26/12/2024

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Protegiendo la biodiversidad en los humedales artificiales

06/05/2011
En Taiwan, algunos humedales creados por el ser humano han contribuido al mantenimiento de la biodiversidad y al tratamiento de las aguas negras, ha revelado un reciente estudio financiado por el Consejo Nacional de Ciencias (NSC, siglas en inglés)

En un proyecto de tres años que se inició en 2008, el NSC ha descubierto que dos humedales artificiales a lo largo del río Tahan, en el norte de Taiwan, han ayudado a incrementar 27 veces la fauna existente, así como han logrado reducir en un 70% los contaminantes orgánicos de las aguas residuales.

El tratamiento de aguas residuales consiste en una serie de procesos físicos, químicos y biológicos que tienen como fin eliminar los contaminantes presentes en el agua efluente del uso humano. El objetivo del tratamiento es producir agua descontaminada que pueda ser reutilizable o no cause posterior contaminación en el medio ambiente.

En el proyecto a lo largo de río Tahan, las aguas residuales que se vierten allí provienen básicamente de las ciudades de Taipei y Nuevo Taipei, los dos grandes centros metropolitanos del norte de la isla. El agua es tratada primeramente por un proceso de sedimentación para eliminar las materias sólidas, y el agua efluente es desviada mediante un sistema de canales que pasan por varios estanques donde se produce un proceso de biodegradación, mediante capas de vegetación acuática y semiacuática.

Algunas de las especies de plantas utilizadas son silvestres, otras son especies cultivadas o aclimatizadas, como sería el caso de la espinaca acuática (Ipomoea aquatica Forssk). La espinaca acuática es una verdura comúnmente usada en la cocina asiática y ha sido extensivamente cultivada en zonas de irrigación. Los científicos han observado que la mencionada planta es una fuerte filtradora de metales pesados, depurando el agua en forma eficiente y rápida.

Es impresionante ver cómo la naturaleza recicla silenciosamente las aguas residuales. Una visita a uno de los humedales, ubicado cerca del sector de Banqiao, en la ciudad de Nuevo Taipei, nos comprueba ésto. En una esquina de la enorme extensión verde rodeada por pasos elevados y altos edificios, una enorme tubería de desagüe vierte aguas negras en el canal inicial, que serpentea alrededor de una tupida vegetación secundaria. Cuando las aguas llegan a la laguna principal, lucen totalmente claras y libres de olores. Allí, una gruesa manta de vegetación acuática, junto con caracoles, peces e insectos acuáticos, terminan el trabajo de purificación del agua.

El estudio ha comprobado que el número de aves y peces ha aumentado a medida que se expande el área de los humedales artificiales; a la vez que aquél de los invertebrados acuáticos también ha crecido con la presencia del manto de vegetación.

“Las funciones de los dos humedales construidos y su entorno ecológico son muy similares a los humedales naturales, ya que las cadenas alimenticias se vuelven cada vez más complejas”, indica Lin Hsing-juh, profesor de la Universidad Nacional Chung Hsing. “Siempre que logremos mantener una adecuada administración, los humedales construidos se volverán más eficientes en el tratamiento de aguas residuales y el aumento de la biodiversidad”, añade Lin, quien dirige el proyecto.

El especialista también señala que los humedales artificiales, cada uno de ellos con una extensión de 15 mil metros cuadrados, también han contribuido a mitigar el efecto de invernadero, ya que pueden absorber diariamente alrededor de 30 kilogramos de dióxido de carbono a través del proceso de mejoramiento de la calidad del agua.

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