Hace 40 años, una mujer inició una misión para ayudar en nombre del budismo a aquellos menos afortunados que ella. Hoy, sus esfuerzos han crecido para convertirse en una organización transnacional que fácilmente compite con la mayoría de los gobiernos en términos de eficacia y resultados finales. Dirigida por la maestra de Dharma Cheng Yen, la Fundación de Caridad Budista Tzu Chi puede movilizar su personal de socorro para responder a los desastres en los sitios más remotos del mundo con una increíble rapidez. Mientras tanto, continúa con sus proyectos humanitarios en Taiwan y el exterior. Al celebrar su cuadragésimo aniversario este mes, muchas personas reflexionan acerca de cuán lejos ha llegado el grupo desde sus humildes inicios, tejiendo medias para los niños pobres en Hualien.
Cheng Yen creó la Fundación Tzu Chi en 1966. Desde entonces, el grupo ha estado involucrado en obras caritativas, servicio comunitario y programas de extensión, especialmente en ayuda médica, educativa y de socorro en desastres. Por otro lado, la fundación ofrece asistencia a largo plazo para más de treinta mil familias en Taiwan. Más de 135 mil personas reciben ayuda médica o socorro de emergencia de la fundación, que cuenta con más de 4,5 millones de miembros en sus 239 sucursales en 40 países.
La presencia de Tzu Chi se ha hecho sentir en varias docenas de sitios: en Irán y El Salvador, después de los terremotos que sacudieron esos países; así como en Indonesia y Sri Lanka después de ser azotados por el maremoto. Estuvo activa dirigiendo campos para los damnificados del huracán Katrina; en los centros de refugiados en Afganistán; en los hogares para huérfanos afectados por el SIDA en Sudáfrica; y en Taiwan después de un desastroso terremoto que causó la muerte de miles de personas en 1999. La bien organizada Tzu Chi siempre se encuentra en las líneas del frente, lista para dar ayuda y llevar a cabo su labor en forma exhaustiva, y completar su misión.
Una celebración para conmemorar la fundación del grupo se llevó a cabo en Hualien, donde se encuentra la sede de Tzu Chi. En ella, se leyó una carta del secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annam, quien felicitó a la fundación en su cumpleaños.
"Como organización no gubernamental asociada con el Departamento de Información Pública, ha realizado esfuerzos a nivel mundial en los campos de la salud, educación, ayuda humanitaria, servicios comunitarios y protección del medio ambiente. A través de sus programas para erradicación de la pobreza, así como la construcción de escuelas, hospitales y hogares para las víctimas de desastres naturales, están contribuyendo activamente a la realización de las Metas para el Desarrollo del Milenio", indicó Annan en su carta. La misma concluyó haciendo eco en la creencia fundamental de Tzu Chi de que "el bienestar de nuestro mundo requiere de la transformación de los corazones humanos".
La Fundación Tzu Chi se convirtió en una organización no gubernamental afiliada a la ONU en diciembre de 2003, después de que contribuyó a los esfuerzos de socorro inmediatamente tras el ataque de fundamentalistas islámicos contra Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001.
El 14 del presente mes, los capítulos de Tzu Chi en todo Taiwan realizaron ceremonias donde sus miembros bañaron ritualmente a Buda. Se invitó al público para que participara con el fin de "limpiar sus propios corazones y respetarse unos a otros como Buda", como lo enseña Cheng Yen.
Otras actividades de celebración que se realizaron incluyó la movilización de más de 30 mil miembros para barrer las calles de Taiwan el 22 de abril, Día Mundial de la Tierra. Una serie de disertaciones se llevó a cabo en las sucursales en todo el mundo y se realizó una exhibición de viejas fotos que muestran dónde han dejado sus huellas los voluntarios de Tzu Chi y cómo ellos han ayudado a lograr una vida mejor para muchos.