04/05/2024

Taiwan Today

Noticias de Taiwán

El espíritu voluntario de los taiwaneses

06/01/2006
Un pensionado gentilmente ayuda a una joven a llenar los documentos respectivos en una dependencia del Ministerio de Relaciones Exteriores.

La ciudad de Taipei se despereza lentamente por la mañana, en medio del ruido de las bocinas de los autos, el rugir de los buses, y el zumbido de las motocicletas. El tráfico matutino se arrastra primero en medio de angostas callejuelas y desemboca como avalancha en avenidas y bulevares que fueron amplias hasta que las invade este sinnúmero de vehículos, como hormigas que se abalanzan sobre una migaja de pan dejada atrás después de un picnic en el parque.

En medio de este caos, y cuando el peatón piensa que va a morir ya sea arrastrado por la masa humana de trabajadores y estudiantes que se apresura a sus respectivos destinos, o ahogado en medio de la cacofonía vehicular, se yergue un alma caritativa, dispuesta a poner en orden las más concurridas intersecciones.

Armado solamente con un pito y una especie de bastón luminoso, este valiente a quien identificamos solamente por su chaleco de gruesas líneas fosforescentes, gesticula furiosamente como conductor de orquesta, guiando la danza de los miles de vehículos y peatones que buscan cruzar de un lado a otro de la ciudad. Es responsabilidad de estos coreógrafos del tráfico asegurarse que ellos logren su cometido en forma segura.

Tan acostumbrados estamos a convivir con estos artistas que no nos percatamos de que la mayoría de ellos no son oficiales de policía, sino ciudadanos que han aceptado esta tarea en forma voluntaria. De hecho, la mayoría de ellos son taxistas. Sí, es cierto. Son los mismos de los que nos quejamos constantemente por sus maniobras osadas en la carretera o por desaparecer en días de lluvia. Son ellos los que principalmente apoyan la labor de los policías en las horas de mayor congestionamiento en Taipei, en los puntos más álgidos. Si observa con atención, descubrirá que llevan su respectivo uniforme bajo el chaleco distintivo, y que sus vehículos amarillos están estacionados muy cerca de la intersección que dirigen.

Esas mismas calles ahora llenas de vehículos fueron barridas en horas más tempranas por una legión de ah-mas, como se les llama cariñosamente en Taiwan a las señoras en edad madura. Ellas también realizan esta labor voluntariamente, usando para ello escobas tradicionales de millo y bambú. Lo hacen porque les preocupa el estado de sus vecindarios y desean colaborar.

También encontrará a las ah-mas a la entrada de muchos hospitales, guiando a atribulados pacientes y a sus familiares hasta donde puedan encontrar la ayuda que requieren. Aún las instituciones gubernamentales, como los Yuanes Legislativo y Ejecutivo, el Ministerio de Relaciones Exteriores, y hasta la Oficina de Impuestos, cuentan con guías veteranas que asisten a los visitantes y realizan otras tareas importantes de relaciones públicas en dichas dependencias.

En general, a los taiwaneses les agrada participar activamente como voluntarios en sus comunidades, especialmente en su edad de retiro. Parte de esta costumbre proviene de una larga tradición heredada del espíritu trabajador y frugal de los asiáticos, tal como el hábito de barrer las calles, promovido inicialmente por los japoneses durante su dominio sobre la isla.

A la hora de estimular este tipo de actividad, el Gobierno actual no se queda atrás. En la actualidad, los medios de comunicación masiva promueven la idea del voluntariado ya sea por medio de mensajes públicos alusivos o premiando y elogiando a ciudadanos ejemplares.

Por ejemplo, el presidente Chen Shui-bian acostumbra celebrar el aniversario de su toma de posesión prestando servicio voluntario en diversos lugares. Durante la crisis causada por la epidemia del síndrome respiratorio agudo severo (SARS, siglas en inglés), el Mandatario ayudó a asear y desinfectar el Sanatorio Loshan en Pali, en las afueras de Taipei. Armado con una mascarilla quirúrgica y guantes, Chen restregó diligentemente sillas y escritorios, y barrió el patio de este sanatorio que provee de asilo a pacientes con discapacidades mentales y físicas. En esa ocasión, Chen declaró que el espíritu voluntario es uno de los valores más importantes que los taiwaneses pueden atesorar, especialmente en ese momento crucial en que la nación enfrentaba el reto del SARS. Asimismo, el Mandatario destacó la importancia de ayudar a nuestros semejantes, y reconoció el espíritu de voluntariado de aquéllos que arriesgaron sus vidas al proveer cuidados de salud a otros.

El espíritu voluntario de los taiwaneses

Una mujer taxista actúa como voluntaria para guiar el tráfico matinal de la Avenida Chung Hsiao Este, una de las más concurridas de Taipei.

Como mencionamos antes, el esfuerzo de promoción y desarrollo del espíritu de voluntariado es una labor conjunta de los sectores privado y público. Por ejemplo, el Día Mundial del Servicio Juvenil (GYSD, siglas en inglés) es un evento anual que se originó en Estados Unidos y motiva a los jóvenes a participar en eventos de servicio comunitario. La Comisión Nacional de la Juventud de la República de China comenzó el año pasado a combinar su programa de voluntariado con el GYSD y ha subsidiado a más de mil grupos en los últimos años.

Recientemente, el Departamento de Desarrollo Urbano de la ciudad de Taipei anunció su idea de un “Pasaporte del Ciudadano de Taipei”, por medio del cual procura promover su ideal de ciudadano de Taipei. Dicho ciudadano ejemplar “está consciente del medio ambiente, ama la cultura, es sensible a las buenas causas, lee varios libros al mes, recicla, usa el transporte masivo, dona sangre, presta labor voluntaria, siembra flores en su balcón y limpia las paredes exteriores de su edificio”. En otras palabras, es una persona que actúa consecuentemente con un espíritu de servicio, y procura que sus acciones tengan un efecto positivo sobre la sociedad. Además, se mantiene alerta acerca de cómo ayudar a sus semejantes, y busca un crecimiento interior concurrente con una agradable apariencia exterior, con miras a un futuro mejor. Su visión se extiende más allá del individuo para alcanzar a su comunidad, su ciudad y su país.

La participación de los taiwaneses en labores de voluntariado no se limita únicamente a la isla. Las organizaciones no gubernamentales representan el espíritu dadivoso de los taiwaneses en el exterior, especialmente cuando por razones políticas no es conveniente presentar una ayuda de Estado a Estado. Por un lado, muestra la responsabilidad de un país desarrollado para con los menos afortunados, así como una forma de agradecer la ayuda recibida en los años de la posguerra, cuando cientos de taiwaneses sobrevivían en medio de la más abyecta pobreza gracias a las generosas donaciones de otros países. Por otra parte, resulta una solución para participar activamente en el ámbito internacional, a pesar de las limitaciones a que se enfrenta la nación por no tener reconocimiento diplomático como país, y de la presión ejercida por China para que otras naciones no tengan relaciones oficiales con Taiwan.

Una de las organizaciones que lleva en alto el nombre de Taiwan al brindar ayuda en el extranjero es el Fondo de Cooperación y Desarrollo Internacional. Voluntarios con excelente preparación académica son elegidos para servir en naciones amigas, colaborando en las áreas más necesarias para el desarrollo, tales como pequeña industria, agricultura, y organización comunitaria.

Los grupos afiliados a organizaciones no gubernamentales de Taiwan son reconocidos por ser siempre de los primeros y mejor organizados para ayudar a los desamparados ante los infortunios que enfrenten, dentro y fuera del país. Organizaciones religiosas como la Fundación de Caridad Budista Tzu Chi, o laicas como el Cuerpo de Paz Médico de Base de Taiwan, realizan su labor voluntaria entre los más desposeídos.

Tzu Chi inició su labor caritativa cuidando a 31 adultos mayores enfermos. Hoy en día, más de diez mil personas reciben la ayuda de Tzu Chi a largo plazo. Su fondo de asistencia para beneficencia supera los 300 mil dólares estadounidenses al mes. Existen actualmente más de 70 oficinas y sucursales, clínicas gratuitas, bancos de datos de médula ósea, escuelas y centros de publicaciones en 18 países. Miembros de Tzu Chi recorren los cuatro puntos cardinales, de Norteamérica a Sudamérica, de Europa a Africa, Asia y Oceanía. Su colaboración es vital para la supervivencia de los damnificados por terribles desastres naturales, tales como el reciente tsunami en el Sudeste Asiático; el huracán Katrina en Nueva Orleans; y el terrible terremoto que afectó la región de la Cachemira, India y Pakistán.

Por su parte, el Cuerpo de Paz Médico de Base de Taiwan está compuesto por doctores voluntarios al servicio de los pobres, quienes luchan por aumentar el acceso a los servicios médicos en las regiones aisladas y así mejorar el nivel de vida de la gente que vive en lugares remotos. Ni las altas montañas, las heladas estepas nevadas, o las densas selvas tropicales les impiden llegar a auxiliar a los más necesitados. Ellos también responden con prontitud a los llamados de emergencia de países donde los desastres naturales o los conflictos armados ponen en peligro el sistema de salud pública, y por ende, muchas vidas inocentes.

Este entusiasmo por el servicio desinteresado a los semejantes es contagioso. Hasta los estudiantes extranjeros hallan en el voluntariado una forma de integrarse a la sociedad que los acoge por un período corto de tiempo. Grupos organizados por las universidades permiten a los estudiantes extranjeros aportar un grano de arena hacia la convivencia pacífica mundial, por medio de su colaboración dando clases de diversos idiomas, ayudando a los ancianos, sirviendo en hospitales o limpiando zonas públicas.

El espíritu del voluntariado es una parte vital de la identidad taiwanesa. El pueblo de esta nación desea compartir su experiencia con otros países para fomentar la amistad y el entendimiento, y así generar el mutuo crecimiento espiritual y material. Desean que cuando se piense en Taiwan, se identifique con un voluntario.

Texto y fotos de Silvia Villalobos

Popular

Más reciente