El Acantilado Qingshui es el resultado del choque de placas tectónicas junto al mar. Esta formación geológica nos brinda un paisaje majestuoso e imponente.
La tectónicamente activa costa de Hualien es el frente de formación de montañas en Taiwan. El Acantilado Qingshui es el resultado de esta actividad, cuando las placas tectónicas chocan y empujan hacia arriba las rocas en el punto de contacto entre las montañas y el mar. Es la más conocida barrera natural de la costa este de Taiwan, y una muestra de la habilidad artística de la naturaleza.
El Acantilado Qingshui se encuentra entre las villas de Heping y Chongde en el poblado Xiulin, de Hualien, donde las montañas se encuentran con el mar, y es la única sección de la costa en el Parque Nacional Taroko. En 2013, el acantilado fue elegido en el octavo lugar de la lista de los Diez Mejores Paisajes de Taiwan, superado por Yeliu, el pico principal de Yushan, el Lago del Sol y la Luna, Jinguashi, la isla Guishan, el llamado “mundo lunar” y los circos de la montaña Xue.
La carretera entre Suao y Hualien, de 18 kilómetros de largo, pasa junto al Acantilado Qingshui. Hacia el sur de Suao, este tramo de 12 kilómetros comienza en el túnel Heren y termina en el túnel Chongde, dos de los 12 túneles que hay a lo largo de la carretera.
Con el acantilado llegando a una altura media de más de 800 metros, el viaje a lo largo de la carretera que discurre a través de la pared del mismo es muy escarpado. Si la votación hubiera sido por “los paisajes de infarto en Taiwan”, el Acantilado Qingshui hubiera ganado sin rival alguno.
Lin Maoyao, guía en el Parque Nacional Taroko, explica que el área de Taroko es hogar de muchas montañas, incluyendo el monte Liwu, el Qianliyan y el Youan, pero que la más cercana a la costa de Hualien es el Monte Qingshui, de 2.408 metros de altura. Es la cara hacia el mar de esta montaña la que forma el Acantilado Qingshui.
En el punto en que las montañas se encuentran con el mar, el Acantilado Qingshui se yergue casi verticalmente del Pacífico, convirtiéndolo en un verdadero paisaje de clase mundial. (Yeh Ming-yuan)
Un producto del tiempo
Hace unos 9 millones de años, fuera de lo que hoy es la costa de Hualien, las placas de Filipinas y Eurasia chocaron, empujando la corteza de la Tierra hacia arriba y dando inicio a un proceso de formación de las montañas, u “orogénesis”, que originó una serie de altos picos. El Monte Qingshui es un producto de esta orogénesis.
Cuando las placas chocan, a menudo se producen grietas o “fallas”. Liou Ying-san, profesor asociado en el Departamento de Recursos Naturales y Estudios Medioambientales de la Universidad Nacional Dong Hwa, explica que el pico del Monte Qingshui está a apenas cinco kilómetros de la costa, inusualmente cerca para una montaña tan alta, y que es “una parte que fue desviada hacia arriba donde pasó la falla”.
El movimiento ascendente de este lado de la falla creó una escarpa que conocemos como el Acantilado Qingshui. El profesor Liou explica además que los acantilados como éste tienden a formarse en línea con la orientación de la falla, lo que significa que si la falla es muy vertical, la escarpa resultante lo será también.
Cuna de sismos
Por supuesto, ante la mención de fallas, la imaginación se vuelve naturalmente hacia los terremotos.
A este respecto, Liou señala que el Acantilado Qingshui se encuentra en un punto en el que la placa de Filipinas, que se mueve hacia el norte, está siendo sujeta a subducción bajo la placa de Eurasia, y la zona es de hecho una de las tres zonas de Hualien más propensas a terremotos.
Las otras dos se encuentran hacia el este en el Océano Pacífico y al sureste del distrito de Hualien, y también están relacionadas a la actividad de la falla.
El proceso de orogénesis y actividad de las fallas han dado forma a los escarpados acantilados y las montañas de la costa de Hualien, y debido a esta geografía la zona quedó aislada del resto de Taiwan hasta el siglo XIX.
Lin Maoyao, guía del Parque Nacional Taroko, señala que los pueblos de la cultura Shisanhang de hace 1.200 años evitaban el área del Acantilado Qingshui y en su lugar se establecieron en la cuenca del río Liwu. Cuando los holandeses y españoles llegaron buscando oro a lo largo del río Liwu, ellos también optaron por omitir el acantilado junto al mar.
Una barrera para el desarrollo
Gran parte del este de Taiwan estuvo prácticamente aislada del mundo exterior hasta 1874, cuando el Incidente de Mudan obligó enviar a la isla al comisionado imperial de la dinastía Qing, Shen Baozhen con el fin de “abrir las montañas y pacificar a los salvajes”. El elemento principal de este esfuerzo involucró la creación de tres carreteras principales en el norte, centro y sur de Taiwan. La del norte, ahora conocida como el viejo sendero Suhua, abrió una ruta entre Suao y Hualien. Fue sólo en 1875, cuando se abrió el camino, que las autoridades hicieron sus primeras incursiones hacia el este de la isla.
En la playa a las faldas del Acantilado Qingshui, las rocas de mármol ofrecen un brillo blanco maravilloso, casi de otro mundo.
Más tarde, una vez que Taiwan estaba bajo el dominio japonés, el nuevo régimen abrió otra ruta que va desde Suao a Hualien. Terminada en 1932, esta carretera de la costa es la base de la autopista entre Suao y Hualien de hoy en día.
Estas rutas históricas son todavía visibles en la actualidad, y ofrecen unas vistas magníficas del Acantilado Qingshui.
Espectáculo frente al mar
Después de pasar por el túnel del Heren, la carretera entre Suao y Hualien continúa a través del túnel Renqing, y luego el túnel Heqing. Liou Ying-san recomienda mirar hacia el norte o el sur desde el túnel Heqing para disfrutar de las líneas sinuosas del Acantilado Qingshui. Si el clima es propicio, podrá ver el delta del río Liwu, el Monte Meilun, y la Cordillera Montañosa de la Costa. En suma, se trata de una vista espectacular.
Además de ésto, el Parque Nacional Taroko también ofrece tres senderos; a saber: el Heren, Huide y Chongde, que bajan hasta el mar. De los tres, tanto el profesor Liou como Lin Maoyao recomiendan tomar el Camino Heren, que comienza justo al norte del mojón Heren en la entrada al Parque Nacional Taroko.
Este sendero recorre unos 160 metros hasta la orilla, donde será recibido por una playa de grava y maravillosas cuevas marinas.
Al acercarse a la pared del acantilado, las venas de cuarzo se revelan, serpenteando a través de la roca gris, como largas pañoletas blancas.
Siglos de bruñido
El Acantilado Qingshui se compone principalmente de esquisto verde, gneis y mármol, y las rocas del acantilado se remontan hasta hace 250 millones de años.
Muchos lugares en Taiwan cuentan con estas rocas, explica Liou, pero sólo en el Acantilado Qingshui son tan claramente visibles, gracias a los siglos de erosión y la exposición casi vertical que el acantilado ha experimentado.
Cruceros turísticos y embarcaciones de avistamiento de ballenas entre Hualien y Suao ofrecen unas fantásticas vistas de los imponentes acantilados desde el océano. Las secciones cercanas al extremo norte del túnel Chongde, y entre los túneles Daqingshui y Heqing, son particularmente impresionantes.
Visto desde el océano, las olas chocando contra las rocas acentúan la majestuosidad del Acantilado Qingshui.
El Desfiladero de Taroko sale perdiendo
La belleza, tanto del acantilado como el océano en Qingshui, hizo que esta espectacular obra de la naturaleza, fuera catalogada como uno de los ocho destinos más pintorescos de Taiwan por el Gobierno Provincial de Taiwan en 1953. Los otros fueron la luna de mediados de otoño reflejada en el Lago del Sol y la Luna, las nieves de Yushan, la puesta de sol en el Fuerte Zeelandia, el mar de nubes en Alishan, las luces nocturnas de los barcos de pesca en Penghu, y el Desfiladero de Taroko.
En 2013, el Buró Forestal llevó a cabo una votación en línea para nombrar “los diez mejores paisajes de Taiwan”. Según el profesor Liou, el Acantilado Qingshui es representativo de la accidentada geografía de Hualien; sin embargo, al nominar al Acantilado Qingshui, el igualmente espectacular Desfiladero de Taroko, previamente uno de los principales destinos, se quedó por fuera. “Realmente nunca esperé que el Desfiladero no fuera nominado”, afirma Liou.
Antes de comenzar la votación, el Buró Forestal solicitó a numerosos académicos elaborar una lista de los lugares candidatos para la misma. Liou fue uno de los invitados a participar. Cuando se elaboró la lista inicial , comenta Liou, el Desfiladero de Taroko, que la mayoría de la gente considera como un único lugar, lamentablemente fue dividido en puntos escénicos individuales, como Yanzikou, la Cueva de las Nueve Vueltas, y el Acantilado Zhuilu, que fueron nominados por separado. Como resultado, se dividió el voto del Desfiladero de Taroko, lo que significó que ninguna parte del mismo alcanzara los primeros diez lugares.
Si hay otra votación en el futuro, Liou espera que tanto el Acantilado Qingshui como el Desfiladero Taroko logren ingresar a la lista, ya que ambos son destinos probados por el tiempo con impresionante belleza panorámica.