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Comunidad protege a la tortuga verde

26/09/2007
Una tortuga verde se recupera de un accidente bajo el cuidado esmerado de expertos en el centro de conservación ecológica de Wang-an.

Al entrar al "Centro Turístico y de Conservación de la Tortuga Verde" en Wang-an, parte de las Islas Pescadores (Penghu), una gran placa de piedra acapara la atención de los visitantes.

Las palabras inscritas en la placa, el artefacto más atesorado por el centro, explican a los visitantes que allí mismo, en una época atrás, los locales mataban en forma ignorante a las vacas que eran demasiado viejas para trabajar y también a las tortugas del mar. Erigida en 1880, la lápida registra una historia: algunas personas influyentes entre la población local crearon un fondo y solicitaron a las autoridades, en ese entonces representantes de la dinastía Ching (1644-1911), prohibir tales matanzas. Parte del fondo fue utilizado para liberar a las tortugas de mar y otra parte para pagarle a algunas personas con el fin de quitar la basura y mantener a las vacas viejas. Asimismo, para resguardar contra las violaciones de dicha ley, se estableció una patrulla. En efecto, la placa representó la ley y el castigo a los que la violen.

Excavada en 1996 cerca de una sección de la pared antigua, la lápida fue movida al centro de conservación para formar parte de la exposición permanente en 2002 cuando se inauguró el complejo. Se considera a esta placa como la evidencia más temprana del conservacionismo en la historia de la isla.

Cien años después de que la lápida fuera eregida, las tortugas verdes de mar, grandes reptiles marinos acostumbrados a los océanos tropicales y subtropicales, se convirtieron en una especie en peligro protegida por la ley en muchos países, incluyendo Taiwan.

La isla de Wang-an, cuyo nombre significa literalmente "brindando una sensación pacífica apenas la miras", es una pintoresca isleta a 25 millas náuticas de la costa occidental de Taiwan, con alrededor de 800 residentes. Es una de las únicas dos islas en Taiwan en donde las tortugas verdes de mar todavía excavan sus nidos, explica Cheng I-jiunn, profesor de Biología Marina en la Universidad Nacional de Oceanografía de Taiwan. La otra es la Isla de las Orquídeas, al sudeste de la isla de Taiwan. Cheng y su equipo realizan cada verano una investigación de campo de las tortugas verdes.

La isla de Wang-an, con siete kilómetros cuadrados de rocas volcánicas, sirve como sitio de procreación perfecto para las tortugas verdes de mar, explica Cheng. Sus largas playas con arena fina de cuarzo y llenas de restos de conchas y corales, el cálido clima durante todo el año y, en particular, su lejanía, son las razones principales por las cuales las tortugas verdes han elegido esta isla para poner sus huevos.

Comunidad protege a la tortuga verde

Una tortuga verde madre regresa al mar llevando consigo un rastreador por satélite para saber su posición.

"Las tortugas verdes son muy leales a sus orígenes", señala Cheng. Las tortugas madre nadan de regreso a las playas donde nacieron para criar a sus descendientes. Las tortugas verdes son "quisquillosas" acerca del ambiente para su reproducción.

Antiguamente vistas en muchas de las islas aledañas a Taiwan, las tortugas verdes desaparecieron hace aproximadamente 20 años. Todavía se veían en la isla de Wang-an, pero en números reducidos. La contaminación, los métodos destructivos de pesca y los proyectos de desarrollo, tales como la construcción de embarcaderos, son varias de las razones que contribuyen a la destrucción de los hábitat terrestres y marinos de las tortugas verdes, dando como resultado que se vea diezmada su población.

Describiendo a este gran animal como tímido y sensible, Cheng explicó que una tortuga madre que busca un lugar para depositar sus huevos se asusta fácilmente por la luz, el ruido, u otra interferencia humana. Las luces de la calle podrían también confundir a las tortuguitas vulnerables que apenas han salido de sus cáscaras y, que apoyadas solamente en su instinto, se dirigen hacia el océano siguiendo la luz de la luna.

Solamente una de cada mil tortuguitas crecerá hasta alcanzar la edad adulta, un proceso que toma de 20 a 50 años. El ritmo de crecimiento podría ser incluso más bajo en estos últimos años. La amenaza más grande hoy en día es el cambio climático, que disminuye sus fuentes de alimento, advirtió Cheng, calculando que existen unas 200 mil tortugas verdes en todo el mundo.

Poniendo énfasis en los hábitat naturales de las especies, el Gobierno del Distrito de Penghu designó las playas en Wang-an como área verde de conservación de la tortuga en 1995, de acuerdo con el Acta de Conservación de la Vida Silvestre. En 1997, se estableció una estación veterinaria para cuidar de las tortugas enfermas.

El Gobierno del Distrito de Penghu no solamente invitó a un equipo del Instituto de Biología Marina de la Universidad Nacional de Oceanografía de Taiwan para que llevara a cabo las investigaciones básicas en los sitios de refugio de la tortuga verde, sino que también ha empleado a los locales como vigilantes de la playa.

Por otro lado, ha montado enormes cartelones en los muelles, el aeropuerto, y otros sitios fuera de las áreas protegidas, con el fin de anunciar los reglamentos, prohibiciones y mapas concernientes a las áreas protegidas donde desovan las tortugas verdes. El propósito de dichos anuncios es que tanto los residentes locales como los turistas tomen conciencia de su responsabilidad hacia el medio ambiente y su impacto en otros seres vivientes. Cada año, el Gobierno local también realiza entrenamientos para los vigilantes, y campañas de toma de conciencia en las escuelas y comunidades locales.

Al mismo tiempo, las autoridades han preparado muchas producciones de multimedios en audio y video, así como un manual ecológico sobre la tortuga verde, que sirve como material educativo suplementario en las escuelas y guía para los ecoturistas.

Comunidad protege a la tortuga verde

Arriba: Ruta migratoria de las tortugas. Abajo: Desove en la playa. (Fotos de Chen Mei-ling)

En 2002, se inauguró el centro de la conservación y turismo con el propósito de integrar estos proyectos de conservación.

Para los taiwaneses, Wang-an ha llegado a ser sinónimo de un hogar para las tortugas verdes. Esto no aconteció fácilmente, ya que los proyectos de conservación hallaron resistencia desde un principio, según recuerda Cheng, quien comenzó a investigar las tortugas verdes de mar hace 16 años.

La gente protestó la regla de prohibir la entrada, argumentando que dichas playas eran un espacio público y deberían estar abiertas a todos, no solamente para los investigadores. "Para los residentes locales, las playas son como sus patios traseros; no puedes prohibir a la gente entrar a sus patios traseros", indicó Cheng.

Finalmente, los ecologistas persuadieron a los locales a participar en los esfuerzos de conservación. La regla de la prohibir la entrada fue puesta en ejecución solamente en la temporada de desove, que es entre mayo y octubre en Wang-an. Las playas son accesibles durante el día, pero se convierten en áreas protegidas después de las ocho de la noche.

Los paseos con guías dirigidos a observar las tortugas están disponibles en Wang-an si se reservan por adelantado. Cheng se mostró optimista sobre el ecoturismo en desarrollo, porque si se realiza correctamente, "ayudará a alcanzar la meta de conservación de la tortuga verde".

Al amanecer del 26 de julio, una tortuga madre se arrastró hacia el mar ante la mirada vigilante de un grupo de ecologistas, llevando consigo un transmisor del Sistema de Posicionamiento Global que Cheng y su equipo habían colocado sobre ella. Ella acababa de poner alrededor de 130 huevos en un nido la noche anterior. Su pierna derecha llevaba una etiqueta con un número, que indicaba que ya había depositado sus huevos en Wang-an unos años atrás.

"Que las tortugas y los seres humanos convivan en paz en la misma playa ... este debe ser nuestro futuro", espera Cheng.

Traducido del Taiwan Journal Por Silvia Villalobos

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