urante mis muchos años enseñando chino a extranjeros, tuve muy pocos estudiantes de habla hispana hasta 1993. Enseñar chino en la Universidad de Costa Rica y en el Colegio de México desde agosto de 1993 hasta junio de 1995 fue una gran oportunidad y experiencia. Durante esos dos años, me dí cuenta de que los estudiantes latinoamericanos son muy especiales y diferentes de los demás estudiantes. También me dí cuenta de que la situación del aprendizaje y la enseñanza del chino en Latinoamérica es un asunto importante que requiere de mucha atención.
En la Universidad de Costa Rica, hay un profesor de Taiwan asignado por el Ministerio de Educación de la República de China para que ayude en la enseñanza del idioma chino. Existen diferentes niveles de instrucción: básico, intermedio y avanzado. Hablar chino (I) y Diálogo práctico en chino (II) se usan para los niveles básico e intermedio. Los alumnos reciben tres horas de clase a la semana y los profesores elaboran todo el plan de estudios.
El Colegio de México es una institución de investigación y enseñanza de posgrado en ciencias sociales y humanidades. El Centro de Estudios Asiáticos y Africanos (C.E.A.A.) es uno de los siete centros de el colegio. «China» es una de las seis áreas de especialización en el C.E.A.A. Cuenta con un programa completo y sólido en estudios sobre China. En los tres años del programa de maestría, los estudiantes se especializan en China tradicional o contemporánea. Los alumnos deben tomar cursos de lengua e historia china, además de los seminarios sobre literatura, familia y sociedad, y confucianismo. El desarrollo político, el cambio social y familiar, el crecimiento económico y las relaciones internacionales se enfatizan particularmente entre los temas contemporáneos. Hay seminarios de traducción tanto para los textos literarios clásicos como modernos. Cada grupo tiene un plan de estudios diferente para las asignaturas de idioma, dependiendo de cada profesor. Para el primer año de este curso en particular, se requiere estudiar textos originales tanto de chino literario como moderno. Los estudiantes han estudiado chino moderno con los textos para principiantes Lectura en chino I, II de John DeFrancis. También han estudiado chino clásico: Analectas de Confucio, y poesía de Quan Tang Shi, Shi Jing, Chu Ci, Zhuang Zi, etc.
En general, los estudiantes latinoamericanos son diferentes de otros alumnos. Poseen características atractivas para los profesores:
Activos: Muy diferentes a los estudiantes asiáticos, los latinoamericanos son muy activos en el aula --preguntan, cantan, hacen representaciones, etc. También son activos fuera del aula y participan en actividades extracurriculares.
Creativos: He notado que los alumnos latinoamericanos son creativos, observando los ejercicios y las actividades que realizan en el aula. Son muy buenos para crear historias, parodias, y pequeñas obras teatrales. También se destacan en las áreas de la pintura y la composición de canciones.
Entusiastas: Mis alumnos latinoamericanos mostraban gran entusiasmo en el aprendizaje del chino, siempre deseosos de conocer todo sobre China, ya fuera el idioma, la sociedad, la cultura, el pensamiento de los chinos, etc.
Motivados: Los estudiantes demostraron un alto nivel de motivación para aprender chino y raras veces se ausentaban de clase. Hacían todo lo que se les pedía en la clase e incluso buscaban materiales de apoyo adicionales para entender mejor el chino.
Apasionados: Así como había oído que los latinoamericanos son gente apasionada, mis alumnos latinoamericanos estaban llenos de pasión. Son apasionados en cuanto a las relaciones personales y también en otros aspectos.
Sinceros: La sinceridad es otra característica de mis estudiantes latinoamericanos. No dudaban en expresar sus verdaderos sentimientos de forma abierta y no se sentían obligados por la «cortesía» cultural.
Mi principio más importante al enseñar chino es ofrecer temas de interés, variedad, estímulo, y reto a los estudiantes, y ésta es mi guía cuando diseño mi programa de enseñanza.
A los principiantes, les enseño algunas poesías y canciones infantiles. Los estudiantes se turnan para practicar en forma individual, en pequeños grupos, o con toda la clase al unísono. Estos ejercicios y actividades ofrecen a los estudiantes la oportunidad de disfrutar la poesía y el ritmo de la lengua china. También es una actividad que divierte a la clase entera.
Cuando enseño pronunciación, con frecuencia introduzco los trabalenguas chinos que ayudan a los estudiantes a distinguir esas mínimas diferencias entre los sonidos. También es un buen ejercicio para practicar los tonos. Al principio esta actividad presenta retos y no es fácil para los estudiantes. Los alumnos se llenan de confianza cuando logran perfeccionar los trabalenguas. Esta actividad también es divertida y produce entusiasmo, y puede diseñarse para realizarse en forma individual, en grupos, o para toda la clase.
Preguntar es un buen método de aprendizaje, y responder es una buena forma de compartir conocimientos. Por eso, con frecuencia estimulo a los estudiantes a preguntar y a responder. Tenemos una actividad dentro de la clase, «la entrevista», que ha resultado ser un ejercicio muy bueno para practicar las cuatro destrezas del lenguaje. Los estudiantes tienen que hacer preguntas (hablar), escuchar atentamente las respuestas (escuchar), tomar notas (escribir), y leer las notas antes de informar a los compañeros de clase (leer). Como cada estudiante participa en esta actividad, la interacción en la clase aumenta.
La narración de cuentos es otra actividad que empleamos con frecuencia en clase. Ayuda a los estudiantes a repasar y a emplear el vocabulario y los puntos gramaticales que han estudiado. Los cuentos pueden narrarse en forma individual, en grupos o toda la clase junta. Generalmente, quedamos satisfechos de escuchar muchas narraciones interesantes y creativas.
Siempre que es posible, pido a los estudiantes que representen los personajes de alguna lección. Para el proyecto del semestre, les pedí que crearan y representaran una pequeña obra teatral. Con la representación de personajes y el drama, los estudiantes no sólo practican sus destrezas orales, también aprenden a apreciar y a evaluar la actuación de los demás. La pasión, creatividad y actividad de los alumnos latinoamericanos dieron lugar a muchas representaciones de buena calidad. También es muy divertido observar las actuaciones grabadas en video.
El aula de clases no es el único lugar para aprender una lengua. Los estudiantes aprenden más del mundo exterior. Los paseos son una buena actividad para aprender el idioma. Cuando estaba en Taiwan, con frecuencia llevaba a los estudiantes a los mercados, tiendas por departamento, casas de té, restaurantes chinos, etc. para que apreciaran las diversas formas de vida de los chinos, conocieran gente y practicaran el idioma. No es posible hacer esto en Latinoamérica donde sólo llevaba a los estudiantes a los restaurantes chinos para practicar la lectura de menús, pedir las comidas, pagar la cuenta, etc. Algunas veces llevé a los estudiantes a lugares como la Oficina del Consejero Cultural y la Oficina del Consejero de Prensa, para que entraran en contacto con gente china y conversaran en chino, y así supieran donde encontrar información sobre China. Estos paseos eran muy populares.
Además de entretener, las películas también reflejan la cultura. Las películas presentan aspectos sociales y culturales, y muestran situaciones reales en diversos estilos de lenguaje. Los temas de las películas reflejan moderadamente los principios de la ética, el sentido del valor y la actitud al resolver ciertos asuntos. Estos fueron mis motivos para presentar películas chinas a mis estudiantes. Incluso se celebraba una «semana de películas chinas» en la Universidad de Costa Rica. Por supuesto, invitar a personalidades a dictar charlas sobre cultura china es también una buena manera de enseñar el idioma chino. La cultura y el idioma no pueden separarse.
La cultura culinaria también es atractiva para los estudiantes. Para introducir la gastronomía china, además de disfrutar de comida china en restaurantes, enseñé a los estudiantes a preparar y cocinar platos chinos. Esta actividad ayuda a incrementar la interacción entre profesores y estudiantes. Para mi sorpresa, algunos estudiantes prepararon platos chinos deliciosos.
Obviamente, podemos predecir y encontrar las dificultades y los problemas del aprendizaje del chino como segunda lengua para los latinoamericanos en base a las diferencias entre el español y el chino. Es muy fácil para los estudiantes confundir los sonidos aspirados [p,t,k] y los no aspirados [b,d,g] en chino porque no hay sonidos explosivos [p,t,k] en español. Tampoco hay los retroflexivos [c,ch,s,r] en español. Los estudiantes tienen verdaderas dificultades al aprender los retroflexivos. Además de las consonantes no aspiradas y los retroflexivos, los palatales [j,q,x] y los dentales [c,ch,s] son problemáticos para los estudiantes. Los tonos, el principal enemigo, causa desastres entre los alumnos. No hay mucho problema cuando pronuncian una sílaba con tonos, pero los estudiantes revelan su frustración cuando pronuncian frases u oraciones, sin olvidar las alternaciones fonéticas.
Como el chino no tiene tiempos verbales, la gramática china es más fácil que la española en cuanto a la conjugación. Sin embargo, el orden de las palabras y las partículas, los elementos importantes de una oración en chino, ocasionan dolores de cabeza a los estudiantes, quienes con frecuencia transfieren los hábitos lingüísticos del español al chino, por ejemplo, dicen: «Ta wan han didi zai gongyuan li» en vez de «Ta han didi zai gongyuan li wan» (Juega con su hermano en el parque); y «Women qu kan dianying jintianwanshang, haobuhao?», en vez de «Women jintian-wanshang qu kan dianying, haobuhao?» (Vamos al cine esta noche, ¿ok?). Estos ejemplos muestran que los estudiantes confunden el orden de las palabras. También, construcciones como la estructura verbal de resultado, la construcción «ba», etc, que no existen en español, se les hacen muy difíciles.
Los caracteres chinos son otro punto de mucha dificultad. Aunque los estudiantes expresan su admiración por los «bellos, encantadores y artísticos caracteres chinos», al principio no todos disfrutan haciendo los trazos en el orden correcto. Después de practicar, gradualmente comienza a gustarles la escritura, pero continúan quejándose de lo difícil que es memorizar todos los caracteres que van aprendiendo.
Escuchar casetes es un buen método para aprender idiomas. Desafortunadamente, el horario del laboratorio de idiomas es demasiado apretado en la Universidad de Costa Rica y los estudiantes no tienen suficientes oportunidades de tener clases en el laboratorio. Para los estudiantes de el Colegio de México, no hay casetes que acompañen los libros de texto que usan en clase.
No hay muchos chinos en Costa Rica o en México, por lo que los estudiantes tienen pocas oportunidades de practicar el idioma con nativos. La falta de materiales de apoyo sobre China es otro problema. Aunque están la Embajada de la República de China y la Oficina del Consejero Cultural en Costa Rica; y la Oficina Económica y Cultural de Taipei en México, que ofrecen libros, revistas, videos y películas para enriquecer el aprendizaje y la enseñanza del chino, esos materiales de referencia no son sobre el aprendizaje y la enseñanza del idioma chino, y la mayoría está en inglés o en chino, muy pocos en español. Tampoco los diccionarios chino-inglés, inglés-chino o chino-español, español-chino están disponibles en las librerías. Los estudiantes y los profesores tienen una urgente necesidad de libros de referencia y materiales de apoyo sobre el idioma chino.
He aprendido mucho de mi experiencia en Latinoamérica y siempre la apreciaré. Sé que hay muchos asuntos por tratar y por resolver. Aunque hay muchas dificultades y obstáculos que superar, soy optimista y espero que la enseñanza del chino en Latinoamérica tenga un brillante futuro. La enseñanza del chino tendrá éxito y será fructífera cuando haya más académicos y profesores dedicados a cultivar este campo. Los estudiantes latinoamericanos se beneficiarían enormemente de un aumento en el número de libros de referencia, materiales didácticos, metodologías y planes de estudio en un futuro próximo.
(Reproducido del MTC Quarterly, NTNU, septiembre de 1997)