Pienso que seremos los primeros en emplear este método".

Fang dijo que el museo usará la tecnología para ilustrar lugares submarinos hipotéticos. "Por ejemplo, nosotros esperamos mostrar antiguos océanos y el sistema biológico del Polo Norte".

El Gobierno ha acudido al proceso de construir-operar-transferir para realizar la costosa y desafiante tarea de remodelar y modernizar ciertos proyectos de infraestructura. Esto significa esencialmente permitir a constructoras privadas que diseñen, financien, construyan y operen en forma lucrativa proyectos antes de entregarlos a la comunidad al final de un período específico de tiempo. La Hi Scene World Enterprise Corp. administrará el museo hasta que ellos lo entreguen al público.

"Gastamos más del 20 por ciento de nuestro presupuesto en la investigación", explicó Fang. Aunque en este año al museo se le asignará un presupuesto de 5,9 millones de dólares estadounidenses, Fang afirma que no es suficiente. El citó como ejemplo, la investigación sobre el atún. Hay un mercado inmenso para un tipo de atún de aleta azul conocido como el atún negro en Taiwan. Este costoso pez es atrapado en grandes cantidades cada año ya que emigra por las aguas de la isla. Es tan rentable que los habitantes locales han llamado al pez "oro negro". Si el museo consigue reproducir este pez, logrará crear un mercado valorado en millones de dólares. Esto asumiendo que ellos encuentren una manera de capturar algunos especímenes vivos y los críen exitosamente en cautiverio.

Fang dijo que el museo tiene planes de levantar un capital de riesgo por sí mismo. "Nosotros ya tenemos la tecnología y el personal", dijo él. "El capital es nuestro mayor problema". Si el Gobierno aprueba la idea, Fang y su equipo comenzarán con la recolección de fondos. "Transferir nuestras técnicas es nuestra próxima meta", afirmó el Director. "Mientras el Gobierno habla acerca de una economía basada en los conocimientos, el NMMBA lo está haciendo".

Traducido del Taipei Journal por Gabriela Castro

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